El ministro francés del Interior, Claude Guéant,
afirmó hoy que quiere limitar los permisos de entrada de extranjeros a
150.000 anuales, después de los 182.595 otorgados el pasado año.
Guéant, que presentaba a la prensa las cifras de
la inmigración en 2011, indicó que su intención es volver a las cifras
de entradas de la década de 1990, "antes de que las cosas derraparan"
con el Gobierno socialista de Lionel Jospin (1997-2002).
En un claro tono electoral -Francia celebra el 22
de abril y el 6 de mayo las dos vueltas de los comicios presidenciales-,
el ministro conservador denunció el proyecto del Partido Socialista
(PS) que se sigue basando en "las regularizaciones masivas (de
irregulares) y el voto de los extranjeros en las elecciones locales".
El pasado año, los permisos otorgados a
inmigrantes para residir en Francia disminuyeron un 3,6 % en términos
globales, con un bajón del 26 % de las llegadas para trabajar y del 14 %
por motivos familiares.
Las expulsiones de clandestinos, por su parte, se
incrementaron un 17,5 % hasta un nivel récord de 32.195, lo que supone
5.000 más del objetivo que el propio Ejecutivo se había fijado
inicialmente.
Las naturalizaciones experimentaron un descenso
del 30 % para quedar en 66.000 personas que adquirieron la nacionalidad
francesa.
En Francia viven unos tres millones de extranjeros
en situación regular. En 2009, el último ejercicio del que existen
cifras completas, de los 2.908.000 extranjeros, 2.350.000 procedían de
países que no pertenecen a la Unión Europea.
Guéant destacó que la tasa de delincuencia de los
extranjeros es "entre dos y tres veces superior" a la de la media de la
población francesa. EFE
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