La industria del cine depende de la escenografía y
las piezas de utilería para construir un mundo de celuloide que se vea
como la vida misma. O como la muerte: bien lo sabe Vidal Herrera, un
empresario independiente que ha hecho un negocio de alquilar morgues
ficticias, armas aniquiladoras y pedazos de cuerpo de látex o goma
espuma.
Herrera es el dueño de Morgue Props, uno de los
pocos depósitos con utilería de alquiler dedicados a satisfacer la
obsesión de Hollwyood por la muerte.
Sus piezas han sido protagonistas
secundarias en decenas de películas y en series como "Six Feet Under",
"House", "La ley y el orden", "Criminal Minds" o las más recientes
"Prime Suspect" y "Castle": allí donde hay policías y hospitales, hay
morgues. Y Vidal tiene lo que necesita cualquier diseñador de
escenografía para que la toma se vea auténtica y convincente.
Mesas de autopsia, instrumentos de disección,
criptas, heladeras para cadáveres, (falsos) químicos de embalsamador:
todo está prolijamente catalogado y a la vista en su estudio-depósito en
El Sereno, al este de Los Ángeles, donde una sala de autopsia a escala
real hace las veces de estudio de filmación.
También tiene una selección de instrumentos de
tortura y armas aptas para un asesin serial "casero", como cuchillos de
cocina, sierras y martillos con pesados mangos de madera "porque es más
realista, son los objetos que un homicida podría tener en su garaje".
"Se consiguen menos en el mercado porque la
medicina y la técnica han hecho que los instrumentos de madera se
reemplacen por otros más modernos de metal. Pero estas herramientas son
las favoritas para películas de terror", señala el hombre a BBC Mundo.
A prueba de crisis
Dicen que el negocio de la muerte es inmune a
las crisis, incluso en Hollywood: "Siempre hay quien fallece y siempre
hay quienes quieren contar esas historias", afirma Herrera, de origen
latino y nacido en el este de Los Ángeles, donde hoy vive y trabaja.
"He practicado más de 19 mil autopsias en mi vida. ¿Famosos? Sí, claro. ¡Estamos en Hollywood! Participé en la de la actriz Natalie Wood, un caso que acaba de reabrirse, y me ofrecieron hacer la segunda autopsia de Michael Jackson: pero era uno de esos casos donde la primera autopsia es tan clara que no hizo falta finalmente un segundo procedimiento"
Vidal Herrera, forense y dueño de Morgue Props
Pero la millonaria
industria del cine en crisis ha visto a muchas producciones
marcharse a rodar en locaciones más baratas que Los Ángeles, hacia
estados que otorgan mejores incentivos para la industria o incluso hacia
otros países.
El exilio voluntario de cineastas y sus equipos
ha llevado a la bancarrota a muchas empresas satélite de los estudios.
Morgue Props es una de las tiendas de alquiler que ha logrado sobrevivir
en un segmento en el que hace una década había un centenar y hoy quedan
menos de la mitad, según los listados locales.
La popularidad de las series dedicadas a temas
médicos y criminales ha ayudado, opina Herrera. A él no le gusta
seguirlas: prefiere los programas dedicados a negocios y finanzas.
El negocio del alquiler lo empezó casi por
casualidad. Durante décadas, se dedicó a acumular antigüedades
relacionadas con la práctica forense. Echó mano a todo lo que encontró
en salas de remate, en hospitales que cerraban, en consultorios de
médicos jubilados… hasta llenar dos depósitos que, a pedido de su
esposa, alquiló con el propósito de guardar sus objetos.
Los productores de la serie televisiva "Crossing
Jordan", emitida entre 2001 y 2007, le dieron la idea, después de
ofrecerle US$10 mil por usar sus mesas de disección y algunos equipos de
rayos equis durante una semana. Y hasta le ofrecieron hacer un cameo en
uno de los capítulos.
Autopsias reales
Su incursión tras las cámaras no terminó allí: a
los alquileres, Herrera sumó la tarea de consultor especializado para
guiones de crímenes y misterio policíaco.
"Cuando me dan un guion, la mayoría de las veces
les sugiero cosas. A veces toca decirles '¿de verdad crees que así es
un crimen? No te lo va a creer nadie'. Muchas escenas son tan simples,
tan alejadas de la vida real y de la muerte real…", señala.
Y de muertes reales vaya si sabe: el hombre es
en realidad un exinvestigador del juzgado de instrucción del condado de
Los Ángeles, encargado de estudiar decesos violentos y casos criminales
de toda clase.
Renunció como forense público en 1984, después
de un accidente de espalda al intentar mover un cuerpo sobre la mesa de
autopsias. Pero no dejó el oficio: creó una empresa privada que recibe
consultas como fuente independiente en caso de muertes dudosas.
Su mayor fuente de ingreso, dice, son las
autopsias, pruebas de ADN y otros servicios forenses, especialmente
demandados ahora que la crisis económica estadounidense ha llevado a los
hospitales a recortar servicios internos. Realiza unos 700 a 800
procedimientos mensuales.
"He practicado más de 19 mil autopsias en mi vida. ¿Famosos? Sí, claro. ¡Estamos en Hollywood! Participé en la de (la actriz)
Natalie Wood, un caso que acaba de reabrirse, y me ofrecieron hacer la segunda autopsia de Michael Jackson, pero era uno de esos casos donde
la primera es tan clara, con resultados farmacológicos tan
contundentes, que no hizo falta finalmente un segundo procedimiento",
relata Herrera.
Recuerda la que ha sido quizás más simbólica: la
de Coretta Scott King, activista por los derechos humanos y esposa de
Martin Luther King, quien falleció en 1968 en una clínica holística de
dudosa reputación en Santa Mónica, cerca de Los Ángeles.
"El impacto social que tuvo esa mujer fue
increíble. Para mí, más allá de la pena, fue un honor porque tenía una
conexión con ella: soy ante todo un chico de los años 60", relata el
forense.
A punto de cumplir 60 años, ¿cómo ha moldeado el negocio de la muerte su visión de la vida?
Reflexiona Herrera: "Este negocio no es para
cualquiera, es cierto. Es gente especial la que hace esto. Pero es lo
que me gusta: con un muerto común o con los que inventa Hollywood, mi
vida es esto".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinion nos ayuda a crecer