Flamingo Air, una compañía de avionetas en
Cincinnati, Estados Unidos, no deja fumar en los aviones ni molestar al
piloto en la cabina, pero en cambio ofrece un servicio que ninguna otra
aerolínea brinda: permite tener sexo en pleno vuelo.
En su sitio en internet se promocionan viajes de
negocios, paseos aéreos sobre la ciudad y vuelos románticos que el
cliente "nunca olvidará".
Todo empezó como suelen comenzar
estas iniciativas: con una apuesta. Un grupo de pilotos amigos se
desafió a que ninguno podía encontrar una pareja que pagara por una
relación íntima a miles de pies de altura.
Hoy esa apuesta es un buen negocio que ofrece
una hora inolvidable en el aire por US$425 dólares, tarifa que incluye
una cama con cortinas, champagne, chocolates y un piloto "muy discreto".
El capitán Dave MacDonald describió al sitio de
internet WCPO en Cincinnati algunas particularidades de estos viajes:
"Una vez tuve un taco de zapato en mi oreja, recibí un disparo de corcho
de champagne en mi cabeza y gracias a Dios usamos auriculares".
Detrás de cortinas
MacDonald agregó que todo lo que ocurre detrás de la cortina no es asunto suyo.
"Es una cuestión de profesionalismo, nuestros clientes esperan eso.
Si alguna vez escribo un libro sería genial".
La copropietaria de Flamingo Air, Sharon McGee,
señaló que casi el 90% de los "vuelos románticos" son reservados por
mujeres que quieren añadir algo de aventura a su relación.
"Nosotros jugamos con el romance, no se trata
del básico y barato 'vamos a tener sexo en el avión', es el factor
romántico que implica, por eso el champagne y los chocolates".
Sea por lujuria, aventura o romanticismo, la
empresa puede alardear de 21 años de vuelos continuos, un lapso de
tiempo al que muchas aerolíneas más famosas no han llegado.
Lo que no queda claro ni en el sitio WCPO ni en
el web site de la compañía aérea es qué pasa con el cinturón de
seguridad en pleno vuelo, pero el cinturón de castidad sin duda se queda
en tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinion nos ayuda a crecer