Para
el presidente de Perú, Ollanta Humala, la captura de Florindo Eleuterio
Flores, alias Artemio, representa el fin de la organización armada de
inspiración maoísta a la que tanto persiguió en sus tiempos de militar
activo.
"Hemos derrotado a los delincuentes terroristas
en el Alto Huallaga capturando con vida al terrorista Artemio. En estos
momentos se encuentra recibiendo tratamiento médico en la enfermería de
esta base" anunció Humala luego de viajar hasta Santa Lucía, en la
región amazónica donde se produjo la captura.
"Podemos anunciar al país que en cumplimiento del 'Plan de Operaciones Perú' ha ganado el Perú", dijo Humala.
Aunque los analistas coinciden en que los
remanentes de Sendero Luminoso no revestían la peligrosidad que alguna
vez tuviera la organización, para Humala la caída de Artemio es un
triunfo que puede exhibir como un éxito de su política de seguridad.
Flores encabezaba el grupo remanente de la
guerrilla en la zona del Alto Huallaga, que se involucró en el tráfico
de cocaína después de que los fundadores del movimiento fueron
capturados y juzgados en la década de 1990.
Humala, que como militar se enfrentó a Sendero
Luminoso en aquellos años, ha prometido incrementar los esfuerzos para
atrapar a los rebeldes, quienes son considerados"narcoterroristas" por
el Gobierno.
Enfrentamiento
Según las informaciones oficiales, en un
enfrentamiento ocurrido la madrugada del pasado jueves, Artemio había
recibido impactos de bala en el pecho y en una mano.
El ministro de Defensa peruano, Alberto Otárola,
dijo que fuerzas especiales atacaron a Artemio, aunque no ofreció
detalles de la operación.
Según versiones presentadas por medios peruanos,
Artemio habría sido víctima de una conspiración de uno de sus
seguidores en coordinación con la inteligencia peruana.
Tras ser herido, varios guerrilleros leales
llevaron a Artemio a una pequeña clínica, pero tras recibir primeros
auxilios fue sacado del lugar por ellos mismos, quienes luego lo dejaron
abandonado en la ribera de un río ante la persecución de los militares.
La policía peruana había estado tras la pista de
Flores desde hace varios años y hasta la agencia antidrogas
estadounidense, DEA, había ofrecido una recompensa de US$ 5 millones por
su detención.
También es solicitado Víctor Quispe Palomino,
alias "José", el otro rebelde que opera en una zona selvática del país
donde está la mayor concentración de cocales del país.
Amnistía y arrepentimiento
A fines del año pasado el grupo Sendero Luminoso anunció que estaba preparado para dejar las armas.
"Podemos anunciar al país que en cumplimiento del 'Plan de Operaciones Perú' ha ganado el Perú"
Ollanta Humala
Incluso, el Camarada Artemio había asegurado en una entrevista al diario británico The Guardian
que estaba listo para negociar una amnistía con el gobierno de Humala
para poner fin a las tres décadas de actividades del grupo.
En todo ese tiempo, más de 69.000 personas
murieron o desaparecieron por enfrentamientos entre las fuerzas de
seguridad y la guerrilla izquierdista, según una comisión oficial que
investigó la violencia local.
En los últimos años, han muerto uno 50
integrantes de las fuerzas de seguridad en escaramuzas con los rebeldes.
No tenemos el ánimo de continuar la guerra (...) La realidad es que
necesitamos cambiar nuestra estrategia", expresó Flores en aquella
entrevista.
Artemio reconoció que las víctimas "fueron un
error" y lamentó la muerte de "tantos soldados jóvenes" que "luchaban a
favor del capitalismo y de la burguesía. Aún así me duele", añadió.
Sin embargo, aquella propuesta del líder
senderista fue desestimada por el gobierno peruano, que profundizó las
operaciones de inteligencia para desmantelar a su grupo.
El grupo comunista Sendero Luminoso fue fundado a
finales de la década de 1960 por el entonces profesor de filosofía
Abimael Guzmán, quien se encuentra pagando cadena perpetua en Perú.
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