Científicos
en Japón crearon un sistema de sensores para "oír" los mensajes que
transmiten las ostras sobre el ecosistema en que se encuentran.
Al abrirse y cerrarse con diferentes frecuencias
las ostras ofrecen información clave, de acuerdo a los investigadores,
que llamaron a su sistema de sensores "kai-lingual" (kai es el término
japonés para crustáceo).
"Con kai-lingual, podemos escuchar
los 'gritos' de las ostras, que pueden estar comunicando por ejemplo
'estamos sufriendo por falta de oxígeno'", señaló el Profesor Tsuneo
Honjo, director del centro de investigaciones marinas de la Universidad
de Kagawa, Seto Inland Sea Regional Research Center.
"Las ostras pueden estar comunicando, por ejemplo, 'estamos sufriendo por falta de oxígeno"
Prof. Tsuneo Honjo, Universidad de Kagawa
"Este equipo fue desarrollado originalmente para vigilar la presencia de la marea roja causada por el organismo Heterocapsa circularisquama, que puede matar a los crustáceos y dañar a las ostras perleras", dijo Honjo a BBC Mundo.
"Durante mucho tiempo se recolectaron estos
datos y se compararon con el comportamiento de las ostras en condiciones
normales. Los datos se traducen en diferentes gráficos y muestran cómo
una alta frecuencia, es decir un número elevado de movimientos de
apertura y cierre de las ostras por hora, es indicativo de problemas
diferentes".
Ostras intérpretes
No todas las ostras se comunican con la misma
facilidad. Las ostras perleras son más expresivas que las cultivadas
como alimento, por lo que Honjo decidió colocar en las granjas de ostras
para consumo humano algunas ostras perleras, que funcionan
prácticamente como "intérpretes" o voceras de sus primas más tímidas.
Sistemas kai-lingual están operando hasta fines
de marzo en diversas granjas de ostras en Japón en la bahía Ago, en la
prefectura de Mie, y en la prefectura de Kagawa.
"Las ostras perleras muestran respuestas
diversas que se traducen en gráficos con ondas diferentes", dijo el
profesor Honjo a BBC Mundo.
La reacción varía dependiendo del evento que enfrenten, por ejemplo, una marea roja de H. circularisquama.
Las mareas rojas o floraciones algales son crecimientos explosivos de
microalgas que alcanzan concentraciones tan elevadas que dan coloración
al agua.
Otros de los problemas que pueden comunicar las
ostras son la falta de oxígeno, la presencia de ácido sulfhídrico, la
baja salinidad o el grado de turbidez o falta de transparencia del agua.
"Leyendo los gráficos podemos ver qué impacto
están teniendo en las ostras estos cambios en el medio ambiente.
Comprobamos además que la respuesta ante eventos similares es diferente
para diversos moluscos, como mejillones o almejas, o sea que cada
organismo responde de forma diferente al mismo evento", explicó Honjo.
Granjas comerciales
El sistema de sensores tiene importantes
aplicaciones prácticas, ya que podría ser fundamental para prevenir
pérdidas en las granjas de producción comercial.
"En la bahía Ago, una marea roja de H. circularisquama
causaba daños cada verano. Pero con el sistema kai-lingual logramos
detectar el crecimiento de estos organismos en una fase temprana, a una
concentración de cuatro células por mililitro", dijo Honjo a BBC Mundo.
"Esto permitió que los pescadores redujeran el
daño trasladando las ostras a otra zona en el mar, donde no se detectó
la presencia del organismo dañino".
"A través de años de investigación, hemos logrado establecer definitivamente verdaderas conversaciones con las ostras".
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