La efectividad de los programas
de escrutinio de cáncer de mama, que incluyen -en muchos países-
mamografías de rutina para las mujeres mayores de 50 años, está en duda.
Desde hace casi una década estos análisis han
estado rodeados de controversia porque según algunos científicos están
causando más daños que beneficios.
Otros afirman que salvan vidas.
Ahora las autoridades sanitarias del Reino Unido anunciaron que revisarán la evidencia sobre su efectividad.
El Director Nacional de Cáncer del Ministerio de
Salud, el profesor Mike Richards, expresó que "esta controversia debe
tomarse seriamente".
Y por eso, dijo en una carta publicada en British Medical Journal (Revista Médica Británica), dirigirá una investigación sobre si estos programas son efectivos.
La controversia, tanto en éste como otros
países, está centrada en cuántos de los casos de "cáncer" detectados en
una mamografía son falsos positivos y no necesitan ser sometidos a
tratamiento.
En lo que a cáncer se refiere se sabe que en
cuanto más temprano se detecte la enfermedad mejor será el resultado. Y
hasta ahora la mejor forma de detectar un tumor de mama en sus primeras
etapas es con una mamografía.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) estos programas reducen en 35% las muertes por cáncer de mama.
Pero una investigación en Dinamarca, publicada en marzo en Cochrane Review
, que revisó ocho estudios previos que incluyeron a 600.000 mujeres,
mostró que "no es claro si las mamografías reducen la mortalidad de
cáncer de mama".
"Es probable que las mamografías reduzcan esa mortalidad" afirmó la investigación.
"Pero éstas provocaron que hasta 30% de los casos detectados fueran sobrediagnósticos y no necesitaban someterse a tratamiento".
"Esto significa -señalan los investigadores- que
por cada 2.000 mujeres invitadas a una mamografía en un período de 10
años, se logrará prolongar la vida de una. Pero 10 mujeres sanas serán
tratadas inncesariamente".
¿Salvavidas?
La mama es una de las regiones más difíciles de "leer" en una imagen radiológica.
Está constituida por tejidos muy similares y las
lesiones que busca un radiólogo como indicadores de un posible tumor
son sumamente pequeñas y parecidas al tejido sano.
Y actualmente cuando se detecta un cáncer de
mama, real o sobrediagnóstico, en una mamografía se envía a la mujer a
una serie de investigaciones y tratamientos que incluyen cirugía
-incluidos lumpectomía y mastectomía- quimiotería y radioterapia.
La profesora Susan Bewley, experta en
obstetricia compleja en el King´s College de Londres, rechaza el
programa de mamografías. En una carta al profesor Richards el mes
pasado expresó que "cada vez está más expuesta la angustia de un
sobrediagnóstico y de tomar decisiones cuando se encuentran lesiones que
pueden, o no, ser un cáncer que puede, o no, requerir una cirugía
mutiladora".
Pero el profesor Richards, el "zar" del cáncer
en Inglaterra, afirma que las investigaciones muestran que hasta 2,5
vidas pueden salvarse por cada caso de sobrediagnóstico.
Y por eso, afirma, es necesario llevar a cabo una revisión de toda la evidencia disponible.
Sin embargo, si llegaran descartarse o reducirse
estos programas de escrutinio, ¿cómo diagnosticar de forma temprana el
cáncer que mata a más mujeres en el mundo?
Sara Hiom, directora de información de la
organización Cancer Research UK, señala que "las mujeres necesitan
información más precisa, clara y basada en evidencia para poder llevar a
cabo una decisión informada sobre el escrutinio de mamas".
"La decisión de someterse a una mamografía es
una decisión personal, pero esa decisión debe tomarse una vez que se han
explicado detalladamente los potenciales daños y beneficios", agrega.
Se espera obtener las conclusiones de la revisión el próximo año.
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