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martes, 24 de enero de 2012

Mi propuesta presidencial

Autor Benjamin Garcia
Columnista Estrella de Oasis

He decidido, como lo han hecho otros menos agraciados, asumir una candidatura a la presidencia de la República.  Entiendo bueno el momento, para ofrecer a nuestro electorado, una propuesta verdaderamente alternativa, libre de presunciones mesiánicas, sin compromisos con grupos económicos, sindicales, académicos o clubes de dominó en lomas de reservas y concubinas de alto “cilindraje”. 


No tengo estructura partidaria ni plataforma económica, mucho menos una claque que resuene en cada actividad donde me encuentro, un sonoro “dame lo mío”.  

Mi relación con los uniformes es nula.  Habré saludado a algún coronel, creyéndolo raso de un ejercito en abandono y he tenido la cercanía de un generalato retirado.  Además, los uniformes me parecen tristes, propio de gente deshojada y sin razones de vida, ni aspiraciones trascendentes.

Mi vínculo con la burocracia estatal se limita a haber sido profesor de teatro en Bellas Artes y relacionador público en la alcaldía de mi pueblo, además de director de un fallido Teatro Municipal.  Recientemente asumí responsabilidades de contratista, mas con el deseo de dejar una impronta, que de hacer negocios.

En el Palacio Nacional he sido “nombrado” solo cuando algún amigo de conexiones con las “mieles del poder” me ha mencionado.  

Es decir, no tengo recursos económicos, ni ejército, mucho menos vínculos con el poder.  Eso sí, puedo asegurarles, mi discurso tiene menos carga de somníferos que el de algunos candidatos y puedo jurar por la Virgencita de la Altagracia, que no soy un desalmado.

  Me anima el deseo de servir, de aportar a la causa justa de rescatar nuestra nación.  De arrancarla de manera definitiva a los buitres de siempre. 
Por lo tanto, mi campaña estará basada únicamente, en la presentación de propuestas. 

En ventilar ideas en los muros de las páginas sociales.  Publicar en las páginas de este prestigio periódico de Santiago, donde me atrinchero cada semana y en blogs de amigos. Enviar correos electrónicos. Conversar con amigos o pasajeros del concho. 

Convertirme en interactivo sin sueldo, para llamar a cuanto programa lo permita, ya sea de televisión o de radio. 

Y cuando logre convencer a alguien de la viabilidad de mi proyecto, entonces buscaremos lo necesario para asumir un liderazgo auténticamente humano y generoso.  Libre de prejuicios de clases, dogmas carnavalescos o rezos de casa cural y basílica protestante.  Me haré con la ilusión de la gente, la llevaré al hombro y en la conciencia colectiva intentaré dejar grabada la canción de una esperanza verdadera.

Evitaré por todos los medios las frustraciones, ofreciendo solo, cuanto sea posible realizar en función de nuestras riquezas.
Las donaciones serán bien recibidas, desde una bola en “motoconcho”, el espacio de ciento cuarenta caracteres, compartir un artículo virtual, o subir una frase libre de retaliación y ánimo de chisme.

Este primer artículo es simplemente, una notificación de lo que vendrá.  Solo avanzar, que nos proponemos decir la verdad, no jugar con la esperanza de la gente ni con el sacrificio económico de nadie.  No habrá cuentos con relación a lo que quise decir y no dije pero dejé dicho.  

Asumiremos el poder para servir, equilibrando la balanza de la justicia hacia quienes auténticamente necesiten de ella.  La poesía reinará por encima de las coplas insulsas de un merengue sin clase.

  El maestro ganará más que el juez o el policía, porque basaremos la seguridad ciudadana en la prevención y no en el castigo.  Estas son solo algunas de las acciones. Les invito a esperar más en una próxima entrega.

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