La desigualdad económica también se manifestará en la Red
Escrito por Moisés Naim |
COLUMNISTA INVITADO
Dos de las principales tendencias actuales son el acelerado acceso de la población mundial a Internet y la agudización de las desigualdades socioeconómicas.
En el futuro estas dos tendencias van a converger.
Existirá un internet para quienes más tienen y otro para los demás.
Esto
no significa que vaya a haber dos "redes" diferentes, o que Internet
para los usuarios de menores ingresos deje de ofrecer las maravillosas
posibilidades que nos ha abierto a todos, sin distinciones de edad,
nivel económico o nacionalidad. De hecho, la popularización de Internet
ha servido para contrarrestar, en alguna forma, la concentración de la
riqueza, los ingresos y el poder que se da en muchos países.
Pero el problema que vislumbro -y que en cierta medida ya esta aquí-
es que quienes menos tienen serán mas victimizados a través de Internet
que quienes dispongan de los medios para protegerse. ¿Protegerse de qué?
De ser mordidos por la "otra" Internet, la que esta envenenada.
La masificación de la Red ha sido una bendición, pero también ha
traído problemas que, lamentablemente, se agravaran a medida que el
numero de usuarios siga creciendo.
Los problemas los conocemos y todos
los hemos sufrido: virus, spams, hacking, perdida de
privacidad, etc.
Y estas no son las únicas amenazas: las transacciones
fraudulentas y el "robo de identidad" son delitos en ascenso.
Este
último es uno de los más peligrosos por su acelerado crecimiento y por
los inmensos perjucios que causa a sus víctimas, que además de sufrir
pérdidas económicas suelen verse condenados a pasar meses o hasta años
"limpiando" su nombre y reparando su dañada reputación. De acuerdo a un
estudio de Symantec, una empresa especializada en temas de seguridad en
Internet, en el 2012 las pérdidas a nivel mundial por delitos
perpetrados en la red alcanzaron los 114.000 millones de dólares.
Desde esta perspectiva no es aventurado pronosticar que la
experiencia en Internet que tendrá un usuario de bajos ingresos en
India, Italia o Canadá, por ejemplo, será muy diferente de la de otro
que tenga los medios para comprar las mejores protecciones que ofrezca
el mercado.
La "brecha digital" entre países pobres y ricos se
reproducirá dentro de cada país ya que los usuarios menos pudientes
vivirán en un mundo de Internet mas peligroso que sus compatriotas mas
adinerados.
Esto se debe a que no bastará con tener un simple programa
"antivirus": será necesario gastar fuertes sumas en protecciones y
barreras tan sofisticadas como los muy avanzados programas que envenenan
la Red.
Si organismos de inteligencia, grandes bancos, empresas y todo
tipo de instituciones que invierten ingentes sumas en fortificar sus
defensas contra los ciberataques son regularmente invadidos por los hackers, es natural que los individuos seamos aún más vulnerables.
Las ganancias ilegales que se pueden obtener inventando programas
capaces de penetrar las defensas antivirales y otras protecciones son
enormes, por lo que inevitablemente en todo el mundo hay mucha gente
talentosa dedicada a crear productos y técnicas que hacen de Internet un
hábitat aun más peligroso.
Además, y para complicar las cosas, esta
actividad criminal es fácil de realizar a gran escala e
internacionalmente. Los adolescentes hackers pueden comenzar
penetrando las redes de sus colegios y los correos electrónicos de sus
amigos, pero rápidamente descubren que es posible hacerlo en otros
países o hasta intentarlo contra objetivos mas apetecibles.
El director
de seguridad de un banco global me dijo que su institución sufre miles
de ciberataques diariamente.
John Brennan, el principal asesor de la
Casa Blanca para el antiterrorismo, afirma que "en un día laborable
cualquiera, las empresas en todos los sectores de la economía son
sometidas a una incesante andanada de ciberataques. Se les roba su
propiedad intelectual, los diseños de nuevos productos o la información
personal de sus clientes.
Los datos más sensibles sobre sistemas de
defensa y armamentos también están en riesgo… Solamente el año pasado,
hubo mas de 200 ciberataques, algunos exitosos y otros fallidos, contra
los sistemas de control de nuestras redes eléctricas, sistemas de
trasporte, acueductos y refinerías; cinco veces más que en el 2010".
Pero la desigualdad en Internet no se deriva solo de los mayores o
menores medios de protección. También se producirán sustanciales brechas
entre quienes puedan acceder a contenidos periodísticos de más alta
calidad, que requieren de un pago, y quienes solo acceden a la
información gratuita que circula en la Red.
De esto último seguirá
habiendo cada vez más, y gratis. De contenidos que ayudan a entender
objetivamente lo que significa esa información habrá mucho menos. El
periodismo de calidad será de pago. Y eso nos dividirá aún más. Es, por
tanto, muy urgente combatir estas tendencias.
Twitter @moisesnaim
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