La posibilidad de que Estados Unidos compre aviones
militares a Brasil reflejó una apuesta de la principal empresa
latinoamericana de aeronáutica, Embraer, para crecer en el área de
defensa y seguridad, opinan expertos.
La brasileña Embraer figura entre los cinco
mayores fabricantes de aviones de todo el mundo, pero hay claros
indicios de que la parte de los ingresos que percibe por ventas de
seguridad y defensa va en aumento.
Esas ventas suman hoy casi 14% de su
facturación total, que en 2011 debió estar entre US$5.600 millones y
US$5.800 millones, según las últimas proyecciones difundidas por la
empresa al cerrar el tercer trimestre del año pasado.
"Debe invertir en el área de Defensa antes que otros, especialmente en áreas de aeronaves no tripuladas e incluso misiles antirradares que Embraer tiene capacidad de hacer en un período corto"
Fernando Martini Catalano, jefe del departamento de ingeniería aeronáutica de la Universidad de Sao Paulo- Carlos
Hasta hace poco, los ingresos de Embraer por las
áreas de seguridad y defensa apenas ascendían a 10% del total, pero su
presidente Frederico Curado, definió que quiere duplicar esa proporción
en unos años.
Los expertos creen que si Embraer concreta la
venta de 20 Super Tucano al Pentágono por US$ 355 millones, paralizada
en la justicia estadounidense, podría abrirse nuevos mercados para esos
aviones ligeros que ya vuelan en países de América Latina.
"Algo seguro"
Una ventaja del área defensa es que los aviones
se construyen sólo bajo demanda, explicó Fernando Martini Catalano, jefe
del departamento de ingeniería aeronáutica de la Universidad de Sao
Paulo- Carlos.
"Usted no va a hacer un avión para intentar
vender, va a hacer aviones que ya quieran comprar", dijo Catalano a BBC
Mundo. "Un contrato con las áreas de defensa de los países es algo
seguro".
Embraer creó recientemente un departamento de
defensa, adquirió firmas de radares y sistemas, y en septiembre llegó a
un acuerdo con el fabricante israelí de armas Elbit Systems para
construir vehículos aéreos no tripulados (VANT).
Además desarrolla un carguero militar, el
KC-390, que espera que realice su primer vuelo en 2014 y opere desde
2016 para captar 20% de un mercado dominado desde hace años por el
Hércules estadounidense.
¿Afganistán también?
El Super Tucano es un avión militar a hélice
pero que puede llevar armamento pesado, diseñado especialmente para
tareas de contra insurgencia, que entró en operaciones hace más de siete
años.
Según ha informado Embraer, hay seis países que
han adquirido esta aeronave, cinco de ellos de la región: Brasil, Chile,
Colombia, Ecuador y República Dominicana.
La empresa precisó que en Colombia fue empleado
por el gobierno para combatir a la guerrilla de las FARC, mientras
países como República Dominicana o el propio Brasil se usa para la
vigilancia de fronteras y lucha contra el narcotráfico.
Los más de 150 Super Tucano que operan en el
mundo han sumado en total unas 130 mil horas de vuelo; nunca fue
derribado uno a pesar de que 18 mil de esas horas fueron en combate,
según Embraer.
La venta de 20 de esos aviones a la Fuerza Aérea
estadounidense fue anunciada a fines de diciembre, pero se paralizó por
una demanda que presentó a la justicia la empresa Hawker Beechcraft,
que competía con la brasileña por el contrato.
El Pentágono esperaba poder entregar los Super
Tucano a Afganistán para entrenamiento avanzado de sus militares y
combate al Talibán.
El coronel brasileño retirado Geraldo Cavagnari
dijo que "Embraer entró en ese nicho de aeronaves porque Estados Unidos
no las fabrica".
"Estamos vendiendo un avión de tecnología
media", dijo Cavagnari a BBC Mundo. "Nosotros tenemos esa tecnología y
podemos venderla".
Un mercado en disputa
Pero el desarrollo de productos de defensa y
seguridad por parte del gigante latinoamericano de aeronáutica también
responde a razones de comerciales domésticas.
El área de defensa de Embraer quedó "un poco
olvidada" después de su privatización en 1994 porque, al no ser más
estatal, no sintió tanto la obligación de abastecer a la Fuerza Aérea
brasileña, dijo Catalano.
Pero ahora el mercado de defensa y seguridad en
Brasil crece considerablemente, entre otras razones por eventos
internacionales que el país organiza como el Mundial de fútbol 2014 y
los Juegos Olímpicos 2016, así como el descubrimiento de grandes
reservas de petróleo.
Brasil había abierto una licitación
multimillonaria para modernizar su flota de aviones con la compra de
hasta 36 cazabombarderos y de paso adquirir la tecnología para poder
producirlos y exportarlos.
Pero la presidenta Dilma Rousseff dejó en
suspenso la operación (que había despertado interés en Estados Unidos,
Francia y Suecia) aduciendo limitaciones presupuestales.
Según Catalano, "Embraer no puede quedar al
margen del área de defensa porque hay muchas empresas internacionales,
israelíes, francesas, etcétera queriendo entrar al mercado en Brasil, y
precisa reaccionar".
"Entonces debe invertir en el área de Defensa
antes que otros, especialmente en áreas de aeronaves no tripuladas e
incluso misiles antirradares que Embraer tiene capacidad de hacer en un
período corto", agregó.
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