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Marcos Martínez |
SANTIAGO.-La
fábula de que la residencia del abogado y comunicador Marcos Martínez
estaba rodeada por militares y policías, resultó ser una comedia muy mal
montada por los estrategas de comunicación del PRD.
En
el teatro que se montó se incluyó que el canal 55 estaba militarizado,
que Marcos Martínez estaba desaparecido y que en los alrededores de su
oficina había una gran cantidad de personas sospechosas.
El
periodista Nelson Peralta distribuyó las copias de los documentos para
la denuncia en contra de la Primera Dama, Margarita Cedeño de Fernández,
y cada comunicador del PRD se encargó de hacer "la dramática denuncia".
Una
supuesta cuenta bancaria de la Primera Dama en el extranjero fue lo que
se utilizó para "armar el lío" de que los periodistas están siendo
presionados, amedrentados y que no hay un ejercicio libre en los medios
de comunicación.
Es cierto que la candidatura vicepresidencial
de Cedeño de Fernández ha creado una gran desesperación entre los
estrategas del PRD, pero aparenta que el "objetivo" del fracasado plan
de Santiago no era la Primera Dama.
El propósito de esa fábula
era hacer creer a la opinión pública que hay represión en este momento
en contra de las opiniones adversarias al gobierno y al PLD, un invento
que sucumbió en apenas unas horas.
La mentira de que la casa de
Marcos Martínez estaba rodeada por militares y policías fue
inmediatamente colocada en Facebook e informada a Santo Domingo, donde
el abogado y dirigente del PRD José Marte Piantini procedió a hacer la
denuncia a los medios capitalinos.
Una rápida visita al canal 55
y era mentira que estaba militarizado, otra visita a la oficina de
Marcos y era mentira que estaba rodeada de policías y de una buena
fuente recibimos la información de que el abogado Martínez estaba en su
casa.
En principios, la obra de humor fue bien montada porque
Nelson Abreu, Marcos Martínez, Nelson Peralta, entre otros voceros del
PRD, hicieron la "alarmante denuncia" y al día siguiente Marcos no fue
al programa para "armar el revuelo".
Lo interesante del teatro
que montaron fue que el general Rhommer López no sabía nada del caso, lo
mismo que la fiscal Luisa Liranzo, la fiscal del Distrito Jeni Berenice
Reynoso y el secretario de Interior y Policía, Monchi Fadul.
Nadie
sabía nada porque fue un invento planificado con el propósito de hacer
creer que hay represión en contra de los periodistas y escandalizar a la
opinión pública de Santiago y el país en torno a algo que no existe.
El
plan fracasó porque fueron demasiadas mentiras al mismo tiempo, porque
no las supieron ni siquiera disimular y porque la población no se deja
engañar y sabe que aquí cada quien expresa lo que siente.
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