¿Estás saliendo de vacaciones, no quieres tirar ese queso untable que
compraste ayer en un antojo y pensaste en congelarlo? Mejor regálaselo a
un vecino: algunos alimentos no son aptos para congelar. Antes de
cualquier movimiento, revisa esta lista.
1. Lácteos
Si se congelan, algunos lácteos se vuelven acuosos o pierden textura.
Pero hay trucos: la crema puede freezarse solo si es de alto tenor
graso, a punto Chantilly y con una pizca de azúcar. La leche también se
puede guardar, pero solo en su envase original.
En cuanto a los quesos,
sólo se conservan bien los que tienen, al menos, un 40% de grasa (y se
recomienda guardarlos fraccionados). Un no rotundo a congelar quesos
untables y yogures.
2. Papas crudas
Si estás pensando en ahorrarte unos minutos, pelar toda la bolsa de
papas de una vez y congelarlas, no es buena idea: suelen tomar un color
negro poco tentador. Sí podés guardarlas fritas, en puré o en tortilla
durante 4 a 6 meses.
3. Huevos
Si congelas un huevo crudo, la cáscara se va a romper con facilidad y
la yema se va a expandir. Si tuvieras la suerte de que permanezca
intacto, cuando lo rompas vas a ver que perdió consistencia y se puso
gomoso. Mejor dejalos en la heladera.
4. Latas
Para conservar correctamente los alimentos, las latas contienen
líquidos en su interior que, cuando se solidifican, se expanden y
adquieren un volumen mayor al de la capacidad del envase. Resultado: una
explosión de película que terminarás limpiando las siguientes dos
horas.
5. Lechuga y otras verduras
Los vegetales con un alto contenido de agua (como la lechuga, el
pepino, los rábanos o cualquier otra verdura de hoja) no pertenecen al
segundo compartimento de tu heladera.
Al descongelarlas, seguro pierden
consistencia. Si estás empecinado en guardarlos, te sugerimos que lo
hagas una vez cocidos, en sopas u otros preparados.
6. Alimentos sueltos
¿Alguna vez descongelaste un bife y notaste unas manchitas marrones o
grisáceas en su superficie? Son quemaduras por congelación que se
producen cuando la comida no está en un recipiente bien hermético o
correctamente envuelta. Aunque no son insalubres, ojo porque alteran el
color, el olor, el sabor y la textura de tus alimentos.
7. Alimentos calientes
Antes de guardar cualquier sobra (salsas, carnes, lo que sea), tienes
que dejarlas enfriar. Si intentas congelarlas calientes van a provocar
una suba de temperatura en tu freezer, lo que puede dar lugar a que se
desarrollen bacterias.
8. Alimentos que ya fueron congelados
Si re-congelas un alimento, aumentas su contenido bacteriano. Durante
el proceso de descongelación se desarrollan ciertos microorganismos que
no mueren con las bajas temperaturas: si vuelves a congelar, al
descongelarlo la cantidad de bacterias será muy superior a la que había
durante la primera congelación.
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