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miércoles, 2 de noviembre de 2011

El temor de los inmigrantes a no poder dejar atrás las deudas

Para muchos ecuatorianos, ahogados por deudas en España, regresar a su país tiene un sabor agridulce pero al mismo tiempo les da la aparente tranquilidad de que el gobierno les protegerá del pago a los bancos españoles. Ahora, muchos sienten que esa salida de emergencia podría cerrarse.

El Banco Pichincha, uno de los más grandes del Ecuador, está comprando a la banca española créditos de inmigrantes.

El banco, que llegó a España en 2007 pero desde el 2010 tiene licencia para operar comercialmente, ya posee unos US$81.000.000 correspondientes a hipotecas y créditos de consumo que le ha comprado a entidades españolas como Bankia.

De esta manera Bankia obtiene liquidez y Pinchicha clientes en España.
Más de 500 clientes en España ya no tendrán que pagarle al grupo español sino al banco ecuatoriano. La operación plantea muchas dudas en la comunidad ecuatoriana residente en el país europeo, pero sobre todo un interrogante: ¿el banco podrá cobrar en Ecuador las deudas contraídas en España? Este tema especialmente complejo en el caso de las hipotecas.

La llamada dación de pago (entregar la propiedad al banco para saldar una hipoteca) no funciona en el país ibérico. Además de entregar el inmueble, el moroso queda con una deuda en muchos casos alta, en la mayoría de ocasiones entre US$270.000 y US$300.000.

Estas condiciones, sumadas a la crisis por la que atraviesa España han llevado a muchos ecuatorianos desempleados o sin capacidad de pago al borde del desalojo.

"La colonia ecuatoriana en España está escandalizada y nerviosa. Está claro que hay fronteras para las personas, pero no para el capital y los banqueros son banqueros en todas partes. Hace poco el canciller de Ecuador dijo que investigará al banco y que mientras Rafael Correa esté en el gobierno no se permitirá que se cobren en Ecuador deudas adquiridas en España", comenta a BBC Mundo Enrique Pulula, directivo de la asociación ecuatoriana Puriccuna.

Al respecto, el banco ecuatoriano se ha defendido de las declaraciones del canciller argumentando que no piensan cobrar la deuda de sus clientes en Ecuador, entre otras cosas, porque las garantías de los créditos son en España y no en el país sudamericano.

Además Pichincha asegura que se trata en todos los casos de créditos al corriente de pago, no morosos.
Las directivas en España aclaran que el banco Pichincha es una entidad española, regida y supervisada por la ley española y su principal accionista es el banco Pichincha Ecuador.

Ni España ni Ecuador

Sede del Banco Pichincha en Madrid
El banco ecuatoriano compró créditos hipotecarios a entidades españolas ávidas de liquidez.
El ecuatoriano Antonio Quiñonez ya no piensa en Ecuador como un posible destino en caso de que lo desalojen.

"Llevo tres letras sin pagar y ya me han llegado cartas del banco citándome para un juicio. No tengo trabajo y lo que no voy a hacer es dejar de comer para pagar, tengo esposa y una hija. Pensábamos irnos a Ecuador a la casa de mis padres pero ya no estamos seguros. Igual nos vamos a Estados Unidos. Me angustia pensar que le puedan embargar la casa a mis viejos", detalla a BBC Mundo.

La noticia del banco Pichincha lo tiene intranquilo. "El canciller Patiño ha dicho que no van a permitir que cobren las deudas en Ecuador mientras esté Correa. ¿Y cuando no esté? Tengo amigos españoles, también jodidos por la situación, con hipotecas impagables, que me dicen: ustedes tienen suerte por lo menos se pueden marchar. Ahora no lo sé", señala.


La salida de emergencia, no obstante, es criticada y vista con lupa por analistas financieros.
"Es saltarse las reglas de juego del sistema financiero y la confianza entre los países. No se puede señalar solamente a los bancos como responsables de estas deudas. Muchas personas han vivido por encima de sus posibilidades, decidieron meterse en préstamos enormes y es lógico que los bancos les pidan que paguen", indica a BBC la economista Teresa Andrade.

La gran pregunta es quién debe asumir el precio inicial de la vivienda, ahora desinflado por la crisis.
Para Pulupa, de la asociación Puriccuna, el drama de las hipotecas se acabaría con un cambio de la legislación española que contemple la dación de pago para cancelar las deudas, un proceso en el que se avanza lentamente mientras se efectúan los desalojos, más de 17.000 en lo que va del año.

La analista financiera lo ve contraproducente. "Se podría revisar las deudas, renegociarlas, pero no eliminarlas de tajo porque afectaría a todo el sistema. No habría dinero para préstamos para empresas, no circularía dinero, tendría unas consecuencias nocivas".

Hasta el momento sólo se ha dado un caso en España -en la región de Navarra- en el que se ha aceptado la devolución de la casa como cancelación de la deuda como ocurre en otros países.

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