El número total de abortos que se realizan en el
mundo continúa estable, sin embargo los procedimientos que se llevan a
cabo en condiciones inseguras continúa aumentando.
Según un informe de la Organización Mundial de
la Salud (OMS), estos abortos inseguros son más prevalentes en los
países con leyes restrictivas sobre el aborto.
La OMS define como aborto inseguro a
la terminación de un embarazo realizada por personal no capacitado o en
un ambiente que no cumple con las condiciones médicas mínimas.
Estos procedimientos, afirma la organización, están poniendo en riesgo la vida y la salud de muchas mujeres.
El estudio, que aparece publicado en la revista The Lancet,
encontró que las tasas globales de abortos permanecen al mismo nivel de
2003, con 28 procedimientos por cada 1.000 mujeres cada año.
Pero la proporción de abortos inseguros se incrementó de 44% en 1995 a 49% en 2008.
Estas cifras, afirman los investigadores, "son muy perturbadoras".
Un aborto inseguro es una de las principales
causas de muerte materna en todo el mundo, e incluye procedimientos
realizados sin supervisión médica calificada fuera de hospitales o
clínicas.
Estos procedimientos incrementan el riesgo de que la mujer sufra una infección grave o una hemorragia.
Más restricción, más riesgo
Los cálculos del informe estuvieron basados
principalmente en sondeos nacionales representativos, estadísticas
oficiales, registros de hospitales y estudios publicados.
Los investigadores tomaron en cuenta la falta de
información o la información inexacta que es probable encontrar en las
fuentes de estos datos.
Se encontró que en 1995 cerca de 78% de los
abortos se llevaron a cabo en países en desarrollo, en 2008 esta cifra
aumentó a 86%.
Según el informe, en los países con las leyes
más restrictivas sobre aborto la mayoría de esos procedimientos son
inseguros: 97% de los abortos en África y 95% en América Latina son
considerados inseguros.
"Condenar, estigmatizar y criminalizar el aborto son estrategias crueles y fallidas. Ya es tiempo de un enfoque de salud pública que ponga énfasis en reducir el daño, y eso significa establecer leyes más liberales sobre el aborto"
Dr. Richard Horton
Éste es el equivalente de 29 por cada 1.000
mujeres en África y 32 por cada 1.000 en América Latina, ambas regiones
en los que en la mayoría de los países el aborto es ilegal bajo casi
todas las circunstancias.
En Asia la cifra es de 40% y en Oceanía 15%.
En comparación, en regiones donde el aborto es
por lo general permitido con una amplia tolerancia, como Norteamérica y
Europa (excluyendo Europa del Este), casi todos los procedimientos (99%)
fueron considerados seguros.
En el mundo desarrollado, la proporción de embarazos terminados se redujo de 36% en 1995 a 26% en 2008.
En los países con leyes restrictivas de aborto
no se observó una disminución similar en las tasas de abortos, y en
algunos casos incluso hubo un aumento, señalan los investigadores.
En Latinoamérica
En América Latina y el Caribe las cifras varían enormemente entre las regiones.
En el Caribe, por ejemplo, en 2008 hubo 39
procedimientos por cada 1.000 mujeres, de los cuales 46% fueron
considerados inseguros.
Sin embargo en Centro y Sudamérica, hubo 29 y 32
por cada 1.000 mujeres, pero el 100% de estos abortos fueron
considerados inseguros.
"Los datos continúan confirmando lo que hemos
sabido durante décadas, que las mujeres que quieren terminar un embarazo
no deseado buscarán un aborto a cualquier costo, incluso si es ilegal o
involucra un riesgo a su propia vida" comenta la profesora Beverly
Winikoff, de la organización Gynuity en Nueva York, que promueve el acceso a abortos seguros.
El aborto, agrega la experta, fue causa de una de cada siete u ocho muertes maternas en el mundo en 2008.
"Y sin embargo, cuando un aborto se realiza con
técnicas y asistencia médicas apropiadas, el riesgo de muerte es
insignificante y casi 14 veces más bajo que el de un parto", expresa.
Por su parte, el doctor Richard Horton, editor
de The Lancet, expresa que "estas cifras son muy perturbadoras. El
progreso que logramos en 1990 está ahora en reverso".
"Condenar, estigmatizar y criminalizar el aborto son estrategias crueles y fallidas".
"Ya es tiempo de un enfoque de salud pública que
ponga énfasis en reducir el daño, y eso significa establecer leyes más
liberales sobre el aborto" agrega el doctor Horton.
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