"Tengo más de cuarenta años trabajando en el campo, pero nunca había tenido la oportunidad de usar esta tecnología".
Víctor Beltrán es productor agropecuario en el
norte de Nicaragua, una de las zonas más secas del país, donde un
proyecto piloto está trayendo cambios radicales y una luz de esperanza a
muchos agricultores.
"El proyecto es tan atractivo que
han venido a verlo de otras partes del país, del interior, hasta de la
costa y muchos están entusiasmados. Ya no tengo que depender de los
vaivenes de la lluvia y produzco tres veces más maíz, con un excedente
para vender".
El cambio en la vida de Beltrán se debe a un
proyecto de construcción de represas que recogen agua de escorrentada de
las laderas durante los pocos meses en que las lluvias son abundantes.
El agua es usada luego para irrigar cultivos en el período seco.
"El problema en Nicaragua y en la mayoría de las
zonas tropicales de América Latina es que tiene un clima bimodal. En el
caso de Nicaragua es muy contrastante, sobre todo en el norte, hay
cinco o seis meses de mucha lluvia y luego un período en que
prácticamente no llueve", dijo a BBC Mundo Gonzalo Zorrilla, director
del proyecto y del Fondo Latinoamericano para Arroz de Riego, FLAR.
"En la época seca, el drama del norte de
Nicaragua, una zona de mucha pobreza, es la falta de oportunidades.
Tienen seis meses de trabajo y seis meses de esperar que vuelva a
llover. Ahora pueden hacer riego de alta producción y una de las cosas
que más valoran los productores es que pueden trabajar todo el año".
Por gravedad
La idea del proyecto se tomó del sur de Brasil,
de Argentina y Uruguay, donde hay más de un millón de hectáreas de arroz
sembradas con agua que cosechan los propios agricultores haciendo
represas.
"Con la Asociación Nicaragüense de Arroceros,
ANAR, planteamos que esto podía ser factible en el trópico con pequeños
agricultores y convencimos al Fondo Común para los Productos Básicos, un
organismo de la ONU que tiene sede en Amsterdam, que nos dio la
financiación para el proyecto piloto". El FLAR es una alianza arrocera
regional, basada y apoyada por el Centro Internacional de Agricultura
Tropical, CIAT, en Colombia.
Ya hay 14 represas construidas o en proceso de
construcción en Nicaragua, y el proyecto también trabaja en Costa Rica y
en México, en la zona de Tres Valles y Acayucan, en el estado de
Veracruz, y el gobierno expresó interés en llevar el piloto a Chiapas,
una de las zonas más pobres del país.
Las represas se construyen en pequeñas cuencas
dentro de las fincas de los productores. "No puede hacerse en cualquier
lado, sino en lugares que combinen cierta topografía para que con un
movimiento de tierra mínimo se represe el agua que viene derivando de
las laderas", explicó Zorrilla.
Con un muro se cierra el valle entre dos
laderas, permitiendo que el agua sea embalsada. Por debajo se instala un
caño de pvc reforzado con concreto y se coloca una válvula, de forma
que el productor sólo deba abrirla para que el agua fluya por gravedad
hacia el área cultivada. Además del riego, también se incorporan otras
innovaciones como el uso de nuevas variedades y semillas de calidad.
"Como sacarse la lotería"
El impacto en los ingresos ha sido notable.
"Donde antes se obtenían en la época lluviosa 500 kilos de frijol por
hectárea, hoy se obtienen en la época seca 1.500 kg/ha".
En el caso del maíz, poder venderlo en los meses
secos, "cuando normalmente no hay, lo hizo valiosísimo, los productores
vendieron toda la producción como choclo fresco con un ingreso estimado
por hectárea de US$14.000, algo impensable para ellos en otra
oportunidad".
Otro de los agricultores beneficiados por el proyecto es Roger Cáceres, concejal del municipio de Somoto.
"La situación en el municipio es grave y el
cambio climático está empeorando la distribución de lluvias. Aquí
tenemos además el fenómeno de El Niño y La Niña. El año pasado fue
exagerada la lluvia y después no cayó ni una gota, pasaron ocho meses
sin llover", dijo Cáceres a BBC Mundo.
"Los rendimientos siempre son bajos, pero con
este sistema pasamos de entre 5 y 8 quintales de frijol por manzana a 25
quintales (350-550 kg/ha a 1700 kg/ha). Algunos llegaron a 140
quintales (9.500 kg/ha) por manzana de maíz, para los productores es
como sacarse la lotería".
Jóvenes
La cosecha de agua no sólo ha mejorado el
ingreso sino la dieta de los agricultores, algunos de los cuales
incorporaron la producción piscícola de tilapia, en sus represas.
"Cuando recién comenzamos a explicar el proyecto
en las comunidades podía verse la depresión de los agricultores.
Pero
apenas uno mencionaba la posibilidad de riego las miradas se iluminaban
al ver que había una forma de escapar la pobreza, ver esto es
increíble", dijo a BBC Mundo el ingeniero estadounidense Edward Pulver,
experto del FLAR y coordinador del proyecto en el campo.
"Y algo que me entusiasma mucho es el interés de
los jóvenes. Ven que utilizamos GPS para elegir las laderas, Google
Earth, y la tecnología les atrae. Ningún joven querrá dedicarse a la
agricultura si hay que cavar con un palo para sembrar una semilla, pero
ahora ven que es posible ganar US$3.000 dólares por hectárea".
De Nicaragua a África
Para Pulver, el problema en América Latina no es
la falta agua, sino cómo se aprovecha y distribuye. El experto
estadounidense asegura que la cosecha de agua es ideal para las
condiciones topográficas de muchos países de la región, como Colombia,
Ecuador y Bolivia. "Y es una tecnología que puede aplicarse incluso en
los países más pobres. El CFC quiere que llevemos esta idea a África".
El proyecto piloto en Nicaragua finaliza en
2012. "El FLAR seguirá ofreciendo asesoramiento, pero si terminamos con
14 represas construidas nada habrá ocurrido en Nicaragua porque habrán
sido muy pocos los beneficiados", señalo Gonzalo Zorrilla.
Desde un comienzo se han venido entrenando
técnicos locales y "estamos tratando de involucrar a instituciones
locales y al gobierno para que desarrollen programas que permitan hacer
cientos, miles de represas, porque si no, no cambiaría nada".
Con una población mundial que ya pasó los 7.000
millones, aprovechar de forma eficiente el recurso agua es esencial.
"Globalmente, el agua está tremendamente mal aprovechada y el uso
inteligente y sostenible de este recurso podría llevar a una revolución
del agua, a una revolución azul".
Un factor fundamental ya parece asegurado para el futuro: la convicción de los propios agricultores.
"Si se logra extrapolar esta tecnología a más
agricultores se podrá paliar el problema de la sequía en Nicaragua",
dijo Víctor Beltrán a BBC Mundo.
"Imagínese, pueden tener una dieta balanceada,
ingresos para producir, para educar a sus hijos. En mi finca ya somos
cuatros trabajando, hay cuatro fuentes de trabajo".
"Este proyecto nos ha cambiado totalmente la mentalidad".
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