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lunes, 3 de mayo de 2010

JUAN BONILLA LE ENTRA A ESTEBAN ROSARIO Y DANILO BASILIO

El periodista Esteban Rosario fue mi profesor de Redacción en el aula universitaria y Danilo Basilio, admirado y apreciado comunicador, puso un importante “granito de arena” cuando yo hacía “pininos” en el ejercicio del periodismo.



Esteban era una especie de “ídolo” para un grupo de estudiantes que nos preparábamos académicamente para ejercer esta “profesión”. Del grupo que terminamos poniéndonos la toga y el birrete, una muy reducida parte se insertó finalmente en los medios de comunicación.



En el caso particular mío, ha sido duro y difícil haber comprobado desde que llegué a un medio de comunicación que Esteban Rosario era “un ídolo de barro”, un cínico que se vendía como honesto pero que en realidad era todo lo contrario.



La simulación del señor Rosario ha llegado a un extremo. Por suerte, en la medida en que han pasado los años ese comunicador se hunde en la mentira, el engaño y la miseria que ha sido su vida.



No es extraño que la credibilidad de Esteban esté rodando por el suelo, pues la extorsión y el chantaje no llegan muy lejos. Ya apenas un reducido grupo de periodistas en Santo Domingo cree en el señor Rosario.



Ya nadie tiene que ir a Teleunión (en qué canal es que está) a llevar sobres en horas de la noche para evitar una campaña de descrédito, una denuncia falsa o para “frenar” la difusión de un caso noticioso.



Por suerte, el carnaval de Esteban Rosario pasó. Su credibilidad en la opinión pública es “cosa del pasado”.



Un caso extraño y diferente es el del abogado y comunicador Danilo Basilio, un hombre admirado, querido y apreciado en los medios de comunicación de Santiago y el país.



A Danilo le tengo un gran cariño, aunque con tristeza debo decir que es un simulador, que se deja utilizar como una simple marioneta y que es “una cosa por delante y otra muy diferente por atrás”.



Lamento decirlo pero tengo el criterio de que Basilio nunca ha asumido una posición propia y auténtica, su personalidad es muy ambivalente y le teme a los retos.



Las bajezas, mentiras e insinuaciones de Esteban Rosario y Danilo Basilio me tienen sin cuidado porque ninguno de los dos ha demostrado tener la suficiente entereza y gallardía para vivir apegado a la verdad.











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