Ante experiencias perturbadoras de la vida -como la
ruptura de un matrimonio, la pérdida de un trabajo o la muerte de un
familiar- muchas personas se deprimen. Sin embargo, otras no. ¿Por qué
ocurre esto?
Una persona que vive experiencias traumáticas y
no se deprime posee una cualidad que en psiquiatría se conoce como
"resiliencia". (La academia de la lengua define el término como "la
capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y
sobreponerse a ellas").
De acuerdo con la doctora Rebecca
Elliott, psicóloga de la Universidad de Manchester, todas las personas
están situadas en algún lugar de la escala: "En un extremo hay personas
que son muy vulnerables. Enfrentadas a situaciones bajas de estrés, o
ninguno en absoluto, van a desarrollar un problema de salud mental".
"En el otro extremo, hay personas que han tenido experiencias muy terribles, y sin embargo permanecen positivas y optimistas".
La mayoría de nosotros, piensa la doctora de la universidad británica, está más o menos en el medio de la escala.
Pero, ¿qué es la resiliencia? ¿Es algo que hemos
heredado o que aprendemos? ¿Puede ser rastreada en la química del
cerebro o en la actividad eléctrica? Y si nos falta, ¿la podemos
adquirir?
Lamentablemente, la respuesta a todas esas preguntas es muy similar. No lo sabemos.
Flexibilidad cognitiva
Aeron, sujeto del estudio de Manchester
Tuve un negocio que acabamos cerrando. Perdí mi empleo, mis ingresos y mi casa.
Soy generalmente una persona feliz. Todo el mundo tiene momentos de tensión, y no parece normal que una persona esté feliz todo el tiempo. Pero yo no he tenido ningún episodio de depresión.
En mi infancia, cuando me di cuenta de que era gay, no le dije nada a mis padres o amigos hasta que fui mucho mayor. Creo que, tal vez, eso resultó en que me creara un mecanismo de defensa fuerte que me ayudó a hacer frente a situaciones más adelante en la vida.
Creo que si hay un problema siempre hay una solución. No es que yo considere que no existan situaciones de estrés en mi vida, sino que siempre pienso que uno puede encontrar una solución.
Soy generalmente una persona feliz. Todo el mundo tiene momentos de tensión, y no parece normal que una persona esté feliz todo el tiempo. Pero yo no he tenido ningún episodio de depresión.
En mi infancia, cuando me di cuenta de que era gay, no le dije nada a mis padres o amigos hasta que fui mucho mayor. Creo que, tal vez, eso resultó en que me creara un mecanismo de defensa fuerte que me ayudó a hacer frente a situaciones más adelante en la vida.
Creo que si hay un problema siempre hay una solución. No es que yo considere que no existan situaciones de estrés en mi vida, sino que siempre pienso que uno puede encontrar una solución.
Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión afecta a más de 120 millones de personas en todo el mundo.
Bill Deakin, profesor de Psiquiatría en la
Universidad de Manchester, estima que "lo preocupante es que la cifra de
personas aquejadas de depresión tiende a aumentar y el problema está
empezando a afectar a los jóvenes".
Con el apoyo del Consejo británico de
Investigación Médica, Bill Deakin, Rebecca Elliott y sus colegas están
estudiando el cerebro y tratando de comprender los orígenes y la
naturaleza de la resiliencia.
Ellos piensan que el mejor entendimiento de esta cualidad podría ayudar a quienes carecen de ella.
Los expertos estudian intencionalmente a un
grupo mixto: algunos integrantes han sufrido episodios de depresión,
otros no. Algunos han experimentado eventos adversos en su vida,
mientras que otros han vivido relativamente sin preocupaciones.
El equipo tiene la ventaja de poder aprovechar
una investigación previa sobre la resistencia al trastorno de estrés
post-traumático.
Esto, dice Bill Deakin, les ha permitido rastrear rasgos relevantes de la función cerebral.
Estos rasgos incluyen la flexibilidad cognitiva,
que es la capacidad de adaptar el pensamiento a diferentes situaciones,
y también el grado en que nuestros cerebros se concentran en el
procesamiento de recuerdos felices o tristes.
Memoria emocional
Cada persona objeto del estudio de Manchester ha
sido asignada a uno de cuatro grupos, en función de las cuatro
combinaciones posibles de estrés alto y bajo y con o sin depresión.
Todas dieron muestras de saliva para comprobar sus niveles de hormona del estrés y muchas se someterán a un escáner cerebral.
El panorama global de la depresión
- La depresión afecta a cerca de 121 millones de personas en todo el mundo.
- Está entre las principales causas de discapacidad en todo el planeta.
- Menos del 25% de los afectados tienen acceso a tratamientos eficaces.
- Un estudio de 2011 encontró que el 15% de la población de países de altos ingresos era susceptible de padecer depresión en algún momento de su vida.
- En países de bajos y medianos ingresos la tasa es del 11%.
- Las mujeres son dos veces más propensas a sufrir depresión que los hombres.
El procedimiento de imagen por resonancia
magnética funcional permitirá a los especialistas ver las partes del
cerebro que están activas mientras los sujetos realizan tareas
específicas.
"En una de las tarea damos imágenes con una alta carga emotiva", dice Rebecca Elliot. "Ellos tienen que memorizarlas".
Poco después "se les muestra una vez más estas
imágenes" para probar la memoria emocional y "cómo la gente recuerda qué
material tiene un componente emocional".
La investigación aún no ha concluido, por lo que
Rebecca Elliott no puede decir si los distintos grupos ponen en juego
diferentes funciones cerebrales.
Pero hay indicios alentadores como la
correlación encontrada entre las mediciones de la resistencia
psicológica de los sujetos y cómo se comportan en algunas de las
pruebas.
"Por ejemplo, nuestros datos preliminares
sugieren que las personas más resistentes son más propensas a reconocer
las caras felices y menos propensas a reconocer las caras tristes o
temerosas. Las personas más resistente recuerdan mejor las palabras y
fotografías positivas".
En términos generales, se espera que la
comprensión de la actividad del cerebro que genera resiliencia pueda
ofrecer indicaciones que conduzcan a nuevos tratamientos o mejores
maneras de usar los ya existentes.
¿Una píldora de resiliencia?
Bill Deakin habla de la exploración del cerebro
para crear lo que él llama un "perfil neurocientífico" del problema de
un individuo. Esto podría ser utilizado para identificar metas y
objetivos y decidir sobre el mejor tratamiento.
El paciente puede llegar a tener un
funcionamiento cognitivo normal, pero una tendencia a concentrarse en
pensamientos tristes. "Esto podría permitir que la terapia reduzca la
probabilidad de un episodio de depresión", dijo Deakin.
Respondiendo a la sugerencia de que si una
"píldora de resiliencia", adaptada a la actividad y la química de
nuestro cerebro, podría ser útil, Rebecca Elliott se muestra cauta.
"Supongo que, teóricamente, sería posible", dice.
"De lo que no estoy segura es de que la gente esté dispuesta a tomar ese tipo de fármaco".
Pero de cualquier manera hallar una manera de
estimular la capacidad de resistencia psicológica es un propósito por el
que vale la pena trabajar.
Por ahora ningún médico es capaz de recetar un fármaco que estimule la resiliencia. Pero un día ... eso tal vez sea posible.
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