El ex candidato presidencial Diego Fernández
de Cevallos, uno de los políticos más influyentes de México, fue
liberado después de siete meses en cautiverio.
El
llamado Jefe Diego llegó a su casa en un barrio residencial de Ciudad
de México, a bordo de un automóvil y acompañado por guardaespaldas.
Sereno,
vestido con ropa informal y una prominente barba blanca, Fernández de
Cevallos habló con decenas de periodistas que le esperaban.
“Me encuentro bien, gracias a Dios, estoy fuerte y mi vida seguirá siendo la misma”.
“Por
lo que se refiere a los secuestradores, por supuesto que como hombre de
fe ya perdoné, y como ciudadano creo que las autoridades tienen una
tarea pendiente, pero sin abuso, sin atropellos, sin flagelaciones”,
señaló.
En un comunicado la Presidencia de
México informó que la Procuraduría (fiscalía) General de la República
continuará las investigaciones “para aprehender a los responsables y
llevarlos ante la justicia”.
Hasta el
momento se desconoce el monto del rescate pagado por su liberación, ni
tampoco se sabe la identidad de los plagiarios que se hicieron llamar
“Misteriosos Desaparecedores”.
“Reto al Estado”
El secuestro de Fernández de Cevallos es el de mayor impacto en la historia reciente del país.
El
Jefe Diego es líder de un importante grupo político en el partido en el
gobierno, Acción Nacional, y su influencia ha sido determinante en
decisiones fundamentales para el país.
Gracias
a su apoyo fueron posibles reformas constitucionales que permitieron,
por ejemplo, restablecer la relación diplomática entre México y el
Estado Vaticano.
Así, el secuestro fue
interpretado como un golpe directo a la clase política en el poder,
algo que no sucedía desde 1974 cuando un grupo guerrillero secuestró al
candidato a gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa.
Analistas
y organizaciones civiles dicen que el plagio de Fernández es, además,
una muestra de la situación que vive México desde hace cuatro años.
“Es
un reto al Estado, marca un avance de la violencia y la escalada de
secuestros que se presentan en todos lados”, le dijo a BBC Mundo José
Ortega Sánchez, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad
Pública y Justicia Penal.
Ortega Sánchez insistió que, una vez concluido el plagio, la PGR debe reanudar las pesquisas para detener a los secuestradores.
“Vivir para adelante”
El
plagio de El Jefe Diego llamó la atención no sólo por el perfil de la
víctima, sino por el lenguaje político utilizado por sus plagiarios,
algo inusual en las bandas de delincuencia organizada.
Por
eso, algunos dijeron que detrás del secuestro habría grupos armados
clandestinos, e incluso la guerrilla más activa del país, el Ejército
Popular Revolucionario (EPR) se deslindó públicamente del caso.
El
grupo ha sido señalado como autor de otros plagios de alto impacto,
como el del banquero Alfredo Harp Helú en la década de 90.
Pero la identidad de los secuestradores de Fernández de Cevallos se desconoce.
Oficialmente
la PGR suspendió la investigación hace varios meses, porque la familia
pidió espacio para negociar con los plagiarios.
Las
autoridades aceptaron la solicitud, dijo el presidente Felipe Calderón
en una entrevista con Radio Trece, una radiodifusora de Ciudad de
México.
“Hay una petición expresa de la
familia precisamente de no hacer un involucramiento que pudiera afectar
la vida de Diego Fernández de Cevallos, y eso hemos hecho”, indicó.
En su comunicado, la Presidencia mexicana dijo que se reanudarán las pesquisas.
Por
lo pronto, El Jefe Diego no dijo si volverá a la política, actividad de
la que se mantenía semi retirado y en donde se destacó por su carácter
fuerte y proclive al debate.
“Tengo una actitud definida: vivir para adelante sin miedos, sin cobardías, sin arrogancias”, reconoció.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinion nos ayuda a crecer