Gracias
a cambios en las regulaciones el alfabeto Braille se está esparciendo,
pero ¿realmente la mayoría de los ciegos usan el lenguaje de los puntos?
El alfabeto para ciegos ha existido por los
últimos doscientos años, pero a lo mejor usted se haya percatado cada
vez más del uso cotidiano del Braille.
Si tiene los ojos -o los dedos-
abiertos puede haber notado escritura Braile en puertas de baños -para
identificar el de damas del de caballeros- en los botones de los
ascensores, en botellas de vino y en los paquetes de los cereales de
desayuno o las comidas preparadas.
En Reino Unido la cadena Co-op inició esta
pequeña revolución con algunos de los productos de su marca, pero parece
estar esparciéndose gradualmente a otros bienes y a otras tiendas
también.
Los menús en Braille están disponibles para
quienes los solicitan en muchos establecimientos de cadenas de
restaurantes británicos, como Nando's y Pizza Express, pero su uso es
más obvio en medicinas y productos farmacéuticos, desde caramelos para
la garganta hasta tabletas para la presión arterial.
Orden comunitaria
En toda Europa el fenómeno se produce gracias a
una directiva de la Unión Europea aprobada en 2005. Pero no es una
tendencia limitada al Viejo Continente.
En twitter verá con regularidad que algunos
usuarios de EE.UU. se preguntan por qué hay Braille en los cajeros
electrónicos de los bancos que están en las islas de servicios para
automóviles si los ciegos no pueden manejar. Claro que ellos siempre
pueden ir de pasajeros.
En un tiempo no muy lejano, los frascos de lejía
tenían mensajes en Braile muy paternalistas como "irritante" o "no
ingerir", en vez de ofrecer información sobre qué hace el producto, como
por ejemplo "limpiador de cocinas".
La experiencia de un político ciego
"Para leer Braille siendo impedido de la vista, usted necesita desarrollar unas sensibles puntas de los dedos. Dedos que, al contrario de los míos, necesitan estar protegidos de las quemaduras que se producen al cocinar, o el manejo de implementos de jardinería o cosas como esas. Mis dedos han desarrollado lo que en un vidente podría llamarse “cataratas”, pero todavía puedo leer."
David Blunkett, exministro de Interior británico
Ha habido un cambio en la actitud de los
supermercados y otros negocios clave, dice Pete Osborne, jefe de Braille
del Real Instituto Nacional para los Ciegos (RNIB, por sus siglas en
inglés)
"Los fabricantes no dicen ahora que 'sería muy
bueno si pudieras usar Braille'; ahora dicen 'sabemos que debemos
usarlo, necesitamos saber cómo usarlo'".
Pero hay una contradicción. Mientras el uso del
Braille se extiende a objetos cada vez más cotidianos, el número de
personas que usan el sistema ha estado en un declive de largo plazo.
Superación tecnológica
Siendo aún un niño en Francia, a Louis Braille
se le ocurrió el sistema inspirado por un fallido sistema de "escritura
nocturna". Eso les permitió a los ciegos leer independientemente por
primera vez y fue ampliamente adoptado.
En ese tiempo, los puntos en relieve eran la
mayor esperanza para los invidentes. Hoy son los lectores de pantalla
para computadoras, así como los teléfonos inteligentes parlantes.
Eso ha creado una generación de ciegos a quienes la necesidad los ha hecho tecnológicamente hábiles.
Entonces, en este panorama digital parlante, ¿son los relieves en papel todavía útiles? Y ¿cuánta gente sigue usando ese medio?
Menos del 1% de los dos millones de invidentes que hay en Reino Unido son usuarios de Braille.
"La cifra más aproximada que tenemos es entre
18.000 y 20.000. Esa es la cantidad de gente que usa el Braille en algún
contexto", dijo Osborne.
"Esto podía representar a gente que conoce
suficiente Braille para reconocer o jugar un juego de dominó o cartas, o
leer el Braille "abreviado" en las cajas de paracetamol, hasta aquellos
que aprenden música con Braille y tocan a nivel profesional".
Lectores en declive
De los dos millones de personas con pérdida
visual, la mayoría están por encima de los 65 años. Y de ese grupo, los
usuarios del Braille tienden a ser aquellos que no han sido capaces de
ver desde temprana edad.
Únicamente 2.000 personas ordenan regularmente
libros Braille de la biblioteca, lo que sugiere que la mayoría solo lo
usa en aplicaciones más prácticas.
Pese a ser el jefe del grupo de codificación de
Braille de la Asociación Británica para los Formatos Accesibles, James
Bowden prefiere escuchar un audio-libro para entretenerse antes que
tomar un libro Braille.
Cómo funciona el Braile
- Inventado en 1821 por Louis Braille, quien quedó ciego desde los tres años de edad.
- Cada carácter se compone de hasta seis puntos, distribuidos en dos columnas de tres cada una.
- Se lee pasando por encima los dedos sobre cada carácter, que representa letras del alfabeto y signos de puntuación.
- Un beneficio clave es la posibilidad de reconocer cada letra usando las puntas de los dedos sin necesidad de reposicionamiento.
- No es tan difícil aprenderse las 26 letras, pero la dificultad viene en el toque y lograr establecer el ritmo de lectura.
- Por ejemplo, la letra S y la letra T, para una persona que no haya "desarrollado el tacto", pueden sentirse muy similares.
La versión Braille puede llegar a consistir en media docena de volúmenes del tamaño de una enciclopedia.
Por eso Bowden ve en el Braille una herramienta para solventar necesidades inmediatas de información más que para diversión.
"Si uno (ciego) no sabe qué contiene un disco
compacto, tienes que ponerlo en el reproductor. Con 20 discos, te podría
tomar veinte minutos encontrar el que quieres oír".
Usos políticos
El miembro del parlamento británico y exministro
del Interior, David Blunkett, leía frecuentemente sus declaraciones en
el Parlamento en Braille.
"Es un medio lento. Es necesario, yo le estoy
muy agradecido, pero diría que un lector de impresos razonablemente
rápido es dos veces más veloz de lo que soy yo".
"Yo soy un buen lector para mí mismo, pero no
para una audiencia y por eso, en mis discursos, tiendo a tener solo
notas escritas como respaldo. Y por eso encuentro que hacer
declaraciones que estén cuidadosamente redactadas desde la tribuna
parlamentaria es muy difícil".
"Solía odiarlo. Responder las preguntas en el
Parlamento era un juego de niños comprado, aunque para muchos políticos
es totalmente al contrario".
Blunkett urge a los ciegos que aprendan Braille
diciendo que incluso la mejor pantalla de computadora Braille y
audífonos no podrán ayudar a montar una presentación de la misma manera
que lo haría si tuviera un papel en frente.
Siempre está el riesgo del agotamiento de las
baterías o que se dañen los aparatos. Además, estudios estadounidenses
sugieren que los usuarios de Braille tienen más posibilidades de hallar
trabajo porque tienen "una mayor comprensión alfabética", afirma
Osborne.
Sin embargo, en Reino Unido hoy, el 66% de los ciegos o parcialmente invidentes en edad de trabajar están sin empleo.
"Analfabetismo" funcional
Escuchar los sintetizadores de voz de
computadoras en vez de experimentar las palabras, letra por letra, con
los dedos, implica que las palabras serán escuchadas sin que
necesariamente se sepa cómo se escriben. Y eso puede hacer que escribir
sea un desafío para algunos usuarios.
Las pantallas Braille conectadas a algunas
computadoras resuelven este problema de alfabetización pero muchas veces
son prohibitivamente costosas.
Antes de la mitad del siglo XIX, leer la Biblia
era más una motivación que una herramienta de trabajo para los
profesores de Braille, dice Philip Jeffs, archivista de la Biblioteca
Nacional de la RNIB.
Pero con la llegada de las máquinas de escribir
Braille, en la década de 1890, los ciegos pudieron dedicarse al trabajo
de oficina.
La RNIB realiza producciones editoriales en
Braille, pero no lo enseña directamente a los individuos. Las
autoridades locales han tendido a ser los organizadores de su enseñanza,
financiada por el gobierno.
Pero hay un problema en el financiamiento,
afirma Osborne. No es suficiente el número de personas a las que se les
enseña Braille, particularmente si se le compara con el número de
materiales en Braille que se producen.
"Hay un problema global en los países
desarrollados. Tradicionalmente las organizaciones han gastado mucho más
en producir y almacenar materiales (en Braille) que en enseñarlo. En
España, Francia, EE.UU., Australia. Es un problema que necesita ser
atacado", asegura Osborne.
"Nuestra opinión es que la gente debería tener el derecho a aprender Braille si así lo desea".
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