La pérdida de ozono en el Ártico este año fue tan
grave que, por primera vez, los científicos están considerando la
existencia un agujero de ozono parecido al de la Antártida.
Según ellos, el 80% del ozono situado a unos 20 kilómetros por encima del suelo se ha perdido.
El fenómeno fue causado por las
bajas temperaturas en los estratos más altos de la atmósfera, que
duraron más tiempo de lo usual. Al parecer, el frío provoca que los
químicos que destruyen el ozono se vuelvan más activos.
La investigación publicada en la revista Nature indica que en la actualidad es imposible predecir si tales pérdidas de ozono se producirán de nuevo.
Los primeros datos acerca de la magnitud de la
destrucción del ozono en el Ártico fueron dados a conocer en abril. Sin
embargo, esta es la primera vez que los datos se analizan
cuidadosamente.
Cada vez más fríos
"Los inviernos en la estratosfera ártica son muy
variables: algunos son cálidos, otros más fríos", dijo Michelle Santee
del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA.
"Sin embargo, en las últimas décadas, los inviernos han sido cada vez más fríos".
"Debido a esta tendencia y a la alta
variabilidad, anticipamos que vendrán inviernos en los que las
temperaturas bajarán aún más. Si ello ocurre y los niveles de cloro se
encuentran altos, anticipamos más pérdidas graves de ozono", aseguró
Santee.
"Descubrir por qué ocurrió todo esto tomará años de estudios detallados"
Michelle Santee, Jet Propulsion Laboratory de la NASA
Los químicos que destruyen el ozono se originan
en sustancias como los clorofluorocarbonos (CFC), que comenzaron a
utilizarse a finales del siglo pasado en refligeradores y extintores de
incendios, entre otros.
Sus efectos destructivos se documentaron por
primera vez en la Antártida, una zona que experimenta graves pérdidas de
ozono en cada uno de sus inviernos.
La utilización de estos productos se fue
limitando progresivamente, hasta que en 1987 fue prohibida por el
Protocolo de Montreal y sus sucesores.
La capa de ozono bloquea los rayos ultravioletas del sol que pueden causar cáncer de piel, cataratas y otras enfermedades.
¿Por qué?
Las temperaturas de invierno en la estratosfera
del Ártico no suelen bajar tanto como en la Antártida, en el extremo sur
del mundo.
Y aunque en el Ártico no se registraron récords
de bajas temperaturas este año, el aire sí se mantuvo en su punto más
frío por un período de tiempo inusualmente largo y cubrió un área muy
grande.
Además, el vórtice polar -el fenómeno en el que
los vientos circulan alrededor de la región del Ártico, aislándola de
los principales sistemas meteorológicos del mundo- también fue más
potente que de costumbre.
"Descubrir por qué ocurrió todo esto tomará años de estudios detallados", dijo Santee.
"Las bajas temperaturas se mantuvieron estables
desde diciembre hasta abril y ello no había sucedido nunca antes en el
Ártico según el registro instrumental".
El tamaño y la posición del agujero de ozono
cambia con el tiempo, de acuerdo a cómo se mueva el vórtice -hacia el
norte o hacia el sur- sobre las diferentes regiones.
Esta vez, algunas estaciones de monitoreo en el
norte de Europa y Rusia registraron mayores niveles de penetración de
los rayos ultravioleta de onda media.
Aunque el agujero en la capa de ozono de la
Antártida no ha experimentado crecimientos importantes en los últimos
años, si los compuestos de cloro continúan en la atmósfera superior
-como lo han hecho durante décadas- tendremos que esperar a mediados de
siglo para que la capa de ozono recupere su salud preindustrial.
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