Breve Reseña Histórica
Por: La Comisión Permanente de Efemérides Patrias
La ocupación norteamericana de 1916, tiene su origen en la toma
irresponsable de una serie de préstamos y venta de bonos que comprometían la
soberanía nacional y que nunca pudieron cumplirse, que a partir de 1868
iniciaron los presidentes Buenaventura Báez y Ulises Heureaux para su propio
beneficio y para alimentar la corrupción de sus respectivos gobiernos.
Es así como ya en 1892 el gobierno norteamericano fundó la Santo Domingo
Improvement Company para operar exclusivamente en República Dominicana y
hacerse cargo de la deuda externa del país, que en ese entonces estaba en
manos holandesas. En poco tiempo ésta compró la deuda externa dominicana.
Más tarde se apoderó del control de las aduanas y paulatinamente de todos
los ingresos del país, incluyendo el Banco Nacional.
Con el establecimiento de la Santo Domingo Improvement Company en 1892, que
controla los ingresos de las aduanas, se inicia la penetración económica en
el país y con la ocupación de 916 se establece el control político-militar.
La convención Dominico-Americana de 1907 y la Santo Domingo Improvement son
instrumentos esenciales para comprender lo que ha sucedido en República
Dominicana desde el año 1900.
Pues, como ya indicamos antriormente, a partir del control de la Santo
Domingo Improvement de la deuda externa, el país cayó por una cuesta
enjabonada y no paró hasta que en 1916, Woodrow Wilson decidió la
intervención militar.
El primero de Junio de 1916, los marines norteamericanos desembarcaron
simultáneamente por Montecristi y puerto Plata, en la primera sin ninguna
resistencia y en la segunda ante un fuerte encuentro con las tropas
dominicanas que dirigía el Gral. Apolinar Rey.
Las tropas que desembarcaron en Montecristi estaban dirigidas por el Gral.
de Brigada J. H. Pendleton, cuya misión era coincidir en Navarrete con las
tropas que venían desde Puerto Plata, para desde allí avanzar a tomar la
ciudad de Santiago.
Por donde pasaban los norteamericanos, sólo dejaban huellas de sangre y
destrucción. Quemaban hogares, asaltaban comercios y fusilaban a los
“sospechosos” que encontraban.
Mientras tanto, en el poblado de Mao, un grupo de buenos y verdaderos
dominicanos se adiestraba para impedir el paso al enemigo en su penetración
hacia el centro del Cibao.
En sesión extraordinaria de la noche del 5 de Junio el Ayuntamiento del
Municipio de Mao, declaró de duelo la común, mientras el enemigo estuviera
pisoteando nuestro suelo.
El 25 de Junio de 1916, comenzó a rumorarse en Mao, que las tropas
norteamericanas habían salido de Montecristi. De inmediato se convocó a una
reunión en el edificio del correo para organizar “los voluntarios” que irían
a detener el paso de las tropas de ocupación, que sería un punto estratégico
del Camino Real. El lugar escogido fue la Barranquita que es una elevación
ubicada cerca de la carretera que conduce desde Mao a Guayacanes.
Inmediatamente, grupos de hombres fusiles en manos comenzaron a formar
pelotones. El comandante Carlos Daniel aportó 50 carabinas y 2,000 tiros.
Además de fusiles “Mauser” de uno y dos tiros, se contó con “Brogose” de un
disparo y “Vegas Haitianas”.
Justo finalizando el mes de Junio de 1916, un pequeño ejército formado por
aproximadamente 80 patriotas maeños, con armas gastadas por el tiempo, sale
a hacerle frente a un ejército invasor de 200 hombres equipados con potentes
y modernas armas; pero que los patriotas maeños acantonados en la
Barranquita le demostrarían que todavía existían hombres dispuestos a dar su
vida por la soberanía Dominicana.
El 2 de Julio ya las tropas norteamericanas que avanzaban desde Montecristi,
se encontraban en Laguna Salada y Los Pretiles, es decir, a sólo 10
Kilómetros de los héroes de la Barranquita que los esperaban aposicionados
en profundas trincheras con el camino bloqueado por un enorme árbol de
Baitoa a treinta metros de ellos, así como con 20 barriles de abejas
dispuestos 10 de cada lado del camino por orden del Gral. Daniel y nuestra
enseña tricolor, colocada por uno de los patriotas, que flotaba en las
alturas.
En la mañana del lunes 3 de Julio de 1916, se produjo el esperado encuentro
en la Barranquita. El grupo de patriotas comandado por el Gral. Carlos
Daniel y el Capitán Máximo Cabral, hicieron resistencia heroica al ejército
norteamericano que avanzaba desde Montecristi.
Al sonar el primer disparo sobre las tropas invasoras al grito de “Tiro poi
caco” del jefe (Carlos Daniel), éstas rápidamente tomaron posiciones detrás
del árbol grande que los dominicanos habían puesto en medio del camino para
impedir el paso del enemigo, lo que le sirvió de protección. Muchos de ellos
llegaron hasta donde estaban los barriles de abejas, que fueron alarmadas
con los disparos dirigidos a propósito por los acantonados. Esta trampa fue
lo que más ayudó a que en esos momentos se desarrollara con más emoción este
episodio histórico; pues, un buen número de norteamericanos, sin conocer
este insecto, quedó en medio de las enojadas abejas, y mientras se defendían
de las picaduras de los endiablados insectos, al mismo tiempo les llovían
ráfagas mortíferas de los dominicanos.
Esta experiencia les hizo retroceder y pensar en nuevas tácticas para
destruir el valeroso cantón que dirigían los intrépidos Carlos Daniel y
Máximo Cabral. Este último, quien en todo momento estuvo valientemente al
frente de la contienda, fue uno de los primeros en caer; pues con su
elegante uniforme azul oscuro, su gorra al estilo soldado francés y su sable
de rango, hizo creer al enemigo que éste era la cabeza del grupo.
En la gesta de la Barranquita murieron los Maeños Máximo y Agustín Cabral,
el inmortal restaurador Pancho Peña (con 80 años), el joven de tan solo 17
años Belarminio Rodríguez y el valeroso Magdaleno Zapata, entre otros.
Entre los patriotas, que marchaban al frente con la intención de detener el
apso del enemigo, se encontraban además, Isaías Gutiérrez con sus sobrinos,
Lucas Evangelista, Francisco, Bernardo y Manuel Gutiérrez del poblado de
Guayacanes, los hermanos Luis y Belarminio Rodríguez de la sección de Amina,
los maeños Juan Infante, Máximo Muñoz, Luis Disla, Josesito Gómez, Piíto
Villalona, Salomé Rosario y Luis Gutiérrez. También los valerosos Lucas
Guzmán, Alfredo Castro y Pablo Peña. Mención especial y aparte merece el
intrépido Demetrio Frías, quien fue el patriota que puso a flotar la bandera
dominicana en el escenario del combate, y que una vez hubo que abandonar el
lugar, cuando ya estaban llegando al río Yaque, al percatarse de que la
bandera había quedado abandonada, regresó él solo al campo de batalla y
retiró la enseña tricolor para que ésta no fuera mancillada por la fuerza de
ocupación. Todavía esa bandera se conserva con claras manchas de la sangre
de este extraordinario patriota.
La Barranquita es un lugar sagrado que encarna los sentimientos más
sublimes, patrióticos y nacionalistas de la época; un símbolo del heroismo
demostrado frente a una potencia extraña que nos invadía. Este cerro de sólo
unos 60 metros de altura, representa la firmeza del dominicano en la defensa
de la soberanía.
LOOR A LOS HÉROES Y MÁRTIRES DEL 3 DE JULIO HERÓICO!!!!!
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