Las autoridades de la provincia japonesa de
Fukushima iniciaron hoy una campaña intensiva de exámenes médicos a los
niños de la zona para determinar si sufren consecuencias por la
radiación emitida por la maltrecha central nuclear de Fukushima Daiichi.
Está previsto que los análisis, que se centran en
la glándula tiroides, se efectúen sobre 360.000 niños y jóvenes menores
de 18 años en un largo proceso que durará cerca de dos años y medio en
la Universidad Médica de Fukushima, informó la agencia local Kyodo.
En una primera fase los chequeos se realizarán
sobre 4.908 niños que residen cerca de la planta nuclear de Fukushima
Daiichi, donde los operarios trabajan todavía día y noche para tratar de
estabilizar los reactores atómicos que resultaron dañados por el gran
tsunami del 11 de marzo pasado.
Luego se extenderán a los menores del resto de la
provincia, que tendrán que someterse a revisiones periódicas cada dos
años hasta que cumplan los 20 y cada cinco años a partir de esa edad.
Las autoridades de Fukushima decidieron establecer
estos análisis después de que muchas familias de la provincia
expresaran preocupación por la posibilidad de que sus hijos desarrollen
cáncer de tiroides a causa de la radiactividad, tal y como ocurrió tras
el desastre nuclear de Chernóbil (Ucrania) en 1986.
El accidente en la planta nuclear de Fukushima
Daiichi obligó a evacuar a decenas de miles de familias en un radio de
20 kilómetros alrededor de la central, una zona que fue declarada por el
Gobierno como área de exclusión.
Además, las autoridades mantienen la recomendación
de evacuar otros puntos de la provincia donde, a causa del viento, se
han concentrado niveles de radiactividad por encima del límite
considerado seguro.
La operadora de la central, Tokyo Electric Power
(TEPCO), y el Gobierno nipón han indicado que esperan estabilizar los
reactores de Fukushima y llevarlos a "parada fría" para enero de 2012.
EFE
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