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lunes, 20 de julio de 2009

Sonido Marginado







EL PENTAGRAMA DE JUAN

Por Juan Colón

Desde Queens Estados Unidos




Soñaba con ser músico para conocer un poco una de las artes mas sublime de la creación, pero no me imaginé que eso significaba sentir dolor en el alma misma porque no se ama en conjunto ni se hereda el dolor. Cada uno debe caminar su propio sendero. Cuando se es músico por amor duele el alma misma. Se vive, se sufre, porque se deja el alma en cada nota.

La mayor satisfacción para un músico es saber el porque hace las cosas y como hacerlas, en otras palabras, el porque toca, como hacerlo y ser auténtico sobre todo.

El silencio del sonido es la música de los marginados. No solo existen los marginados por los gobiernos, sociedad, jefes, matrimonios, hijos, también los hay por aquellos que han dado su vida por el arte y terminan siendo usados y mas tarde desplazados.

Vengo de un país marginado por cada uno de sus habitantes, unos vestidos de políticos, otros de cantantes, otros de peloteros, otros de pastores, músicos, militares, maestros, todos lobos de una misma manada. Nos duele el alma porque la tenemos cicatrizada por el hambre del dinero y la sed incontrolable de poder.

Desde inicio de la historia de la humanidad, el hombre que busca ideales nobles rara vez alcanza sus objetivos porque los mismos medios se encargan de marginar su sonido.

Somos un país donde se irrespetan las profesiones, por ej.: Un Doctor, administrador general de un Aeropuerto, un Ingeniero director de Turismo, un vivo convertido a cantante, un arrogante vestido de político, de pelotero, y un ser humano marginado.

Nuestra confusión de valores nos ha llevado al descalabro total de nuestras instituciones, comenzando por la principal institución, nosotros mismos.

Podemos cometer el crimen mas atroz y solo necesitamos dinero para comprar los jueces que se han amparado en un sistema “moderno” de justicia que solo justifica lo injustificable y nos sigue abriendo las puertas de la impunidad. Matar a cualquier ser humano en la carretera mientra manejas, solo es delito para el que no puede comprar la conciencia del juez.

Luego compras a la prensa y todo vuelve a la normalidad porque el dinero te hizo salir de la lista de los marginados. Las instituciones militares que otrora veíamos como ejemplo de rectitud hoy son cuevas de corruptos que solo les importa el dinero. Ante tal grado de corrupción, solo la lucha desenfrenada por tener dinero parece ser la mejor y única salida.

No tenemos representación absoluta, hasta los mismos doctores se roban los aparatos nuevos de los hospitales para vendérselo a ellos mismos para sus clínicas privadas, no nos duele en absoluto brindarles a los niños desayunos con bajo porcentaje nutricional porque no nos importan y con el menor descaro salimos al frente a defender nuestra propia falta de humanidad. A querer en base a su poder someter a la obediencia al intruso que quiso desenmascararlo.

Personas sin la menor muestra de misericordia son colocadas en puestos tan delicados como la secretaria de educación, hospitales, finanzas y no les tiembla el pulso para mostrar su arrogancia y impunidad.

Que nos espera en un mañana si Tu quien dirige una institución no te importa el dolor de miles de inocentes pero si te importa enriquecerte hasta donde tu ego te lo permita y luego querer mostrarse delante del pueblo como quien tiene valores humanos.

Lloramos porque estamos llenos de miseria, pero nuestra mayor miseria es la que tenemos dentro de nosotros. Somos una jauría de lobos que buscan a sus presas sin el menor reparo y son protegidos por las instituciones.

Lloramos porque tenemos una identidad musical que odiamos y nos avergonzamos de ella por lo que la hemos cambiado por la que nos hace iguales, ser payasos de nosotros mismos.

Honramos la desfachatez, la corrupción, callamos ante los artistas pícaros, desleales, que solo les interesa fama y fortuna, haciéndonos creer que no son lo que sabemos que son.

Huimos de nosotros mismos porque somos cobardes, pretendemos no ver lo que debemos mirar ni escuchamos lo tenemos que escuchar. Nada nos importa porque vivimos en una sociedad que margina a sus hombres y mujeres nobles.

Vivimos en un país donde públicamente se habla en la Tv, Radio, sobre quienes son impunes, corruptos, crueles, y todos lo celebran porque sus arrogancias los hacen sentirse intocables y por encima de todo tener la razón porque no somos de los marginados.

La vida es hermosa y cruel, dando y quitando sin saber el porque. Tenemos que aprender a aceptar que la vida misma nos margina para darle paso el arrogante, corrupto y ladrón, porque así camina el mundo. Estamos viendo como el paladín de la democracia en el mundo (Estados Unidos) ha sido desenmascarado con sus jaurías de ladrones finos.

Y solo los marginados vamos a pagar los gastos astronómicos de los ladrones que honra la sociedad.

Por eso no podemos tocar el silencio de los marginados, nos esta vedado, muere nuestra interpretación porque nuestro sonido es del alma. Cuando claudiquemos nuestro sonido se escuchará porque hemos entrado a la orquesta del momento.

Las sinfonías del populacho no tienen sonido porque el decoro, la dignidad y honestidad son sus equipos de sonido y estos no suenan en el mundo moderno de hoy. Que nos queda, llorar nuestro amor y tocar el silencio del sonido en el sonido del alma cuando esta gime.

Nuestra serenata no tiene armonía audible porque somos los componentes de la orquesta de los marginados. No tener dinero es un delito tan grave como tener valores.

Nuestros sueños dejan de ser sueños al instante mismo que decidamos claudicar. Solo así podemos emitir que el sonido del alma sea audible al oído humano.

Nuestro ritmo esta supeditado al director de la orquesta del momento y si este no quiere dirigir con la partitura correcta se inventa la suya propia para tener luz verde por delante. Nuestra sinfonía muere por falta de sonido como muere mi alma por el sonido mismo. Nací para sonar y reproducir el sonido del alma misma, pero escogí el instrumento equivocado y el sonido propio. Ahora no entiendo como sonará la canción si el sonido del alma esta apagado.

Como seremos en la oscuridad del porvenir al querer imponer un sonido simple lleno de grandes valores con una partitura hecha por los hombres y mujeres marginados si nuestros equipos de sonido no viven, solo mueren.

Realmente no lo se, y tu, lo sabes?, se que mi sonido está muriendo y solo la Vida podrá permitir que no se apague.

Se por experiencia propia que la Vida es inmutable, que todo está dicho y hecho, nada se mueve ni sucede por casualidad. También se que somos lo que decidimos ser, pero no nacemos donde hubiéramos querido nacer.






No es tu culpa tampoco es la mía. Somos títeres movidos por grandes directores del teatro de la Vida y no supimos entrar a formar parte de la orquesta del momento.

Enfrentar un líder es comparado a un crimen de guerra donde de antemano eres condenado, no importa que abogado tengas. Somos sonidos marginados.

Tu pueblo y el mío quieren el sonido del alma porque este es puro pero la pureza no es aceptada hoy. Degenera tu sonido porque no vives acorde con los tiempos, y para vivir debemos ser sordos a voluntad para no escuchar el sonido que sale del alma y nos haga gemir, porque así habla el universo.

Que defiendes, que buscas, que quieres, vivir el sonido del alma?, pero no quieres aceptar que el sonido del alma esta marginado. Solo buscas sonar. Dejar mis huellas porque no vine por casualidad a este plano.






mi rastro, se confundieron mis huellas y fueron sepultados mis huesos. Ahora estoy igual que tu, sepultado, marginado.

Somos de la orquesta del silencio donde solo los marginados escuchan la sinfonía. Elevo mi sonido por encima de mi dolor para decirle a la Vida que somos el sonido marginado.

Tenemos mas bancas para jugar que escuelas. No nos interesa subir nuestro nivel académico. Hemos decidido suplantar a los egresados de las escuelas intelectuales de la sociedad por otorgarle el premio a quien haga dinero mas rápido sin importar los medios que haya usado la persona. Solo tú y yo podemos hacer la diferencia.

Llevamos el escudo sobre nuestras almas para evitar ser heridos. Basta con escudarnos, con callar, con guardar distancia, para no involucrarnos en los problemas que nos lleven a seguir el derrotero de la sociedad porque no tenemos la fuerza necesaria para enfrentarlos. La indiferencia se está convirtiendo en nuestro mejor aliado para luego ser letal en nuestras vidas.

Somos el basurero de todos los extranjeros que usan nuestro país para sus fines mas asquerosos: Prostitución de menores, comerciantes de drogas que nos han convertido en un gran cartel, comandados de sicarios que se han subdividido llenando nuestros pueblos de pequeños carteles y lo hacen generalmente amparados por civiles, militares, autoridades, políticos, estando a merced de su insaciable sed de dinero, emisoras que no tocan merengue para darle cabida a otros géneros que les reportan mejores dividendos.

Vivir por vivir es estar lleno de temores, y enterrándose poco a poco hasta convertirse en muertos en vida. No hay salida, no hay esperanza, porque no existe la voluntad para enderezar lo torcido. Para hacerlo tenemos que enderezarnos primero y eso es lo que no queremos.

Somos el sonido marginado de la orquesta del Silencio.

Juan Colón

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