Basillia Rodríguez, mujer valiente y madre responsable

Miguel de Jesus junto a su madre Doña Basilia

Basilia junto al pelotero de grandes ligas y amigo de la familia Tony Batista

Con miguelito su nieto adorado

Basilia,como toda una modelo

Ese es el trofeo,que muestro con orgullo,salud mi adorada madre

Un Momentito con Miguel de Jesús

Hace 75 años, nació en Mao una niña a la que su madre puso el nombre de Basilia, ella me trajo a este mundo, ante el abandono del que un día me dijeron era mi padre, se enfrentó a la cruda realidad para criarme sola.

Lavando, planchando, cocinando en casa de familia, de Mao y Santiago. Se ocupó de mis estudios, renunció a la posibilidad de abrirse al amor, aún siendo joven, para consagrarse a sus dos hijos.

Es una mujer que aun sangrando desde adentro, lucha por la vida, en sus brazos están las huellas de quemaduras, su trabajo inició desde los 11 años, aun en medio de sus necesidades, mantuvo su dignidad de mujer integra.

De ella emana fortaleza, pero también debilidad, su fe en Dios la mantiene de píes, caminando de rezos en rezos, visitando la Iglesia para encontrarse con lo que cree y ama con certeza divina.

Entre heridas, anhelos y sueños, se ha entregado, iluminándonos con la luz que habita en su alma, su dulzura y nobleza mitigaba la tardanza con la que el pan llegaba a nuestra mesa a tal punto que se nos olvidaba el hambre.

La vi llorar muchas veces, pero nunca vencida, recuerdo para la fecha de los Santos Reyes, como ella hacia esfuerzos por ponernos algo en las manos, sencillo, sin más valor que el de su amor

Aunque muchas veces, entré con ella a las casas donde trabajaba, por la puerta trasera, nos daban el agua y la comida en vasos y platos no usados por los ricos, y se me tenía prohibido tocar los juegos de los angelitos hijos de los adinerados.

Aun así, mamá se mantuvo firme para inculcarme sanos valores sin rencores, sin resentimientos, pues sus ojos pequeños nunca miraban las sombras del piso, solo se levantaban para mirar en las alturas la belleza del Cielo.

Hoy que los Santuarios están oscuros, escribo del Diamante hecho mujer situado en la cima de mi montaña, escribo de ti, mamá cuyas adversidades, no vencieron tu decisión, de acunar nuestros sueños, gracias madre querdida, ahora que estas viva.