El cambio climático ofrece "enormes oportunidades" a América Latina

James Painter

Analista

El cambio climático podría afectar de manera dramática la cantidad de lluvia que cae sobre el continente.

El cambio climático podría afectar de manera dramática

 la cantidad de lluvia que cae sobre el continente.

Lord Nick Stern es el autor del Informe Stern, de 2006, que describió el cambio climático como un problema económico, y no sólo como un problema ambiental. Hace poco, Lord Stern fue miembro asesor de la Secretaría General de la ONU en la reunión que buscaba recolectar US$100.000 millones al año para 2020 destinados a países en vías de desarrollo. En sus viajes frecuentes a Latinoamérica, ha visitado varias veces Brasil y México, y también Argentina y Perú.

En esta entrevista exclusiva concedida a BBC Mundo y BBC Brasil, Lord Stern resalta las oportunidades que el cambio climático ofrece a América Latina, si aprovecha las nuevas tecnologías.

¿Por qué el crecimiento bajo en carbono es tan importante para América Latina?

Es vital por dos razones. Si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando, el cambio climático alrededor del mundo -incluyendo América Latina- será devastador.

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La región es muy vulnerable a huracanes, por lo que se afecta el nivel del mar en las principales ciudades costeras, se derrite la nieve y el hielo, y se pone en peligro la selva amazónica, lo cual tendía un impacto dramático en la cantidad de lluvia que cae sobre el continente.

Esto podría ocurrir, incluso, con el aumento de apenas 2 ó 3 grados por encima de los niveles del siglo 19. Ya estamos cerca de 1 grado por encima.

Se espera que el cambio climático tenga un profundo impacto en el suministro de agua y la degradación de la tierra, entre otros.

Lord Nick Stern

La segunda razón es la oportunidad: América Latina está bien dotada de fuentes de energía renovables como la eólica, la solar y la hidroeléctrica.

Esto tiene ventajas tremendas: podría ser una fuente importante de biocombustibles de segunda y tercera generación, que probablemente utilizaremos para poner en el aire a nuestros aviones mientras avanzamos a la mitad del siglo.

¿Los países de América Latina están haciendo lo suficiente para aprovechar las oportunidades que usted menciona?

Están comenzando a hacerlo. En la actualidad, Brasil es líder en biocombustibles y es centro de tecnología, al igual que México, que además tiene muy buenas universidades. Las dos economías más grandes de Latinoamérica tienen ventajas reales en términos de nuevas oportunidades tecnológicas. Y esto pudiese ocurrir también en otras economías de la región.

¿Latinoamérica está reduciendo sus emisiones?

Brasil y México, particularmente bajo el mandato de los presidentes Lula Da Silva y Felipe Calderón, han mostrado un liderazgo real, muy importante en la escena mundial.

¿Y el resto de los países de la región?

Creo que están en camino de hacerlo. Eso implicará un detallado estudio sobre lo que podemos hacer y una cuidadosa formulación de la política económica. Si te fijas en el Banco Interamericano de Desarrollo, por ejemplo, verás que están ayudando a los países a anticipar las oportunidades de inversión.

Las consecuencias de no combatir la deforestación pueden ser muy graves.

Críticos aseguran que la mayor parte del dinero de los países desarrollados se destinará a los países más pobres y no a los países de medianos ingresos como los de América Latina, que también son vulnerables.

El propósito de la recolección de dinero es la mitigación y adaptación. Parte del sentido es apoyar a la batalla contra la deforestación, por lo que los países con bosques serán importantes. Parte del dinero se destinará a pequeñas islas, y en particular, a los países más vulnerables.

Sin embargo, también habrá fondos para aquellos que se encuentran desarrollando y aplicando nuevas tecnologías, por ejemplo.

Observamos un esfuerzo mucho mayor en los últimos años. Detener la deforestación es un trabajo de todos. Brasil es un ejemplo muy claro de los ambiciosos compromisos que hemos realizado.

La deforestación debe reducirse en un contexto de superación de la pobreza. La productividad agrícola es muy importante para reducir no sólo la pobreza, sino las presiones sobres los bosques. Este es un ejemplo muy claro sobre cómo se unen el desarrollo y la lucha contra la deforestación.

Las consecuencias de no combatir la deforestación pueden ser muy graves. Se espera que el cambio climático tenga un profundo impacto en el suministro de agua y la degradación de la tierra, entre otros.

Debemos controlar el cambio climático y superar la pobreza. Si fallamos en una, fallaremos en la otra.