Si el capitán Garfio hubiera enfrentado a Peter Pan en esta época, probablemente no lo habríamos conocido por ese nombre.
Y es que hoy en día existen prótesis que nuestros abuelos jamás habrían podido imaginar.
Manos artificiales que pueden mover
los dedos, prótesis que convierten a un amputado en un atleta de élite e
incluso sistemas que permiten a una personas parapléjica mover el
cursor de un computador.
Pero aún así a la humandidad todavía le queda un
buen camino por recorrer hacia la construcción de miembros artificiales
que realmente funcionen como los originales, es decir, prótesis
biocompatibles.
La idea es conectar a la máquina con el hombre, o
lo que es lo mismo, al nervio con el electrodo, para que la prótesis
responda a las órdenes del mismo modo que lo hacen los miembros sanos.
Materiales biocompatibles
Existen varios centros especializados en el mundo trabajando en esta dirección.
Uno de ellos es el Laboratorio Sandia, uno de
los mejores centros de investigación y desarrollo del departamento de
Energía de Estados Unidos.
Su mayor reto a la hora de conectar nervios humanos a una máquina es cómo hacer que los electrodos no dañen el tejido orgánico.
Y el químico Shawn Dirk y el ingeniero en
robótica Steve Buerger tratan de fabricar unas transiciones
biológicamente compatibles que permitan poner en contacto pequeños
grupos de fibras nerviosas con los electrodos que luego accionarían las
prótesis.
Para ello están ensayando el uso de diversos
tipos de biomateriales y nervios periféricos, con la idea de que estos
materiales permitan elaborar un implante con agujeros microscópicos a
través del cuales penetren las fibras nerviosas.
Estos materiales deben ser también conductores
para que pueda fluir el impulso eléctrico generado por el nervio hacia
el circuito.
"Si logramos dar con el material con las
propiedades adecuadas, podríamos crear una interconexión sana y
duradera, que permitiría a los amputados el controlar los miembros
robóticos usando sus propios nervios durante años, o incluso décadas,
sin repetir cirugías", dijo recientemente Buerger en un comunicado de la
compañía.
Ensayos
"Si logramos dar con el material con las propiedades adecuadas, podríamos crear una interconexión sana y duradera, que permitiría a los amputados el controlar los miembros robóticos usando sus propios nervios durante años, o incluso décadas, sin repetir cirugías"
Steve Buerger, Laboratorio Sandia
Por el momento, los investigadores están
estudiando la posibilidad de usar materiales flexibles y conductores de
electricidad, como finos metales evaporados o nanotubos de carbono.
Algunos de estos materiales se han probado en
ratas, obtenienedo buenos resultados en algunos casos, pero todavía
necesitan mejoras en cuanto a la porosidad de los materiales.
Pero afortunadamente para la investigación
parece que el gobierno estadounidense está interesado en invertir en
este tipo de proyectos, teniendo en cuenta de que cerca de dos millones
de estadounidenses viven sin alguno de sus miembros.
Al gobierno también le interesa dar alternativas
a los 1.600 militares estadounidenses que, según el servicio de
investigaciones del congreso de Estados Unidos, vieron alguno de sus
miembros amputados, 1.400 de ellos en Afganistán.
Primeros pasos
Las investigaciones en esta dirección están sin
embargo dando sólo sus primeros pasos, le dijo a BBC Mundo Claudia
Bonell, del departamento de bioingeniería de la Universidad Nacional de
Entre Ríos en Argentina.
"Por el momento, disponemos ya de implantes
comunes de acero biocompatible, por ejemplo, para reemplazos de cadera, o
las prótesis inteligentes que se están empezando a desarrollar".
"Nosotros ya estamos trabajando en interfaces
cerebro-computadora. Estos sistemas emplean las señales eléctricas que
emite la corteza cerebral y las usamos para decodificar la intención de
una persona".
Pero según Bonell, a pesar de los avances
obtenidos, aún estamos muy lejos de fabricar implantes biocompatibles
como los que tratan de desarrollar en Sandia Labs.
El reto, señala, no es sólo encontrar el modo de
conectar el nervio al electrodo sin que el nervio se dañe sino
interpretar las órdenes que emite el cerebro a través de los nervios
para que el miembro protésico efectúe el movimiento indicado.
Esta dificultad es mayor teniendo en cuenta que nuestro sistema nervioso utiliza información "redundante", explica Bonell.
"Cuando caminamos, nuestro sistema nervioso
utiliza información de todos los sensores de nuestras piernas para
corregir el movimiento y no caer, y esta información muchas veces es
duplicada. Estamos en los primeros avances sobre sistemas sumamente
complejos", explicó.
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