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miércoles, 11 de enero de 2012

España busca una solución a su desempleo récord

España tiene sus esperanzas puestas en una reforma laboral para "torear" el problema económico que más acucia a los ciudadanos: el desempleo que afecta al 22% de la población activa.


El gobierno quiere reformar de forma urgente la ley y promete que será "muy flexible" con los contratos temporales. Pero, la Comisión Europea advierte que podría repercutir en el empobrecimiento y la precarización de los trabajadores.
El nuevo ejecutivo que preside Mariano Rajoy insiste en que sólo una reforma laboral podrá salvar el mercado de trabajo español y que ésta se llevará a cabo "a ser posible" de acuerdo con los agentes sociales.

La patronal y los sindicatos mayoritarios son los únicos invitados a la mesa y tienen de plazo hasta la semana próxima para presentar el fruto de sus negociaciones aunque el ejecutivo se reserva la capacidad de llevar la reforma a cabo sin el consenso social.

Sin embargo, todas las medidas tomadas los meses anteriores y las que se prevén en esta reforma son sobre las que alerta la Comisión Europea en un informe publicado a mediados de diciembre.

Ese informe indica que la legislación es "altamente protectora" con el empleo fijo pero "muy flexible" con el temporal que provocaría un aumento continuado de la tasa de pobreza entre los trabajadores.

Las cifras españolas no son baladíes. Se trata, según datos de la OCDE, del país de la eurozona con mayor índice de desempleo en términos relativos y absolutos: el 22,8% de la población activa, que se traduce en 5,32 millones de personas. Además, es el más precarizado y con mayor desempleo juvenil, que dobla la media europea y afecta al 49% de los menores de 26 años.

Preparando el terreno

Pintada en una pared en España
El nuevo gobierno ha señalado que los ajustes anunciados hasta ahora son sólo el "inicio del inicio".
La primera comparecencia ministerial tendió los raíles de la política del nuevo gobierno. "El inicio del inicio" de los recortes, según la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

Entre ellos, la congelación del salario mínimo interprofesional en 641,40 euros (unos US$820) al mes (o 30,39 euros -unos US38$- por jornada en el caso de los contratos eventuales y 5 euros -más de US$6- a la hora en empleados del hogar).

También se congelará el salario de los funcionarios, que ya se había rebajado el año anterior y cuya jornada laboral se incrementará. Además, no se reemplazarán las bajas de los empleados públicos excepto en el 10% de las vacantes en educación, sanidad y fuerzas de seguridad del estado.

Si bien el Banco Central Europeo y la patronal española han recomendado adoptar la fórmula alemana de los minijobs (contratos de baja remuneración y máximo de 15 horas semanales), la ministra de Empleo, Fátima Báñez, los ha descartado, aunque ya existen contratos muy similares en España. 

Los sindicatos ya han advertido de que una nueva reforma del mercado de trabajo no contribuirá a crear empleo ya que los empresarios no tendrán necesidad de contratar trabajadores a menos que se reactive la economía.

Mientras, la patronal se queja de la rigidez del sistema actual y aboga por crear nuevos tipos de contratos menos estables, abaratar el despido y hacer desaparecer los convenios colectivos por sectores.

"Ni esta ni ninguna reforma va a vencer el paro, sólo se conseguirá profundizar en la crisis, deteriorar las condiciones de trabajo y llevar al país a la precarización absoluta", explica a BBC Mundo el presidente del Centro de Estudios Políticos y Sociales, una organización de tendencia de izquierdas, el economista Alberto Montero.

"El secreto pasaría en primer lugar por la inversión pública en contratación y, a partir de ahí, reconducir el tejido productivo", añade. Algo que no parece muy probable teniendo en cuenta la reducción del sector público que ha presentado el gobierno.

Becario para siempre

"Ni ésta ni ninguna reforma va a vencer el paro, sólo se conseguirá profundizar en la crisis, deteriorar las condiciones de trabajo y llevar al país a la precarización absoluta"
Alberto Montero, del Centro de Estudios Políticos y Sociales
Sin derechos laborales ni presencia en las cifras de desempleo, los becarios en prácticas son los grandes olvidados.

La mayoría cubren en realidad puestos de trabajo, ya han terminado los estudios y se matriculan en asignaturas y cursos para prorrogar la beca o enlazar con otra, lo que supone un uso fraudulento de lo que debería ser la iniciación al mercado laboral.

Las leyes no solo no tratan de regularizar su situación para que consoliden sus puestos de trabajo sino que se crean nuevas figuras que la perpetúan.

El anterior gobierno socialista ya amplió el contrato de formación hasta los 30 años, o bien discapacitados de cualquier edad, sin cotización a la seguridad social, sin prestación de desempleo y sin indemnización por despido, cuando a los 21 años se puede tener finalizados estudios universitarios en España.

La patronal propuso además la recuperación de la figura de aprendiz bajo el nombre de "prácticas no laborales" para trabajadores menores de 25 años por 426 euros (US$544) mensuales (inferior al salario mínimo) sin cotizaciones sociales ni vacaciones.

Tomás Muñoz, de la plataforma Juventud Sin Futuro, sostiene que "con sueldos mínimos o inexistentes, jornadas extensas o incluso sin horarios, y con las mismas exigencias de trabajo y responsabilidad que los asalariados pero sin seguro médico ni derechos laborales, está claro que el becario es la figura perfecta para ahorrar costes y sacar adelante el trabajo".

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