Washington.- Las personas que mantienen el cerebro activo durante
toda la vida con actividades cognitivamente estimulantes, como la
lectura, la escritura y juegos tienen menos niveles de una proteína
vinculada con el Mal de Alzheimer.
Según un estudio publicado en la
edición on line de la revista Archives of Neurology, los escáneres
cerebrales han revelado que aquellos que han realizado este tipo de
actividad tienen niveles reducidos de la proteína beta-amiloide, que
forman las placas seniles en el cerebro de los pacientes de Alzheimer.
Las placas seniles son las que se forman debido a
la acumulación de proteínas beta-amiloide, que se concentran formando
unos cúmulos u ovillos impenetrables que afectan a la transmisión entre
las células nerviosas del cerebro.
Aunque estudios previos ya habían sugerido que
realizar actividades mentales para estimular el cerebro podrían
contribuir a evitar el Alzheimer en la edad adulta, este nuevo estudio
identifica el factor biológico, lo que puede ayudar a diseñar nuevas
estrategias en los tratamientos.
"Estos resultados apuntan a una nueva forma de
pensar acerca de cómo el compromiso cognitivo a lo largo de la vida
afecta al cerebro", dijo uno de los investigadores principales del
estudio, William Jagust, profesor del Instituto de Neurociencia de la
Facultad de Medicina de la Universidad de California.
"Más que simplemente proporcionar resistencia a la
enfermedad de Alzheimer, las actividades de estimulación del cerebro
pueden afectar a un proceso patológico primario de la enfermedad",
indicó Jagust.
Esto indicaría que la terapia cognitiva "podría
tener un importante efecto 'modificador' de la enfermedad si se aplican
los beneficios del tratamiento con suficiente antelación, antes de que
aparezcan los síntomas", explicó.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa
que afecta principalmente a los adultos de edad avanzada. Su principal
síntoma es la pérdida de memoria que degenera en demencia.
Los investigadores pidieron a 65 adultos sanos,
cognitivamente normales mayores de 60 años, que indicaran la frecuencia
con la que participaron en actividades mentales como leer libros o
periódicos, escribir cartas o correo electrónico.
Las preguntas se centraron en varios puntos de la vida desde los 6 años hasta la actualidad.
Los participantes tomaron parte en un conjunto de
pruebas neuropsicológicas amplias para evaluar la memoria y otras
funciones cognitivas y se sometieron a escáneres cerebrales y a una
prueba diseñada en el Laboratorio de Berkeley desarrollada para
visualizar los amiloides.
Los investigadores compararon los resultados de
los escáneres de los individuos sanos con los de 10 pacientes
diagnosticados con la enfermedad de Alzheimer y 11 personas sanas de 20
años y descubrieron una asociación significativa entre los niveles más
altos de la actividad cognitiva durante toda la vida y unos niveles
bajos de beta-amiloide.
"Esta es la primera vez que el nivel de actividad
cognitiva se relaciona con la acumulación de amiloide en el cerebro",
señaló Susan Landau, investigadora del Instituto de Neurociencia Helen
Wills y del Laboratorio de Berkeley (California).
"La acumulación de amiloides probablemente empiece
muchos años antes de que aparezcan los síntomas", señaló. "El tiempo de
la intervención puede ser mucho antes, por eso es que estamos tratando
de identificar si los factores de estilo de vida podrían estar
relacionados con los primeros cambios". EFE
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