Un grupo de investigadores predijo que es muy
probable que ocurra un gran terremoto en la capital japonesa mucho más
pronto de lo que dice el gobierno.
El equipo de la Universidad de Tokio señaló que
hay una probabilidad de 75% de que un sismo de 7 grados de magnitud
azote la región en los próximos cuatro años.
El gobierno había indicado una probabilidad de 70% en las próximas tres décadas.
La advertencia llega menos de un año después del terremoto y tsunami que devastaron la costa nororiental de Japón.
Sin embargo, Paul Caruso, del Centro Nacional de
Información de Terremotos de Estados Unidos, con base en Denver,
Colorado, dijo a BBC Mundo que no es posible predecir terremotos.
"Hasta donde yo sé, nadie ha predicho con exactitud el tiempo, localización o magnitud de un terremoto", expresó Caruso.
"Sin embargo, diferentes agencias tratan de
pronosticar terremotos, al igual que se pronostica el clima", agregó.
"Aparentemente están haciendo eso en Japón, un país con un extenso
historial de grandes sismos".
La última vez que Tokio sufrió los efectos de un
gran terremoto fue en 1923, cuando un sismo de 7,9 grados mató a más de
100.000 personas, muchas de ellas en incendios.
Distintas técnicas de predicción
Los científicos del instituto de investigación
de terremotos de la Universidad de Tokio basaron su predicción en el
creciente número de temblores en la capital desde el terremoto del 11 de
marzo de 2011.
Dicen que, comparados con años normales, se ha
quintuplicado la cantidad de terremotos en el área metropolitana de
Tokio desde el desastre de marzo.
Basaron sus cálculos en datos de la Agencia
Meteorológica de Japón y señalaron que sus resultados muestran cómo se
ha incrementado la actividad sísmica alrededor de la capital, lo que
aumenta a su vez las probabilidades de un gran terremoto.
Los investigadores afirman que, si bien es
"difícil predecir" el impacto en víctimas de un terremoto en Tokio,
tanto el gobierno como los individuos deben estar preparados.
Caruso coincide y agrega que se deben "construir
edificios más fuertes" y que, en ese sentido, "Japón tiene un código
muy estricto de construcción, de diseño de edificios para soportar
terremotos".
Según corresponsales, mientras que los cálculos
de la universidad toman en cuenta la mayor actividad sísmica desde
marzo, el gobierno podría estar usando técnicas diferentes o menos
actualizadas para los suyos.
El terremoto del año pasado arruinó los sistemas
de enfriamiento de la planta nuclear de Fukushima, derritiendo algunos
de sus reactores.
"La planta nuclear estaba diseñada para soportar
un terremoto de un máximo 8 grados", explicó Caruso. "Pero éste fue de
9, significativamente más fuerte de lo que se esperaba".
El cinturón de fuego
Japón está ubicado en el llamado "Cinturón de
fuego del Pacífico", por lo que es uno de los países más propensos a los
movimientos telúricos y Tokio está en una de las áreas más peligrosas.
En el mismo cinturón se encuentra la costa oeste
de Estados Unidos, así como varios países de América Latina, incluido
Chile, que este lunes experimentó un temblor con epicentro en la misma
región que el terremoto de 2010.
En el Centro Nacional de Información de
Terremotos de Estados Unidos quedaron "muy impresionados" por el trabajo
hecho en Chile, en la construcción de edificios resistentes a los
sismos.
Aquel terremoto de 8,8 grados causó mucho daño,
"pero el número de víctimas fue muy pequeño para un sismo tan fuerte,
gracias a su código de construcción", afirma Caruso.
"En cambio en Haití -que no pertenece al cinturón de fuego del Pacífico- no tenían códigos y por eso murió tanta gente", añadió.
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