El excesivo consumo de alcohol está generando cada
vez más preocupación en la sociedad británica, hasta el punto que el
primer ministro, David Cameron, lo ha calificado como un "escandaloso
problema nacional".
Y un grupo de expertos señaló en la revista The Lancet que el consumo excesivo de alcohol podría provocar más de 200.000 muertes en en Inglaterra y Gales en las dos próximas décadas.
Los expertos citados en The Lancet
-entre los que figura Sir Ian Gilmore, ex presidente del Colegio Real
de Médicos- señalaron que de ese total de muertes evitables 70.000
corresponderían a enfermedades del hígado y el resto a una combinación
de accidentes, violencia, males crónicos como presión alta, derrames,
problemas del corazón, cáncer de mama y cáncer del aparato digestivo.
Y, según cifras oficiales, el costo económico de
la bebida en exceso para el sistema de salud británico sería de
aproximadamente US$4.300 millones al año.
Los expertos, sin embargo, destacaron que
justamente está en manos del gobierno tomar acciones concretas al
respecto e hicieron un llamado para prohibir la venta de bebidas
alcohólicas baratas en los supermercados para "impedir que ocurra el
peor panorama de muertes evitables".
Cultura etílica
En 2005 el anterior gobierno laborista decidió
relajar los horarios de los bares para impedir que hubiese un aumento de
consumo exagerado justo antes del cierre de los establecimientos, lo
que traía además como consecuencia un mayor índice de violencia y
accidentes relacionados con el alcohol.
La idea detrás de la iniciativa era estimular un consumo más responsable.
Pero el doctor Nick Sheron, otro de los autores del informe reseñado en The Lancet, le dijo a la BBC que la estrategia parece no haber dado resultado.
"Hemos adoptado un patrón de bebida
mediterráneo, así que la gente bebe frecuentemente con las comidas, pero
no hemos perdido nuestro patrón de 'festín', así que a todo el mundo le
gusta salir también los viernes y emborracharse completamente", dijo
Sheron.
Y el especialista destacó como especialmente
preocupante el aumento de las enfermedades del hígado, agregando que la
mitad de los pacientes que trata por cirrosis son mujeres.
Bebedores profesionales
"Hemos adoptado un patrón de bebida mediterráneo, así que la gente bebe frecuentemente con las comidas, pero no hemos perdido nuestro patrón de 'festín', así que a todo el mundo le gusta salir también los viernes y emborracharse completamente"
Nick Sheron, experto médico británico
Más allá de los problemas del consumo exagerado
de los jóvenes que asemejan lo ocurrido con el llamado "botellón" en
España, en el caso británico se relaciona también con la clase
profesional británica.
Alaistair Campbell, quien se desempeñó como
portavoz del ex primer ministro británico Tony Blair, tuvo que recibir
tratamiento por sus problemas de bebida y apunta que la situación es
particularmente grave debido a los alcohólicos que permanecen
escondidos.
"Un gran cambio" agrega Campbell "ha sido el
aumento del consumo en casa y es por eso que el estereotipo del bebedor
excesivo en la calle no es preciso, ni tampoco ayuda. El tema principal
es el precio. Los pubs cobran mucho por una pinta de cerveza. Los
supermercados no".
En ese sentido los expertos médicos criticaron
"el trato de responsabilidad" vigente en Inglaterra que conlleva
acuerdos voluntarios con la industria del alcohol en temas como las
promociones y las etiquetas.
"El gobierno tendrá que resistir la presión de
la industria del alcohol para defender sus intereses, pero al alcance
está el premio potencial de hacer reversible la trágica cifra de muertes
relacionada con la bebida", indicaron.
Problema global
A nivel global, la Organización Mundial de la
Salud (OMS) calcula que el uso dañino de alcohol causa unos 2,25
millones de muertes prematuras cada año y es responsable del 4,5% de la
carga mundial de enfermedades, incluso cuando se toman en cuenta los
efectos protectores del consumo bajo y moderado.
América Latina no es una excepción en este tema
de salud pública. En la región, el consumo de alcohol por cabeza supera
en un 40% al promedio mundial.
Parte del problema es que la ingesta de alcohol
tiene un gran arraigo en las sociedades latinoamericanas y el acto de
beber suele ser aceptado socialmente.
Al igual que ocurre con la situación de los
profesionales en Reino Unido a la que se refería Campbell, el
alcoholismo en la región puede pasar desapercibido o ser interpretado
como un problema meramente psicológico.
"Muchas personas ven el alcoholismo como un
problema de personalidad, no un problema médico, sino como un problema
de moral, de fuerza de voluntad. Como si la persona que bebe fuera una
persona débil, sin una personalidad fuerte.
Pero esto es un error"",
señaló a la BBC el profesor Arthur Guerra de Andrade, profesor de
psiquiatría en la Universidad de Sao Paulo y presidente de la ONG Centro
de Informaciones de Salud y Alcohol en la ciudad brasileña.
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