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martes, 22 de mayo de 2012

Por teléfono y con humor, consejos legales para domésticas neoyorquinas

¿Cómo dar asesoramiento legal a las empleadas domésticas? En el estado de Nueva York, se inauguró un servicio telefónico disponible 24 horas para que niñeras y trabajadoras del hogar pueden entender mejor sus derechos laborales.


Hasta allí, nada muy original. La novedad es lo que se escucha al otro lado de la línea: episodios con formato de talk show radial y en clave de humor, pensados para volver "digerible" la letra dura de la regulación neoyorquina.
El proyecto, llamado "Nuevo día, nuevos estándares", fue concebido después de que el estado aprobara la Ley de los Derechos de las Empleadas Domésticas, en 2010, que por primera vez estipuló reglas mínimas para la contratación de personal hogareño.

Y la voz detrás de estas grabaciones es la de una empleada doméstica conocida por su activismo: Christine Lewis, una niñera caribeña que -además de prestar servicios en una casa de familia al sureste de Manhattan- dedica su tiempo a la organización Trabajadores Domésticos Unidos (DWU, en inglés).

La llaman "la Oprah Winfrey de las domésticas" y hasta tiene show propio: su desparpajo y su humor están puestos al servicio de crear un "clima de confianza con las interlocutoras" que llaman a la línea abierta.
"Es un honor para mí que me digan que me parezco a Oprah: un listón muy alto de alcanzar. ¡Pero no creo que sea para tanto!", dijo Lewis, después de una larga risotada cuando BBC Mundo le pregunta si le agrada la comparación.

Con humor

Llegada a Nueva York desde Trinidad, Lewis es la presentadora de un programa radial mensual orientado a las empleadas y generado por People’s Production House, una organización artística no lucrativa que también está detrás del proyecto de la hotline "Nuevo día…" 

"Queremos dar una señal de alerta, para que aquellos que no están haciendo las cosas bien cambien y nosotras, como trabajadoras, podamos poner empeño en que las normas que protegen nuestros derechos laborales se cumplan"
Christine Lewis, empleada doméstica y activista
Fue elegida, dicen los responsables, por ser un "emblema poderoso" entre sus colegas.
"Queremos dar una señal de alerta, para que aquellos que no están haciendo las cosas bien cambien y nosotras, como trabajadoras, podamos poner empeño en que las normas se cumplan", señaló la activista, que se define como de espíritu "indómito e incansable".

"Hello, hola: yo soy Christine, una niñera", exclama Lewis, su saludo emblemático en el micrófono para las grabaciones de la línea de ayuda. 

En los episodios, charla informalmente con la ficticia Señora Sabelotodo para aclarar las cuestiones básicas de la Ley de 2010.

Recibe también llamados de oyentes –que son en realidad las voces de otras empleadas domésticas pregrabadas, destinadas a darle a las entregas un tono de programa radial- y recurre a su propia experiencia para ilustrar los problemas cotidianos que pueden surgir en el trato con los empleadores.

"La mayoría de los trabajadores móviles no tiene acceso fácil a internet. Pero sí tienen celulares y los estudios demuestran que los usan para buscar información", señaló a BBC Mundo Marisa Jahn, directora ejecutiva de People’s Production House.

El equipo liderado por Jahn llevaba ya una década capacitando a niñeras y mucamas para grabar sus propias historias y editarlas en formato radial y se nutrieron de esa experiencia –con el asesoramiento del Centro de Medios Cívicos del MIT- para armar los episodios informativos.
Trabajadores Domésticos Unidos
La organización DWU llama a las empleadas domésticas a conocer sus derechos y hacerse oír.
"La idea es que las empleadas llamen cuando tienen un momento, sea la hora que sea", indicó Jahn.

En casa ajena

Para el sector, la Ley de los Derechos de las Empleadas Domésticas marcó un punto de inflexión: estableció un salario mínimo y la obligatoriedad del pago de horas extras, de un día de descanso a la semana y tres días de vacaciones al año.

Además, penalizó el acoso racial por parte de empleadores o estableció que las domésticas no deben asumir el costo si accidentalmente rompen algo en la casa donde han sido contratadas, entre otras cuestiones.

Pero, según Lewis, la normativa está lejos de cumplirse: muchos empleadores -dice- "por ignorancia o por conveniencia" no atienden a los requisitos básicos.

"Más de 67% de nosotras no cobra horas extra y estamos hablando de un salario de US$7,50 la hora", reclamó la activista.

Para contrarrestar estas estadísticas, la tarea de promoción de la línea abierta, que comenzó esta semana, se concentrará primero en el barrio neoyorquino de Park Slope, liberal y progresista, donde esperan tener un público más receptivo que en otras zonas conservadoras de la ciudad.

En español

"La mayoría de los trabajadores móviles no tiene acceso fácil a internet. Pero sí tienen celulares y los estudios demuestran que los usan para buscar información, por eso pensamos que una línea telefónica abierta era una buena vía para ofrecer consejo legal"
Marisa Jahn, proyecto "Nuevo día, nuevos estándares"
El carisma de Lewis le permiten resolver temas complejos con remates ingeniosos, a la vez que la han convertido en una voz reconocible para sus pares.

Pero en esta suerte de talk show social no está sola: allí aparecen voces con acentos diversos –de África occidental, Filipinas, Haití, México o República Dominicana- que reflejan la diversidad del sector doméstico en Nueva York. 

Según un estudio de DataCenter, de los 200 mil empleados domésticos que se calculan en el estado (más de 90%, mujeres), 99% ha nacido fuera de Estados Unidos y 76% no tiene estatus de ciudadano.

Pero, por el momento, el proyecto no está disponible sino en inglés: en julio avanzarán con las grabaciones en español, destinadas a domésticas de origen hispano, que constituyen alrededor de 10% del total.

"Sabemos que el idioma puede ser una barrera, por eso hicimos los capítulos en inglés lo más accesibles que pudimos aunque sabemos que no es suficiente", reconoció Jahn.

A la versión en español le seguirá una en creole -para la comunidad caribeña-, y luego en cantonés y mandarín.

"Más allá del idioma, estamos en un mismo viaje: somos inmigrantes y buscamos protegernos", resumió Lewis.

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