Columnista invitado,desde Perspectiva Ciudadana
Nadie discute ya lo decisiva que es la participación de los ciudadanos en el éxito de las políticas públicas. La participación empodera, comunica, integra, mejora, reduce costos. ¡No hay dudas! Montón de dinero, por ejemplo, se ahorrarían los gobiernos y sus ministerios sólo en publicidad, incrustando la participación en la gestión pública, pues no hay mejor y más duradera manera de informarse que participar.
En los gobiernos que practican cierta cercanía con los gobernados, las políticas públicas se conciben para los ciudadanos, es decir, con el bien intencionado propósito de planificar y ejecutar en su favor.
Pero no llegan a ejercer el poder político con los ciudadanos. Y en esto no se vaya a creer que me refiero únicamente a los presidentes y sus ministros. Ocurre igual en los gobiernos locales. No aprovechan su inmenso poder.
La fuerza de los ciudadanos y ciudadanas reside en su movilización, como ciertos grupos particulares en la riqueza o las armas, en el cabildeo o las sempiternas y recurrentes ansiedades de los seres humanos.A esa fuerza apelan los gobernantes reformadores, con esa fuerza cuentan los políticos que sintonizan su agenda con las ilusiones de la gente.
Es su fuente permanente de energía.Barack Obama lo ha entendido –asombrosamente- bien. Probablemente porque se inició y aprendió a hacer política en el trabajo comunitario (el daño del asbesto cemento en familias pobres de Chicago).Tan pronto fue elegido y antes de juramentarse como presidente de los Estados Unidos, Barack Obama creó Organizing for America, organización ciudadana que agrupa a los vecinos y vecinas que hicieron posible su victoria y para dirigirla nombró a David Plouffe quien, junto a David Axelrod, fue uno de los grandes estrategas y ejecutivos de su triunfo electoral.
Plouffe no integró el gabinete, para sorpresa de los analistas políticos de Washington.La primera tarea de Organizing for America fue consultar a vecinos y vecinas sobre sus prioridades. El presidente Obama les dijo: “de ustedes, del empuje y compromiso de ustedes dependerá cuán lejos llegue el gobierno que acaban de elegir”
.Regularmente Obama se comunica directamente con los miembros de Organizing for America, via Internet, además del mensaje semanal al pueblo norteamericano. En ellos el presidente norteamericano informa, sitúa el desafío y convoca a la movilización ciudadana.
Yo recibo en mi correo electrónico esos mensajes y puedo dar fe de la fuerza movilizadora de los mismos. ¡Impresionante!El desafío ahora es la reforma de la salud para proveer seguro médico a más de 40 millones de norteamericanos que no lo tienen, abaratar costos y expandir la cobertura a aquellos que ya lo tienen.Y aunque logró el apoyo de la Asociación Médica Americana (AMA).
la batalla por su aprobación en el Congreso está siendo muy dura para el presidente Obama, porque las farmaceúticas no quieren permitir medicamentos genéricos por 12 años y las aseguradoras privadas, la existencia de una ARS pública -equivalente a Senasa- que compita con ellas y las obligue a bajar precios. Además, las más poderosas empresas del sector contribuyeron en las campañas de varios senadores y diputados que ahora las retribuyen intentando aplazar sine die la aprobación de la reforma.
Organizing for America y el Partido Demócrata están movilizados colocando comerciales de televisión, reuniendo vecinos y vecinas para presionar a senadores y diputados; recientemente se han integrado los blogueros más progresistas y leídos para vencer la resistencia.¿Vencerá Obama? Ojalá.
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