Hace mucho que se habla de la realidad aumentada,
entendida como añadir capas de información extraída de internet a la
realidad tal y como la conocemos.
Según los expertos, esta tecnología podría tener
en un futuro infinidad de utilidades. Desde enseñarnos a reparar el
motor de un avión a ver subtítulos en tiempo real cuando alguien se nos
acerca y nos habla en chino.
Pero aunque la proliferación de
celulares inteligentes hace años que nos permite a algunos vislumbrar
realmente de qué se trata, todavía falta por desarrollar una tecnología
que no nos obligue a sacar el aparato del bolsillo todo el rato.
Quizás es por eso que Google está moviendo gran
parte de su músculo creativo en el diseño de unos anteojos de realidad
aumentada, que han desatado todo tipo de rumores en el mundo
tecnológico.
Los lentes de Google
El última información la sacó un blog del diario The New York Times,
en donde se avanzaba que las gafas podrían salir a la venta a finales
de año por un precio que oscilaría entre los US$250 y US$600.
Según dijeron en el blog, empleados de la
compañía informaron anónimamente que el dispositivo óptico integrará una
cámara de baja resolución para tomar imágenes que serían cotejadas con
los datos de la nube.
También incorporaría sensores de movimiento y sistemas de geolocalización GPS.
Los anteojos no estarían diseñados para ser
llevados todo el rato, sólo cuando se les necesitase, y la información
no aparecería ante nuestros ojos como lo hace en el celular inteligente
sino como imágenes de realidad aumentada.
Otro medio estadounidense difundió que Google
habría invertido US$120 millones en unas instalaciones para poner a
prueba la “precisión de una tecnología óptica”.
Secreto
Pero la compañía no ha confirmado ninguna de las cosas que les estamos contando.
Al contrario, el proyecto de los anteojos se
desarrolla con total secretismo en el Google X, el laboratorio para
asuntos "top secret" ubicado en el Campus de Google.
Google no es la única, también se dice que Apple trabaja en otro dispositivo portátil de realidad aumentada.
En su caso se trataría de algo similar al iPod Nano de pulsera, pero estaría hecha de cristal flexible.
El usuario se comunicaría con el aparato a través Siri, la asistente virtual de Apple.
“Muy útil”
Desde el año 2008 los usuarios cuentan con
aplicaciones de celulares inteligentes que les permiten vislumbrar las
posibilidades que ofrece la Realidad Virtual.
"El poner capas de información adicional sobre la realidad es notablemente útil"
Claudio Feijoo, subdirector de investigación del Cedint
Aún así, esta tecnología no ha pasado de ser una curiosidad o entretenimiento a algo realmente práctico y cotidiano.
Pero con la aparición de la computación en nube y
el aumento en las velocidades de transmisión de datos, los expertos
auguran un futuro brillante para la realidad aumentada.
Se estima que su uso podría extenderse en
ámbitos tan diversos como la educación, la publicidad, la arquitectura,
la industria o la cirugía.
“El poner capas de información adicional sobre
la realidad es notablemente útil”, explicó a BBC Mundo Claudio Feijoo,
subdirector de investigación del Centro de I+D de la Universidad
Politécnica de Madrid (Cedint).
“Lo vamos a tener sí o sí. Imagina que tienes
que tienes que reparar el motor de un avión, puedes saber cómo se llama
cada pieza. Tampoco es lo mismo que te enseñen con una pizarra que poder
ver algo e interactuar con ello”, apuntó.
A nivel urbano, detalló, “si te has perdido en una ciudad te pones las gafas y te indica cómo se llaman las calles”.
Realidad aumentada “auditiva”
Ahora los investigadores apuntan más allá de la realidad aumentada “visual” y ya se habla de la “auditiva”.
Es el caso de Jordi Janer, quien ensaya el modo
de incorporar elementos sonoros de realidad aumentada en la Universidad
Pompeu Fabra de Barcelona.
“Nosotros estamos tratando de desarrollar
sistemas de audio con realidad aumentada. Escuchar más cosas de las que
escuchamos”, aclaró.
Estudian por ejemplo, la posibilidad de ir a un
concierto de música y poder escuchar más un instrumento que otro, o
estar en una habitación con la música alta y poder “subir el volumen” de
nuestro interlocutor.
También se plantean incorporar sonidos a
elementos “reales” almacenados en internet. Imaginen un Google street
donde se pudiera escuchar el ruido de los autos y de las personas al
pasar.
Retos
Sin embargo, todo eso plantea de nuevo el dilema de la conectividad versus privacidad.
En el caso de las gafas de Google, se dice que
sus diseñadores discuten si sería ético que la gente esté siendo grabada
constantemente con las cámaras que incorpora un dispositivo como ese.
Y algo más importante ¿Estamos realmente dispuestos a estar aún más conectados?
Para Janer la respuesta es clara.
“Si hubieramos hecho la prengunta hace 15 años,
es decir, si toleraríamos tener un ordenador encima, tambien hubieramos
pensado que era desproporcinado y no tenia sentido estar conectados todo
el tiempo, pero la realidad es que casi todo el mundo ya tiene uno”.
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