La Guardia Costera de Estados Unidos informó
hoy que decomisó unos 7.000 kilos de cocaína valorada en cerca de 180
millones de dólares en un submarino semisumergible interceptado en el
oeste del mar Caribe.
Mark Fedor, comandante del barco Mohawk, dijo que
los submarinos autopropulsados representan una amenaza significativa
para el país y para Sur y Centroamérica porque esas embarcaciones pueden
transportar grandes cantidades de drogas, personas y otros productos
ilícitos.
La tripulación del Cypress, otro barco de los guardacostas,
desembarcó hoy el alijo, interceptado el mes pasado, en un puerto de San
Petersburgo, en la costa oeste del estado de Florida, según un
comunicado de esa agencia gubernamental.
Los guardacostas dijeron que los narcotraficantes
utilizan ese tipo de transporte porque es difícil de detectar al navegar
con sólo una pequeña porción del submarino fuera del agua.
Esta es la tercera vez que los guardacostas estadounidenses interceptan un submarino semisumergible en el Caribe.
La tripulación de un avión de la Patrulla Marítima
localizó la embarcación sospechosa y notificó al Mohawk que se
encontraba cerca de la zona.
Los guardacostas interceptaron el submarino y
detuvieron a la tripulación, pero la nave se hundió con el contrabando
durante el operativo.
Las autoridades comenzaron la búsqueda del
submarino el pasado 17 de octubre con un equipo de buzos de la Oficina
Federal de Investigaciones (FBI) y localizaron la embarcación dos días
después.
"El decomiso de este tercer submarino
semisumergible en el Caribe cierra un año fiscal sumamente exitoso para
la Guardia Costera aquí en el sureste de Estados Unidos y el Caribe",
dijo el contraalmirante Bill Baumgartner, comandante del séptimo
distrito de los guardacostas.
Informó que junto con otras agencias nacionales e
internacionales han detenido a 98 narcotraficantes y han evitado que
27.269 kilos de cocaína y 2.003 kilos de marihuana, por un valor
combinando de 727 millones de dólares, lleguen a las calles de Estados
Unidos.
Los submarinos semisumergidos son construidos en
las áreas selváticas y remotas de Suramérica, miden menos de 30 metros
de largo, tienen una tripulación de cuatro a cinco personas y pueden
transportar hasta 10 toneladas métricas por una distancia de hasta 8.000
kilómetros.
Los traficantes de drogas diseñan esas
embarcaciones para que sean difíciles de ser localizadas y puedan
hundirse rápidamente cuando son detectadas, lo que dificulta recuperar
el contrabando, de acuerdo con la Guardia Costera. EFE
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