Autor Antonio Regalado
Pastor y lider cristiano residente en Estados Unidos
La gente busca tener buena salud,
pero no quiere disciplinarse para alcanzar este beneficio que se
constituye en algo prioritario para el desempeño de las actividades de
las personas.
Cuando hablamos de salud, nos referimos al buen funcionamiento del cuerpo humano en sentido general.
Vivimos en un mundo con
abundancia de enfermedades, en el que cada día aparecen nuevos retos
para las autoridades que luchan para vencerlas, y de esa manera abrir
las posibilidades de un mundo mejor preparado en materia de salud.
Aunque hemos avanzado y caminamos a ritmo muy acelerado en ciencia y tecnología,
son muchas las naciones que continúan con graves y
deficientes problemas que resolver, cuando de atender situaciones de
salud se trata por las enormes diferencias sociales que nos han
impuestos las sociedades en que vivimos.
América Latina y el Caribe se
constituyen en un vivo ejemplo de carencia de atenciones en los
servicios de hospitales que demandan con urgencia, los sectores
imposibilitados, y mas empobrecidos.
Las autoridades, es justo
decirlo, no pueden cargar con toda la responsabilidad de resolver el
problema de la falta de mecanismos adecuados de servicios a la
población, debemos de contribuir en algo,- aunque deben mostrarse
disponibles a escuchar los reclamos de la gente, y discutir entre todos
maneras posibles de solución de los inconvenientes que se presenten en
el camino del desarrollo de un país.
Un pueblo que carece de
políticas que incrementen un servicio de excelencia encaminado a
obtener el preciado don de una vida saludable, es pueblo estancado y
sin posibilidades de progreso.
El compromiso es de todos, gobernantes y gobernados.
Por cierto, que los sirvientes
del Señor, no dependemos de gobiernos ni autoridades expertas en
materia de salud para obtener el beneficio que brilla por su ausencia
en muchos lugares del mundo, porque nuestra salud viene de Jesucristo.
Él es nuestra bonanza, de
quien por su Misericordia y su Gracia recibimos esa ofrenda, y es
además, el que abre la puerta a todas las posibilidades de una
salud insuperable.
Con esto no estamos diciendo
que descartamos la ciencia, porque precisamente, de él brota toda
ciencia, toda buena dádiva, y todo don perfecto. Gracias a sus heridas
fuimos nosotros sanados. Amén.
Nuevas del bien
Congregación Maranatha, Inc.
15 South Main Street
Uxbridge, MA 01569
(508) 820-8084
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