Del
centenar de tipos de cefalea, una de las más extremas, la cefalea en
racimo, está siendo tratada insertando un electrodo en el cerebro.
Esta radical técnica está destinada a aliviar la situación de pacientes aquejados de incesantes dolores de cabeza.
El
Hospital de Neurología y Neurocirugía de Londres afirma que la
estimulación cerebral profunda está teniendo un altísimo éxito ayudando
a reducir la frecuencia de la llamada "cefalea en racimo" o cefalea de
Horton.
Esta afección se caracteriza por
los agudos dolores que sufre el paciente detrás de un ojo o en la sien.
Junto a estos, los síntomas pueden incluir lagrimeo y congestión
asociada con la fosa nasal.
Los dolores pueden hacerse presentes hasta ocho veces al día y durar entre 15 minutos a tres horas.
No
es casual que, aunque la incidencia de este tipo de cefalea sea escasa
(aparentemente afecta a un 0,0027 % de la población mundial entre los
20 y 50 años, y proporcionalmente más a los hombres) la tasa de
suicidios entre quienes la padecen es altísima.
"Le
hemos pedido a pacientes del sexo femenino que caractericen el dolor y
que si han dado a luz, nos dirá que el dolor del parto es apenas una
fracción del dolor que se siente con la cefalea de racimo", afirma el
doctor Manjit Matharu, neurólogo.
El procedimiento
Es como si alguien cogiera un atizador al rojo y lo empujara dentro del ojo, removiéndolo. No hay síntomas previos, simplemente aparece el dolor.
Barrie Wilson, paciente de cefalea en racimo,
La
estimulación profunda del cerebro involucra taladrar el occipital para
poder insertar un electrodo de aleación de titanio en el hipotálamo
posterior que permanece hiperactivo durante los dolores.
El electrodo se une con un cable a un marcapasos ubicado bajo la piel del pecho.
Cuando el estimulador se activa, manda una tenue señal eléctrica al cerebro.
Cerca de 80 pacientes en todo el mundo han experimentado la estimulación cerebral profunda para tratar la cefalea en racimo.
Unos seis de cada diez han experimentado una significativa mejoría.
Un paciente
Barrie Wilson, de 67 años, es uno de cinco pacientes con cefalea de racimo que han sido tratados con esta terapia.
Ha sufrido del mal durante 14 años y, al igual que otros pacientes, no tiene idea de por qué empezaron los dolores.
"No se puede estar de pie, no se puede uno sentar ni acostarse. Nada ayuda. Es una tortura", dice.
Sin
embargo, todo eso ahora ha cambiado. Ya han pasado casi cuatro meses
desde su operación y en todo este tiempo Wilson sólo ha tenido un
episodio, en vez de las andanadas diarias.
Dice sentirse liberador: "Es como si me hubieran quitado un peso de encima"
Un neurocirujano
La
estimulación profunda del cerebro ha sido utilizada por muchos años
para el tratamiento del Mal de Parkinson y otros trastornos del
movimiento.
El neurocirujano que operó a
Barrie Wilson, Ludvic Zrinzo, afirma que el tratamiento está siendo
puesto a prueba con el dolor crónico, la depresión y el trastorno
obsesivo compulsivo.
"Estamos comenzando a
entender un poco más sobre qué es lo que falla, no sólo en afecciones
neurológicas, sino en las neurosiquiátricas, y sobre cómo puede ayudar
la cirugía cuando los medicamentos no pueden".
El
tratamiento para la cefalea cuesta entre US$37.000 y 45.000, pero el
doctor Zrinzo dice que el precio debe ser contrastado con los
beneficios que recibe el paciente.
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