Miguel,
Dios te bendice. Hoy traduce tus palabras en un inmenso dolor, se que
estás indignado, y es que eres un hombre de alma grande, compasivo,
fiel, amigo incondicional. Aquí estoy, de pie, solidario, con fe, y
decidido sin dudar de que el Señor es hacedor de maravillas, prodigios
y milagros. Yo creo a sus palabras y promesas, y él es el único que
puede levantar a Eunice de esa experiencia tan desgarradora y cruel.
A partir del mismo momento en que leí tu extraordinario comentario
he levantado oración por el favor de Dios sobre Eunice, y mantrendré
esa cadena de oración constante, invito a todos los devotos fieles a
que me acompañen en esta jornada de clamor por tan noble causa.
La palabra dice, que por las llagas de Jesús fuimos nosotros
curados, y declamos esa palabra sobre la vida de Eunice, no miremos su
enfermedad, sino hacia el Dios grande y magnifico que es más grande que
ese aguijón, el que puede renovar sus células que son las unidades
microscópicas esenciales de los seres vivos. Es tiempo de clamar en el
Nombre de Jesús, por ese milagro sobre Eunice, Amén.
Me uno junto a todos en solidaridad con Eunice.
Un abrazo Miguel, la paz de Dios,
Afectos,
Pastor Antonio Regalado
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