Investigadores de la Universidad de Harvard, en Estados
Unidos, crearon un robot que se inspiró en un calamar y en una estrella
de mar. Como esos animales, se arrastra, se enrosca y se mete por donde
quiere.
A diferencia de otros robots hechos
de materiales rígidos y con ruedas, este robot pareciera no tener
obstáculos para desplazarse por diferentes terrenos, por más inhóspitos
que puedan llegar a ser.
Los investigadores utilizaron materiales suaves y aire comprimido para impulsarlo.
Los detalles del invento aparecieron en la publicación especializada PNAS (por sus siglas en inglés: Proceedings of the National Academy of Sciences).
El profesor George Whitesides, Robert Shephers y
sus colegas de la Universidad de Harvard, en Cambridge, Estados Unidos,
señalaron que su creación se inspiró en esos animales porque carecen de
esqueletos duros.
El robot fue construido con materiales flexibles conocidos como elastómero.
Se trata de polímeros con propiedades elásticas.
Aire
Dentro de la capa de elastómeros hay una serie de cámaras que se inflan como globos para permitir su movimiento.
El robot puede adoptar diferentes patrones de
movimiento y sus extremidades lo ayudan a desplazarse, explicaron los
ingenieros de Harvard.
Los expertos colocaron un conjunto de obstáculos en su camino, los cuales hubiesen frenado a cualquier otro aparato metálico.
El robot flexible fue hecho para meterse debajo de una placa de cristal elevada a 2 centímetros del suelo.
En menos de un minuto lo consiguió, tras ejecutar una combinación de movimientos coordinados.
Los robots suaves son más resistentes que los
diseñados con rigidez frente a situaciones de peligro en el mundo real,
como por ejemplo, si se caen sobre rocas o si reciben golpes o arañazos
de otros objetos.
Pero, los autores reconocen que las pieles de
elastómero son vulnerables, lo cual hace al robot más susceptible a
pinchazos de objetos como espinas o vidrios rotos.
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