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jueves, 17 de mayo de 2012

EE.UU. establece nuevas normas para evitar el abuso sexual en las cárceles

El Departamento de Justicia de EE.UU. anunció hoy jueves una serie de normas definitivas para prevenir el abuso sexual de jóvenes y adultos en las cárceles del país y resguardar la seguridad de los reos, incluyendo a inmigrantes.


Las normas que establecemos hoy reflejan el hecho de que los delitos de ataques sexuales cometidos al interior de nuestras instalaciones carcelarias pueden tener consecuencias devastadoras, tanto para las víctimas como para las comunidades, más allá de las cárceles, dijo en un comunicado el fiscal general de EE.UU., Eric Holder.

Previamente, durante una conferencia telefónica con periodistas, funcionarios de alto rango de la Administración del presidente Barack Obama explicaron que, en el marco de una ley federal de 2003 las nuevas normas tienen el objetivo de poner en marcha una política de cero tolerancia a este tipo de ataque a la dignidad humana.

"El presidente Barack Obama se toma este asunto muy en serio. El cree que la violencia sexual contra cualquier víctima es un ataque a la dignidad humana y una afrenta a los valores estadounidenses", dijo una funcionaria de alto rango de la Casa Blanca.

En ese sentido, Obama emitió hoy un "memorando presidencial" para asegurar que "todas las agencias que operan instalaciones de confinamiento adopten altas normas para prevenir, detectar y responder al abuso sexual" en las cárceles federales

Las metas del Departamento de Justicia son claras: la prevención, detección y tratamiento del abuso sexual de los prisioneros en todas las penitenciarias federales.

Las nuevas normas también aplicarán para los centros de detención que alojan a inmigrantes pero el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), a cargo de éstos, publicará sus reglamentos en un plazo de 120 días, seguido por un período de comentarios de otros 60.

Un funcionario de alto rango del Departamento de Justicia dijo que los estados que no cumplan con las nuevas normas, que también protegerán a presos homosexuales, corren el riesgo de perder el cinco por ciento de los fondos que reciben del Departamento de Justicia para programas carcelarios.

Aunque no existe una cifra exacta sobre el número de víctimas de abuso sexual en las cárceles, en parte porque muchos no lo denuncian por temor a represalias, las autoridades calculan que en 2008, año del que se tienen las estadísticas más recientes, unos 209.000 reos fueron sujetos a violaciones sexuales en las cárceles.

Es un problema que afecta con mayor frecuencia a los inmigrantes detenidos, cuyo número ha incrementado en más de un 70 % desde 2002, cuando el Congreso comenzó a debatir el Acta para Eliminar las Violaciones en las Cárceles (PREA, por su sigla en inglés). Esa ley fue aprobada con amplio apoyo bipartidista en 2003.

Según datos oficiales publicados a principios de este año, las autoridades registraron más de 170 denuncias de abuso sexual en los centros de detención de inmigrantes en los últimos cuatro años.

Más de 350.000 extranjeros indocumentados son detenidos cada año en EE.UU., a la espera de que las autoridades decidan si serán o no deportados del país.

Cuando Holder propuso originalmente las normas en enero de 2011, éstas no incluían a los centros de detención de inmigrantes pero el Departamento de Justicia finalmente sucumbió a las presiones de líderes del Congreso y activistas de la comunidad inmigrante.

El Departamento de Justicia había sido fuertemente criticado por grupos cívicos porque, bajo las estipulaciones de la ley PREA, la agencia tenía hasta junio de 2010 para poner en marcha los reglamentos para reducir la violencia sexual en las cárceles. EFE

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