Un Momentito con
Miguel
Autor Miguel De Jesús
Abogado y Comunicador
Dominicano
Hace 17 años gracias a una recién iniciada amistad con Luz María
Fadul, conocí al inmenso Don Elías, hombre encantador, dulce y humilde, cuyas acciones,
pensamientos, palabras y obras estaban orientadas solo para hacer el bien a los
demás.
Recibió el don de la curación y
sus manos santiguaron a millares de personas enfermas de asma sin cobrar un
centavo. Levantó a 11 hijos con una capacidad de trabajo extraordinaria aun
siendo minusválido.
Fue un regalo valioso para todos
los que lo conocimos, su voz pausada y su mirada abrigadora se convertían en el
marco perfecto para vivir un Oasis de paz y amor cerca de ese señor.
Nos acunaba en su música favorita,”el tango de Carlos Gardel”el cual
acariciaba con su voz cuando lo cantaba. Su Alma nunca perdió la calma, por eso
cada día al nacer el Sol sentiremos la nostalgia de sus sabios consejos.
Toda su vida vistió un solo traje, “el de la humildad”, no maltrataba
solo amaba por igual a todos los seres humanos y entre sus labios siempre una
rosa cuyos pétalos entregaba en cada sonrisa.
En su largo quebranto una
madrugada cuando todos pensaban que moría, reunió a sus hijos y les dijo que su
señor le había dicho que aun no era su tiempo y después de eso vivió para
seguir ayudando a su entorno.
Cuando se acercaba Febrero, a su
hija Luz Maria dijo “cuando muera mi
cuerpo se corromperá menos una parte, y es la mano derecha con la cual ensalmo
y curo a los enfermos”.
A Patricia Castillo (madre de parte de sus nietas) dijo “hija solo me quedan 3 días”. Y así fue, al transcurrir justo ese
tiempo, en una fría madrugada arropado con el manto sagrado de su
espiritualidad dijo a su hija Brunilda 3 veces, “YA, YA YA”. Una especie de todo está consumando.
Se nos iba Don Elías, su Dios
reclamaba un nuevo Ángel que como el cantara para ponerlo en el coro celestial,
ya el calvario no se arrastra en las 3 ruedas de una motocicleta especial, no más
tortuosas muletas, no más paseos en silla de ruedas, hoy lo vimos caminar derecho a su encuentro eterno con su
Maestro.
José Elías, Pedro, Miguel, Frank,
Juan Luís,Celsa
,Viarda,Sonia,Venecia,Brunilda y Luz Maria, gracias por hacer posible
que el gran Corazón de su padre siga latiendo a través del de ustedes para provecho de los que hoy
extrañamos un hombre que por ser un Santo en la tierra, con seguridad definimos
a Don Elías con una sola palabra.“Perfecto”
Hace 17 años gracias a una recién iniciada amistad con Luz María
Fadul, conocí al inmenso Don Elías, hombre encantador, dulce y humilde, cuyas acciones,
pensamientos, palabras y obras estaban orientadas solo para hacer el bien a los
demás.
Recibió el don de la curación y
sus manos santiguaron a millares de personas enfermas de asma sin cobrar un
centavo. Levantó a 11 hijos con una capacidad de trabajo extraordinaria aun
siendo minusválido.
Fue un regalo valioso para todos
los que lo conocimos, su voz pausada y su mirada abrigadora se convertían en el
marco perfecto para vivir un Oasis de paz y amor cerca de ese señor.
Nos acunaba en su música favorita,”el tango de Carlos Gardel”el cual
acariciaba con su voz cuando lo cantaba. Su Alma nunca perdió la calma, por eso
cada día al nacer el Sol sentiremos la nostalgia de sus sabios consejos.
Toda su vida vistió un solo traje, “el de la humildad”, no maltrataba
solo amaba por igual a todos los seres humanos y entre sus labios siempre una
rosa cuyos pétalos entregaba en cada sonrisa.
En su largo quebranto una
madrugada cuando todos pensaban que moría, reunió a sus hijos y les dijo que su
señor le había dicho que aun no era su tiempo y después de eso vivió para
seguir ayudando a su entorno.
Cuando se acercaba Febrero, a su
hija Luz Maria dijo “cuando muera mi
cuerpo se corromperá menos una parte, y es la mano derecha con la cual ensalmo
y curo a los enfermos”.
A Patricia Castillo (madre de parte de sus nietas) dijo “hija solo me quedan 3 días”. Y así fue, al transcurrir justo ese
tiempo, en una fría madrugada arropado con el manto sagrado de su
espiritualidad dijo a su hija Brunilda 3 veces, “YA, YA YA”. Una especie de todo está consumando.
Se nos iba Don Elías, su Dios
reclamaba un nuevo Ángel que como el cantara para ponerlo en el coro celestial,
ya el calvario no se arrastra en las 3 ruedas de una motocicleta especial, no más
tortuosas muletas, no más paseos en silla de ruedas, hoy lo vimos caminar derecho a su encuentro eterno con su
Maestro.
José Elías, Pedro, Miguel, Frank,
Juan Luís,Celsa
,Viarda,Sonia,Venecia,Brunilda y Luz Maria, gracias por hacer posible
que el gran Corazón de su padre siga latiendo a través del de ustedes para provecho de los que hoy
extrañamos un hombre que por ser un Santo en la tierra, con seguridad definimos
a Don Elías con una sola palabra.“Perfecto”
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