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martes, 24 de enero de 2012

INCAPACIDAD JUDICIAL EN VALVERDE


Autor Fernando Rodríguez Céspedes
Columnista Estrella de Oasis

Cuando pienso en la incompetencia de la Justicia Dominicana, no puedo dejar de recordar al fiscal adjunto de la Provincia Valverde, licenciado Nelson Rodríguez  como paradigma de un funcionario judicial altamente cuestionable por sus atropellantes ejecutorias y comportamiento que distan mucho de su deber de hacer  justicia, actuando sin prejuicios, con   prudencia y sabiduría.


Los casos sobran y para muestra basta citar el esposamiento y arbitrariedad con que desconsideró a una joven abogada que en uso de su derecho a proteger a  su cliente, insistió en presenciar el chequeo que le harían al vehículo del mismo.  Otro caso, es el torpe o mal intencionado manejo que dio a las investigaciones del  asesinato de Yasmín Valdez de Rodríguez en Mao.

Este sonado y horrible crimen ocurrió en la mañana de 25 de mayo del 2010 y pese a que desde el Palacio de Justicia al residencial donde ocurrió, hay una distancia transitable en 3 minutos, el Magistrado Rodríguez se apareció una hora después de ser notificado del mismo, dando tiempo a que el sangriento escenario fuera contaminado por la multitud de curiosos presente que abarrotó  el lugar.

A esta negligencia hay que agregar su complejo de Sherlock  Holmes cuando a los pocos minutos de apersonarse al lugar y luego de breves interrogatorios al cónyuge de  la occisa, profesor Manuel Rodríguez Bonilla, proclamara ante los periodistas y curiosos que el hecho tenía todas las características de un crimen pasional, que no hubo robo y……que: “el esposo fue quien la mató”.

Como era de esperarse, ese “juicio al vapor,“ desató los demonios de la morbosidad y el chisme tan propio de los pueblos, y dio pies a una campaña de desinformación, conjeturas y oprobios que “asesinaron moralmente”, al esposo y, de hecho, han obstaculizado y desviado las investigaciones impidiendo que los verdaderos asesinos de Yasmín sean capturados pese a la chapusería con que actuaron.

Pero si ese juicio a priori fue temerario,  peor fue su labor de convencimiento a los padres y hermanos de la difunta en ese sentido y el ocultamiento de informaciones puntuales a la Fiscalía de Santiago, cuando el caso fue pasado a esa jurisdicción, informaciones que pudieron facilitar la rápida solución del crimen como fue la visita, a su despacho, de una vecina del sector que denunció  a los criminales.

Además, su afán de presentar al esposo de la occisa como responsable del crimen fue tan grande que el convicto José Rubén Matías Infante,  quien hacía poco había salido de la cárcel por robar en una vivienda frente al escenario de crimen, fue visto por él entre los curiosos, en el lugar de la tragedia, y lo dejó ir con la sola advertencia de que no saliera del pueblo para posible interrogatorio futuro.

Como era de esperarse, este huyó de Mao y luego apareció Enyi García Rivera confesando, ante su esposa y dos amigos, aunque después lo negó, que ese sujeto,  junto al nombrado Jonathan, quien visitaba frecuentemente la casa vecina a donde ocurrió el crimen, le habían pagado 10 mil pesos para que le avisara cuando el esposo de Yasmín Saliera de la vivienda para ellos cometer su fechoría.

Si como sugieren algunos, el apresamiento de Enyi, por el propio padre de Yasmín, oficial retirado de la Policía, fue un montaje, ¿Por qué no se investigó a fondo quién y para qué se montó el mismo? . Con Enyi detenido, esa no era una tarea difícil para las autoridades, pero estas, ni siquiera se han  interesado en ubicar y detener para interrogar,  a Matías Infante ni al  nombrado Jonathan.

Mientras tanto, el esposo sigue padeciendo un largo viacrucis con sus dos hijos menores a cuesta y el estigma de que “fue el asesino de su esposa,” pese a que ni los difamadores, los padres de Yasmín, ni las autoridades policiales y judiciales han podido encontrar un solo indicio de culpabilidad en su contra. Y todo esto, gracias al manejo prejuiciado del caso, del flamante fiscal adjunto de Valverde, licenciado Nelson Rodríguez.

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