Las terapias de reemplazo de
nicotina, como parches y chicles, para ayudar a la gente a dejar de
fumar no son efectivas a largo plazo, afirman investigadores en Estados
Unidos.
Según los científicos de la Escuela de Salud
Pública de la Universidad de Harvard y la Universidad de Massachusetts,
incluso cuando estas terapias se combinan con asesorías psicológicas
para el cese del hábito, no parecen a la larga ser útiles.
Los investigadores siguieron durante seis años a cerca de 800 participantes que habían dejado de fumar.
Cuando se analizaron los resultados de quienes
habían tenido éxito y quienes habían recaído en el hábito los
científicos no encontraron diferencias entre los que usaron terapias de
reemplazo de nicotina y quienes intentaron el cese por sí solos.
Se calcula que unos 1.300 millones de personas
son fumadores en el mundo y este hábito mata a unos 6 millones cada año,
principalmente en países de bajos y medianos ingresos.
Aunque muchos de estos fumadores se esfuerzan regularmente por dejar el hábito, ésta no es una empresa fácil.
En la dependencia al tabaco influyen una serie
de factores conductuales, cognitivos y psicológicos por eso muy pocos
fumadores logran tener éxito en dejar el cigarrillo.
La industria global de herramientas de ayuda
para el cese del tabaquismo es enorme, con productos que van desde
medicamentos de prescripción, asesoría psicológica especializada y
terapias de reemplazo de nicotina, como parches, chicles, esprays, etc.
Sin diferencias
Para saber qué tan efectivas son algunas de
estas terapias, los científicos de Harvard y Massachusetts, llevaron a
cabo un seguimiento de 787 adultos fumadores de Massachusetts que habían
dejado el hábito.
Parches para evitar la pérdida de memoria
Otro estudio recientemente publicado
señala que los parches de nicotina usados para curar la adicción al
tabaco pueden servir para evitar la pérdida de memoria.
Un grupo de personas de 76 años de media y con un deterioro cognitivo leve recuperó el 76% de sus facultades normales de memoria de largo plazo tras seis meses usando parches de nicotina, según la investigación publicada en la revista Neurology.
Los autores desaconsejaron a las personas con pérdida de memoria leve que empiecen a fumar o a usar parches de nicotina por los efectos nocivos que supone y advirtieron que una medicación como la nicotina sólo debe ser utilizada bajo supervisión médica.
Un grupo de personas de 76 años de media y con un deterioro cognitivo leve recuperó el 76% de sus facultades normales de memoria de largo plazo tras seis meses usando parches de nicotina, según la investigación publicada en la revista Neurology.
Los autores desaconsejaron a las personas con pérdida de memoria leve que empiecen a fumar o a usar parches de nicotina por los efectos nocivos que supone y advirtieron que una medicación como la nicotina sólo debe ser utilizada bajo supervisión médica.
Los participantes fueron sometidos a análisis durante tres períodos desde 2001 a 2006.
En cada una de esas ocasiones debían responder
si habían usado alguna terapia de reemplazo de nicotina en forma de
parche colocado sobre la piel, chicle de nicotina, inhalador de nicotina
o espray nasal.
También se les preguntó durante cuánto tiempo
habían usado continuamente el producto y si se habían inscrito en algún
programa para dejar de fumar o habían recibido ayuda de un médico,
terapeuta o algún otro profesional de salud.
Los resultados, afirman los científicos,
mostraron que durante cada período casi un 35% de los que habían dejado
de fumar habían recaído, y entre éstos no se encontraron diferencias en
las tasas de recaída entre los que habían usado terpias de reemplazo de
nicotina durante más de seis semanas, sin o con asesoría profesional.
Tampoco se encontraron diferencias en las tasas
de éxito entre los que usaron las terapias de nicotina así hubieran sido
fumadores empedernidos o fumadores ligeros.
"Este estudio demuestra que el uso de terapias
de reemplazo de nicotina no es más efectivo para ayudar a una persona a
dejar de fumar a largo plazo que tratar de dejar el hábito por sí sola"
afirma el doctor Hillel Alpert, quien dirigió el estudio.
Y agrega que a pesar de que algunos ensayos
clínicos han encontrado que estas terapias son efectivas, los nuevos
resultados "demuestran la importancia de llevar a cabo estudios
empíricos sobre su efectividad cuando algo se utiliza en la población
general".
"Este estudio demuestra que el uso de terapias de reemplazo de nicotina no es más efectivo para ayudar a una persona a dejar de fumar a largo plazo que tratar de dejar el hábito por sí sola"
Dr. Hillel Alpert
Los investigadores afirman que es necesario que
las autoridades sanitarias encargadas de regular los medicamentos y los
productos médicos, "aprueben sólo los productos que han demostrado ser
efectivos para ayudar a los fumadores a cesar el hábito a largo plazo".
Las terapias de reemplazo de nicotina, que se
venden en muchos países sin receta médica desde mediados de los 90,
funcionan suministrando dosis bajas de nicotina -vía una goma de mascar o
parches cutáneos- que no contienen las toxinas que se encuentran en el
humo de un cigarrillo.
Se cree que estas terapias alivian el ansia de
consumir nicotina que siente un fumador cuando está intentando dejar el
cigarrillo.
Los detalles de la investigación, financiada por el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, aparecen publicados en Tobacco Control.
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