Esto lo aseguran científicos de la Universidad
de Bristol, en el Reino Unido, que han reconstruido el sonido que emitía
un grillo de hace 165 millones de años.
Un
fósil inusualmente completo de un insecto prehistórico permitió al
equipo estudiar las estructuras de sus alas, que frotaba para emitir el
sonido.
Científicos de EE.UU. y China descubrieron el fósil diminuto y lo nombraron Archaboilus Musicus debido a que las estructuras que permitían al insecto emitir su "música" eran claramente visibles.
Cuando el doctor Fernando Montealegre Zapata,
entomólogo de la Universidad de Bristol, supo que sus colegas poseían
fósil tan notable, se manifestó dispuesto a verlo.
"Me quedé muy sorprendido", le dijo a la BBC, porque esas estructuras eran muy pequeñas, "a nivel microscópico".
Zapata estudia la comunicación entre los
insectos y cómo los "instrumentos musicales" contenidos en sus cuerpos
generan cada tipo de sonidos.
Inmediatamente se hizo la pregunta: "¿Podríamos reproducir los sonidos (que emitió el insecto) a partir de su fósil?"
Música jurásica
Al igual que los grillos modernos, los insectos
jurásicos producen música con sus alas. Un "plectro" en una de las alas
es arrastrado junto a una especie de peine microscópico que hay en la
otra.
Esto produce un chirrido continuo cuando el
macho se frota o restriega sus alas, en un movimiento de tijera. Zapata
describe el movimiento como estar tocando el violín.
Mirando la estructura de las alas, explicó, "pude estimar que el insecto generaba tonos musicales puros".
Estas notas de un solo tono se podían transmitir
de forma eficiente; una onda regular de sonido penetrando un ambiente
ruidoso recargado de vegetación.
Esto podía provocar que la hembra detectara al macho a metros de distancia.
El doctor Zapata procedió entonces a calcular la
frecuencia del tono, que denota cuán alto o bajo puede ser. Para hacer
esto, simplemente comparó el tamaño del "instrumento" que usaba este
grillo con los que tienen los que viven en la actualidad.
"Construí un gráfico con las especies vivientes,
comparando las medida de las estructuras que usan para producir sonido
con la frecuencia de los sonidos resultantes", explicó.
"Usando los datos, pude encajar las especies jurásicas en el gráfico".
"Este animal nos permite construir una imagen de la ecología de los bosques jurásicos."
Fernando Montealegre Zapata, entomólogo de la Universidad de Bristol, Inglaterra
Descubrió que el A. Musicus usaba canciones de tono relativamente bajo, comparado con los grillos modernos.
Bosques ruidosos
Los descubrimientos sugieren que los bosques
jurásicos eran un ambiente cargado de vegetación y "ruidoso
especialmente por la noche".
"Había probablemente ranas, otros insectos y sonidos del agua", explicó.
Al ser un insecto nocturno, el A. Musicus no tenía que esconder su "canción" de los depredadores activos durante el día, como el famoso pájaro jurásico Archaeopteryx.
Los grillos debieron ser perseguidos por
mamíferos primitivos, pero los murciélagos -muchos de los cuales se
alimentan de insectos nocturnos- no aparecieron hasta unos 100 millones
de años después.
Zapata aseguró que su equipo fue muy afortunado al encontrar este fósil.
"Este animal nos permite construir una imagen de
la ecología de los bosques jurásicos", dijo, "y nos dará pistas sobre
cómo cantaban otros animales de la misma época".
"Se pensaba que el canto en los grillos había
evolucionado tarde, como un acto reflejo", añadió. "Pero esto sugiere
que muy pronto en la evolución... ya producían estos maravillosos y
puros sonidos para competir por un compañero".
Zapata concluyó que "si se piensa en un parque
jurásico, ahora sabemos cómo habría sonado y es diferente a los que
esperábamos: es mucho más parecido a lo que oímos hoy".
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