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lunes, 20 de diciembre de 2010

“LA AURORA DEL ARTE”


CULTURA VIVA


Por Lincoln López

Hace 127 años, un 12 de diciembre de 1883,  fue fundada en esta ciudad de Santiago de los Caballeros lo que se considera la primera compañía dramática llamada: “La Aurora del Arte”.

Según las crónicas de entonces publicadas por el historiador Edwin Espinal Hernández,  la misma “estuvo integrada por Eugenio Deschamps, Presidente; Ramón A. Polanco, Secretario; Aquiles Bermúdez; Tesorero, José de Jesús Alvarez, Censor; M. J. Espaillat, Viterbo Morel, José A. Mercader, Leonte Andreu, Juan de J. Ricardo, Luis Silverio y Ulises Franco Bidó, miembros” y dirigida por un actor puertorriqueño llamado Napoleón Ramírez, que perteneció a la compañía teatral de Eugenio Astol, disuelta aquí en Santiago . (Historia Social de Santiago de los Caballeros. Pág.213). 



La misma no tuvo una vida muy prolongada, apenas unos tres meses, es decir, hasta el mes de febrero de 1884 luego de sus otras producciones en los meses de enero y febrero, totalizando unas seis funciones. Posiblemente su desaparición obedeció a una o varias razones: políticas, religiosas y/o técnicas. Veamos. 

  Recordemos que esa compañía teatral estaba liderada por una mentalidad política y liberal, la “de mayor persuasión y de más arraigo popular” como la del poeta y periodista E. Deschamps, quien fuera perseguido continuamente por ser opositor al dictador  General Ulises Heureaux (Lilís).


            La segunda razón podría ser religiosa.

El primer estreno de “La Aurora del Arte” se llamó: “Carlos II El Hechizado” (1837) del dramaturgo español Antonio Gil y Zárate (1793-1861)  exitoso escritor teatral  con obras de temas políticos. Pero Madrid no es Santiago de los Caballeros. Ese drama escrito en cinco actos y en verso es subtitulado por la escritora Montserrat Ribao: “El Poder y La Tiranía”.

La pieza se inicia colocando frente a frente a los “contendientes amorosos de la obra: el sacerdote Froilán y el enamorado Florencio. Ambos charlando sobre la agitada noche que ha pasado el rey”. 

Esa sola escena: un sacerdote católico expresamente homosexual en la sociedad santiaguera del 1883 con fervor religioso para la Virgen del Carmen, La Altagracia, Las Mercedes, Jueves y Viernes Santos, etc…. a nuestro entender era suficiente para impactar al público y escandalizar a una sociedad fundamentalmente católica, y se impusiera algún tipo de sanción. La crónica dijo que “el público no brindó el apoyo deseado”. 

Dudo que la obra formara parte del repertorio de la disuelta compañía de Eugenio Astol, o ese contenido fuera obligado por el director a los jóvenes intelectuales criollos.  



Pensamos en el hecho de que el estreno se produjera 14 días después de fundada “La Aurora del Arte” con estatutos y todo, y con la “Nochebuena” de por medio, esto nos hace suponer que el libreto con cinco actos y en verso, ya estaba en manos de los dominicanos antes de su conformación legal. Antecedentes existían con el caso de Juan Pablo Duarte y “La Dramática”, los textos eran cuidadosamente escogidos para cumplir con sus objetivos políticos. 



“La Aurora del Arte” no ha sido el único en la historia teatral dominicana. Otros han creado arte como una denuncia responsable y liberadora.






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