De color rojo muy oscuro, veteada, bella, resistente y de sonido inconfundible.
La madera del árbol conocido en Panamá como
"cocobolo" es tan preciada que ya es parte de leyendas, incorporada a
guitarras tan famosas como la del músico estadounidense Jerry Garcia.
Pero la demanda creciente por la
madera para muebles y otros usos, especialmente en el mercado asiático,
ha llevado a un aumento de la tala y exportación ilegal en el país
centroamericano. Para proteger la madera del tráfico, las autoridades
panameñas intensificaron sus medidas de control y pidieron recientemente
que el cocobolo sea incluido en una sección especial de CITES, la
Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas.
"Las especies dalbergia retusa y dalbergia darienense,
conocidas aquí como cocobolo, son altamente amenazadas y por eso Panamá
solicitó que se las incluyera en el apartado 3 de la Convención. Esto
significa que para sacar la madera del país se requiere un permiso
emitido por la autoridad administrativa de CITES a nivel local, la
Autoridad Nacional del Ambiente, ANAM", dijo a BBC Mundo el Ingeniero
Edgar Chacón, director nacional de áreas protegidas y vida silvestre de
ANAM.
El país centroamericano ya había emitido una
resolución permitiendo sólo el uso de plantaciones comerciales, no de
especies que provengan de bosques o que sean nativas.
Pero la nueva inclusión del cocobolo en el
apartado 3 de CITES obliga a la obtención de un certificado acompañado
de una evaluación forestal. "Para emitir el certificado se tiene que
evaluar la madera con las guías de transporte para definir si viene de
alguna plantación comercial o del bosque. Si viene del bosque se retiene
automáticamente", dijo Chacón.
Mercado asiático
El cocobolo vive en bosques tropicales secos desde México hasta Panamá.
Su madera se ha utilizado en cofres de joyas o
prendas, artesanías, mango de cepillos, empuñaduras de armas, palos de
billar y piezas de ajedrez.
También resuena con una claridad singular al ser golpeada y por eso es utilizada en marimbas y xilófonos.
"Es una madera muy dura, muy bonita y además las
poblaciones son mínimas, por lo que ante la demanda el precio sube. Hay
mucha carencia de esta madera. También pesa mucho y en el mercado
internacional se vende por su peso", señaló Chacón a BBC Mundo.
"En el caso de Panamá la mayoría de la madera de cocobolo es exportada hacia los países de Oriente".
Los nuevos controles ya se están aplicando.
Chacón reconoce que la falsificación de guías de transporte es un
problema, no sólo en Panamá, pero señala que "los agentes en los puestos
de control pueden identificar si el permiso es falso. En ese caso se
retiene la madera y se invetiga de dónde proviene y quién es el
responsible".
"Aquí en Panamá existe la Ley de Delitos
Ambientales, así que no se aplica sólo una sanción administrativa. La
tala ilegal y la falsificación de guías pueden llevar a multas o la
cárcel".
Para Chacón, la introducción de la especie en el
apéndice 3 "es un gran avance". Por su parte, John Scanlon, secretario
general de CITES, prometió apoyar al país centroamericano en sus
esfuerzos por controlar el comercio de la madera.
Panamá planea ahora realizar un estudio de
poblaciones para determinar exactamente dónde está la mayor cantidad de
ejemplares amenazados.
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