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viernes, 25 de mayo de 2012

Sobre la mierda de la Junta Central Electoral… una posición personal

                                                             Autor     Benjamin Garcia
                                                        www.villabega.blogspot.com

Hay algo con lo cual lucho de manera permanente y persistente, y es asumir posiciones desde la pasión, salvo cuando se trata de asuntos del corazón… amores malditos, pieles escrutadas, etc. Y es que estas suelen llevarte a la irracionalidad. Mientras mayor es la responsabilidad en el momento, mas el cuidado para dar la respuesta.


Estos días, pasadas las elecciones generales, y los anteriores, me sentaba frente al ordenador o colocaba mi teléfono en las manos y veía la cantidad de tonterías, creadas y repetidas, por amigos de gran afecto. En algún momento me tomaba el tiempo para responderles, siempre con el debido respeto y tratando de no herir a aquellos muy susceptibles, hasta que las respuesta a mis opiniones me parecían irracional. En algún momento optaba por borrar el comentario.

Viendo los acontecimientos descubro cuan enraizado está el vicio en nuestra gente. Ayer, unos ociosos de agudo olfato y cerebro grave, tuvieron la ocurrencia de colocar una bolsa llena de excrementos en un ascensor de la Junta Central Electoral. En las redes han hecho acopio de la información y muchos han reivindicado el hecho. Asumo que como parte del coro ajeno a la democracia y sus valores o como simple escarceo a su condición de perdedor. 

Me he atrevido a colocar mi opinión desde este punto de vista: Creo en la democracia y estoy orgulloso de los avances alcanzados por nuestro país en términos institucional. Las elecciones, por lo menos en término de organización, no son lo mismo de hace quince años. Algunos vicios persisten como parte de nuestra pobreza, a decir, el abuso de los recursos gubernamentales (Congreso, ayuntamientos, gobierno central) al servicio de los candidatos, las compras de voluntades con trajes de tránsfugas o las compras de cédulas, que ha demostrado ser inefectiva por cuanto, lo que es igual no es ventaja. 

He dicho: con lo del paquete algo huele mal, y no por el contenido, sino por quienes se atrevieron a colocarlas. Por tanto, no podemos hacernos eco, y mucho menos celebrar un hecho a todas luces reprochable. Lo que regalas habla de cuanto posees, y si mierda envías es porque es el mejor de tus productos. Por lo tanto, siento que si celebro el acontecimiento, por más inconforme que me encuentre con los árbitros, terminaré batido en el hedor del estiércol.
Hay un pueblo en ánimo de avanzar por encima de quienes prefieren seguir batiendo la mierda.

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