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lunes, 10 de mayo de 2010

DOS SISTEMAS EDUCATIVOS

Por Lincoln López

La educación ha sido de una de las características constantes del ser humano. A través del tiempo se ha evidenciado un proceso progresivo de aprendizaje-enseñanza que obviamente ha mutado en cada sociedad y ha dejado entrever sus fortalezas y debilidades.

La sociedad dominicana frente a otras como las orientales ha recorrido muy poco camino pero de ellas se puede aprender mucho, naturalmente guardando las diferencias culturales (historia, política, lengua, etc.) de clima, entre otros, porque como se sabe un sistema educativo no debe ser transplantado íntegramente sin modificación porque estaría incluso despersonalizando a todo el cuerpo de la nación injertada.

Japón en los últimos 60 años se ha levantado como un ave fénix, luego de las bombas atómicas y del desgaste que supone la participación en la Segunda Guerra Mundial, sirve bien como modelo para señalar algunos aspectos entre el sistema educativo japonés y el dominicano.

El primer aspecto es la estructura administrativa. Ambos emanan de una ley. Ambas naciones tienen sus respectivos ministerios, su jerarquía. La diferencia uno está centralizado y el otro no. El papel del Ministerio de Educación en Japón es de coordinador y de vigilante. La responsabilidad de los presupuestos escolares, programas educativos, asignación de centros y la supervisión está en manos de las juntas administradoras locales de educación.

Los miembros de dichas juntas locales son seleccionados y nombrados por las autoridades del gobierno local, es decir, las alcaldías o ayuntamientos.

Un segundo aspecto es la estructura académica. La estructura Académica del sistema educativo dominicano se organiza en función de niveles, ciclos, grados, modalidades y subsistemas. Algo parecido ocurre en Japón.





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El total de años de estudios promedios de ambos países es de 18 años. ¿Dónde radica la diferencia? En el nivel secundario dividido en dos partes. El segundo o superior exige que el estudiante realice una carrera técnico-profesional, así está mejor preparado para su eventual ingreso a la universidad. En caso contrario tiene un oficio o profesión que le permite insertarse en el mercado productivo. Aquí no es general ni obligatorio.

Una tercera variable es la económica. Según cifras oficiales la República Dominicana invierte en educación el 1.8 por ciento del PIB En términos de salarios esto promedia una cantidad mensual de $8,000.00 pesos.

En cambio, Japón invierte en educación el 8.6 por ciento del PIB. Esto quiere decir, que el salario promedio mensual del maestro se elevaría gradualmente por encima de $40,000.00 pesos.

Un cuarto elemento es el horario. Nosotros aspiramos a laborar mil horas al año. El Japón dobla esa cifra. Ahora miren que interesante, el horario escolar está ampliado pero reducido en término de días. El Sr. Takeshi Nakajima, Agregado Cultural de la Embajada de Japón, nos dice en su Conferencia sobre El Sistema Educativo Japonés, que el mundo escolar japonés está fuera de las aulas durante 240 días, mientras que el promedio mundial es de 180 días. Aprovechan mejor su tiempo.

Como muestra basten estos cuatro botones.

Nosotros los dominicanos también podemos. Eso no es una cosa del otro mundo. Eso sí falta poner en práctica: VOLUNTAD, ESFUERZO Y UNIDAD.



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