Comer fresas, cerezas, arándanos
y otras frutas del bosque ayudan a mantener la agudeza mental y a
reducir la pérdida de memoria, afirma un estudio.
Los investigadores del Hospital Brigham y de
Mujeres en Boston, Estados Unidos, encontraron que el alto consumo de
estos productos, que son ricos en compuestos antiinflamatorios y
antioxidantes, puede retrasar unos 2,5 años el deterioro cognitivo que
ocurre con el envejecimiento.
El estudio, que involucró a más de 121.000 mujeres, aparece publicado en Annals of Neurology, la revista de la Asociación Neurológica Estadounidense.
Se sabe que las frutas del bosque son alimentos que ofrecen muchos beneficios para la salud.
Pero este estudio, afirman los investigadores, es el más amplio y más largo que se ha realizado sobre este vínculo.
Los estudios pasados han mostrado, por ejemplo,
que los arándanos, en particular los azules, son considerados
"superfrutas" por su extraordinario nivel de flavonoides.
Antioxidantes y antiinflamatorios
Los flavonoides son compuestos que se encuentran
de forma natural en los vegetales y tienen poderosas propiedades
antioxidantes y antiinflamatorias.
Se cree, por ejemplo, que estas sustancias son
capaces de prevenir la oxidación, una reacción química que puede dañar o
matar a las células.
Como este proceso de estrés oxidativo parece ser
una parte esencial en muchas enfermedades, desde hace tiempo los
investigadores estudian a estos compuestos por su potencial tratamiento
para varios trastornos, incluido el cáncer y las enfermedades
cardiovasculares.
Los expertos creen que los procesos de estrés e
inflamación contribuyen también al deterioro cognitivo y que
incrementando el consumo de flavonoides se pueden mitigar esos efectos
perjudiciales.
Hay una variedad de alimentos, en particular
frutas y verduras, que contienen altos niveles de antioxidantes, pero se
ha descubierto que las frutas del bosque son fuentes particularmente
ricas.
"Estamos mostrando la primera evidencia epidemiológica de que las frutas del bosque parecen retrasar la progresión del deterioro de la memoria en las mujeres mayores"
Dra. Elizabeth Devore
La nueva investigación confirma ahora los
beneficios de las frutas del bosque en el retraso del deterioro
cognitivo que conduce al Alzheimer y otras demencias.
La doctora Elizabeth Devore, quien dirigió la
investigación, analizó los registros médicos de 121.700 mujeres de entre
30 y 55 años.
Todas eran enfermeras registradas que estaban
participando en el Estudio de Salud de Enfermeras llevado a cabo en
Estados Unidos desde 1976.
Para el sondeo las participantes debían llenar cuestionarios sobre su salud y estilo de vida.
Y desde 1980 habían respondido a esos cuestionarios cada cuatro años para registrar la frecuencia de su consumo de alimentos.
Después, entre 1995 y 2001, las participantes de más de 70 años fueron sometidas a pruebas de memoria cada dos años.
Los resultados mostraron que las mujeres que
comían niveles altos de frutas del bosque, en particular fresas y
arándanos azules, tuvieron una pérdida de memoria más lenta -un retraso
de 2,5 años en promedio- que quienes no los comían.
"Entre las mujeres que consumían dos o más
porciones de fresas y arándanos azules cada semana vimos una reducción
modesta en la pérdida de memoria", expresa la doctora Devore.
"Al parecer este efecto puede alcanzarse con modificaciones relativamente simples en la dieta", agrega.
Estudio a gran escala
La investigadora agrega que "lo que hace a
nuestro estudio único es la cantidad de datos que pudimos analizar
durante un período largo de tiempo".
"Ningún otro estudio sobre frutas del bosque ha sido conducido en una escala tan grande".
"Estamos mostrando la primera evidencia
epidemiológica de que las frutas del bosque parecen retrasar la
progresión del deterioro de la memoria en las mujeres mayores".
Tal como señalan los investigadores, llevar a
cabo estos cambios simples en la dieta durante los primeros años de la
adultez podría ofrecer beneficios más tarde en la vida.
Los estudios han demostrado que nuestras
capacidades cerebrales, que incluyen el razonamiento, la memoria y la
comprensión, comienzan a deteriorarse desde los 45 años.
Por eso, dicen los expertos, cualquier medida
que ayude a reducir el riesgo de desarrollar demencia más tarde en la
vida es positiva.
Según la doctora Devore "nuestros hallazgos
tienen implicaciones importantes de salud pública porque incrementar el
consumo de frutas del bosque es una modificación dietética simple para
reducir el deterioro de la memoria en los adultos mayores".
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
más de 35 millones de personas viven con demencia en el mundo y el
número se duplicará en el 2030.
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