Rick Santorum, aspirante a ser el candidato a la
presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano, no oculta el
hecho que su profunda fe cristiana le da forma a su pensamiento
político.
Su postura le ha ganado adeptos entre los
sectores más conservadores de su partido pero hay quienes piensan que su
discurso de tono fuertemente religioso entra en conflicto con uno de
los principios fundamentales de la sociedad estadounidense: la
separación entre el estado y la iglesia.
En la antesala de las primarias,
este martes, en Arizona y la muy importante de Michigan, Santorum ha
arreciado sus críticas contra la secularidad del país y, recientemente,
abogó directamente por más consideración religiosa en las políticas
públicas.
El pasado domingo, el precandidato republicano
expresó que al escuchar un discurso de los años 60 de John F. Kennedy
-en el que defendía la separación entre el estado y la iglesia- se había
sentido enfermo.
Mientras esas declaraciones le pueden rendir
fruto en su campaña, algunos ven con preocupación que se trate de cerrar
la brecha entre política y fe. Otros piensan que es un debate que surge
cada ciclo de elección presidencial, precisamente porque no es una
división muy clara.
Invocando a Dios
El concepto de la separación estado-iglesia
figura prominentemente en la sociedad estadounidense y un amplio sector
del público lo interpreta como una barrera contra la intromisión tanto
de la religión en el gobierno como del gobierno en la religión. Es un
camino de dos vías.
No obstante, la mayoría de los políticos, no
importa su partido, invocan constantemente a Dios en sus discursos como
algo imprescindible y parte del electorado responde positivamente a eso.
"Nadie diría que somos una nación absolutamente secular, así que ¿qué tan cristiana o religiosa es?"
Dante Chinni, Universidad Americana de Washington
Dante Chinni, del Centro de Estudios
Legislativos y Presidenciales de la Universidad Americana en Washington,
sostiene que la línea entre la secularidad y la religión es muy fina y
todavía existe mucha división de opinión.
"No hay nada en la Constitución que
explícitamente ordene la separación de estado e iglesia", afirmó a BBC
Mundo. "Es un concepto al que hemos llegado a lo largo de años de
historia".
Chinni, que dirige una organización llamada
Patchwork Nation (literalmente: Nación de retazos) divide el país en
secciones para explicar con mayor claridad como los variados temas de
debate político afectan diferentes segmentos sociales.
"Nadie diría que somos una nación absolutamente
secular, así que ¿qué tan cristiana o religiosa es?", se pregunta. "Esta
es una lucha que no desaparece del panorama estadounidense".
Fe y política
El electorado acepta que muchos políticos son
individuos de fe y que esta fe informa su visión política, mientras esas
expresiones se queden en el ámbito retórico, comenta Judd Legum,
analista del Center for American Progress, un grupo de investigación de
tendencia liberal en la capital estadounidense. "Cuando va más allá y
empieza a meterse en las decisiones políticas se vuelve controvertido".
Judd destaca cómo la creencia religiosa se ha
vuelto central en la oposición conservadora a la oferta de
anticonceptivos incluidos en la cobertura del seguro de salud pública,
parte de un plan del presidente Barack Obama.
"La separación estado-iglesia corre peligro si
se permite que la religión personal de los candidatos empiece a dictar
su política a costa del bienestar del pueblo", manifestó a la BBC.
Rick Santorum defiende a capa y espada su
condena de distribuir píldoras anticonceptivas y hasta condones como
parte del plan de salud de Obama y basa sus argumentos, sin vergüenza
alguna, en sus creencias cristianas. "Eso no está bien", alega. "Es una
licencia para hacer cosas en el ámbito sexual que van en contra de cómo
deben ser".
"La reacción a ese discurso muestra que en el contexto de la primaria republicana ha habido un retroceso de unos 50 años"
Judd Legum, Centre for American Progress
Cuestionó, inclusive, si Obama no estaba
violando ese contrato de no intromisión del estado en asuntos religiosos
con políticas del gobierno que forzaban a los creyentes a ir en contra
de lo que dictamina su fe.
Pero Santorum pareció contradecirse, el domingo
pasado, cuando se expresó repugnado por un discurso que dio el entonces
candidato presidencial demócrata John F. Kennedy en el que habló de la
imperiosa necesidad de mantener una separación entre el estado y la
iglesia.
Kennedy, un católico en un país
predominantemente protestante, precisamente se estaba defendiendo de sus
críticos que sospechaban de una indebida injerencia del Vaticano en el
gobierno si llegara a ser presidente.
"La reacción a ese discurso muestra que en el
contexto de la primaria republicana ha habido un retroceso de unos 50
años", afirmó Judd Legum
El analista argumenta que Kennedy resaltaba que
no importa si se es católico, protestante, musulmán o judío, se puede
servir el pueblo igualmente bien y que los republicanos, en particular
Santorum, han pervertido ese concepto. "Básicamente quieren forzar sus
puntos de vista personales de fe reclamando el derecho a que el estado
no se meta con su religión".
Base conservadora
Sin embargo, Dante Chinni de la Universidad
Americana, señala que toda esta retórica es exclusivamente para consumo
interno del Partido Republicano y durante la primarias los temas
religión y gobierno son muy importantes.
"Hay que recordar que estas discusiones son
motivadas por la periferia. Es un mensaje muy polarizante y son los
republicanos muy comprometidos -en su mayoría muy conservadores- los que
saldrán a votar en las primarias", manifestó el académico.
En este sentido la estrategia de Santorum puede
ser ganar la nominación de su partido con un mensaje ultraconservador y
luego desplazarse un poco hacia el centro para la contienda
presidencial.
"Los estadounidense quieren un candidato que tenga fe más no que se arme de esa fe en una elección presidencial. Que crea en Dios pero que no hable de Dios a todas horas"
Dante Chinni, Universidad Americana de Washington
La explicación es que los votantes republicanos
en las primarias son una base muy reducida del electorado y dentro de
esa base hay otro subestrato que está muy atraído al mensaje de
Santorum.
Según Chinni, ese mensaje y sus acaloradas
declaraciones son expresiones sinceras de fe del precandidato
republicano que han podido calar con segmentos del partido pero a nivel
nacional la cosa es a otro precio.
"No va a poder echarse para atrás si llega a ser
el candidato presidencial republicano", asegura. "Su conservadurismo
extremo, contra los condones, los anticonceptivos, se entienden dentro
del partido pero en una elección general es la muerte", argumentó.
"Los estadounidense quieren un candidato que
tenga fe más no que se arme de esa fe en una elección presidencial. Que
crea en Dios pero que no hable de Dios a todas horas", concluyó Dante
Chinni.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinion nos ayuda a crecer