Las 17 toneladas de oro y plata encontradas en el
tesoro de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes no salvarán a España
de su crisis económica.
La alegría inicial de recibir por decisión de
una corte estadounidense los cerca de US$460 millones en los que algunos
valoran el tesoro supone una satisfacción arqueológica y científica
que, sin embargo, no sumará un solo euro a unas arcas públicas españolas
mermadas por la crisis.
Este viernes está programado que aviones españoles partan con el tesoro rumbo a la península.
Antes, seis científicas españolas del Museo
Arqueológico Nacional viajaron a Tampa, Florida, tras unos cofres negros
rebosantes de monedas de oro y plata. La postal perfecta que durante
esta semana ha alimentado la imaginación popular sobre cuál sería el
destino de este enorme ingreso al patrimonio español.
Sin embargo, "la filosofía no es sacar
rendimiento económico sino un conocimiento científico que se pueda
divulgar", según explica a BBC Mundo Jesús Gálvez, jefe del grupo de
Investigación de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil, especializado
en perseguir el robo y expolio de los tesoros españoles.
La doctora María del Rocío Flores, profesora de
la Universidad Rey Juan Carlos y experta en contabilidad de Patrimonio
Cultural, considera ridícula la suposición de que el fastuoso tesoro de
los barcos españoles pudiese ser utilizado para sanear las cuentas del
Estado en tiempos de crisis.
El tesoro, uno de los mayores jamás encontrados,
será catalogado como patrimonio cultural y, como otras piezas
históricas y artísticas, el Estado no sólo no puede deshacerse de él
sino que además tiene la obligación legal de protegerlo.
Mientras que empresas privadas como Odyssey
Marine Explorations pueden lucrarse con estos hallazgos, el único
negocio posible para las administraciones públicas es la exposición o la
investigación científica.
Ni siquiera en el supuesto de que la deuda
pública española tuviese que hacer frente a un pago con otro país, jamás
podría recurrir a este tipo de patrimonio, según señala la experta.
Un hallazgo literalmente incalculable
Mucho se ha especulado sobre el valor del tesoro
que albergaba la fragata Nuestra Señora de las Mercedes y es posible
que quede recogido literalmente como incalculable.
"La filosofía no es sacar rendimiento económico sino un conocimiento científico que se pueda divulgar."
Jesús Gálvez, Guardia Civil
Según explica Flores, se trata de un concepto
contable muy complicado. Ni la tasación ni las fórmulas para determinar
su valor están muy desarrollados a nivel nacional e internacional, y el
criterio subjetivo de los profesionales que se encargan de ello juega un
papel clave.
Si no se tuviera en cuenta el componente
histórico, su tasación respecto al valor actual oro y la plata sería
fácil, pero el hecho de que sean piezas antiguas incrementa su valor.
"Todo ello dificulta que los bienes se reflejen
en las cuentas públicas y las administraciones pueden llegar a
declararse incapaces de valorarlos, lo que les eximiría de recogerlos en
sus balances, tan sólo serían inventariados", afirma la académica.
Una caja fuerte bajo el mar
Desde que comenzó el litigio por el tesoro de
Nuestra Señora de las Mercedes con la empresa estadounidense de
exploración submarina Odyssey, España ha redoblado la vigilancia de sus
barcos hundidos, poniendo especial celo en que sus contenidos no
abandonen las aguas territoriales.
El objetivo, aseguran, no es tanto el costoso
fin de recuperar tesoros sino protegerlos y evitar su expolio. A través
de patrullas marítimas, cámaras y radares de situación, se rastrean y
peinan las aguas nacionales vigilando las actividades sospechosas en
torno a los pecios -es decir los restos de naufragios- que tienen
localizados.
Unos 3.000 barcos podrían estar hundidos en las
aguas territoriales españolas, según un documento militar elaborado en
2009 en el marco del Plan Nacional para la Protección del Patrimonio
Arqueológico Subacuático.
España tardará años en estudiar todos estos
pecios, por la cuidadosa labor arqueológica con que tienen que llevarse a
cabo y el costo que supone recuperarlos. "Estudiarlos es muy costoso,
expoliarlos es muy fácil", enfatiza el comandante Gálvez.
Sumergidos en las profundidades de las aguas
española, se calcula que todavía descansa oro y plata por valor de
US$134.000 millones. Una caja fuerte submarina que España vigila ahora
con más esmero que nunca.
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