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lunes, 31 de octubre de 2011

Las dudas políticas que genera el cáncer de Lula

El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, a quien se le diagnosticó cáncer de laringe, entregó el poder a Dilma Rousseff en enero cuando contaba con uno de los niveles de popularidad más altos en la historia reciente del país.


En sus ocho años al frente del gobierno - algunos marcados por las acusaciones de corrupción que involucraron a muchos de sus más cercanos aliados - Brasil tuvo un fuerte crecimiento económico y redujo significativamente los índices de pobreza.
"Lula rompió con un tabú que nos costó caro: que el país no podía crecer sin volver a tener una alta inflación", dice el politólogo Francisco Teixeira de la Universidad de Río de Janeiro.

"Él también reformó la imagen internacional de Brasil, llevando al país a una posición de liderazgo".
Al traspasar el puesto a Dilma Rousseff, su ministra más poderosa pero inexperta como política, muchos pensaron que Lula, de 66 años, mantendría el control del gobierno tras bastidores.

Sin embargo, según los analistas diez meses después de su salida, el ex mandatario ha ido perdiendo su influencia en el gobierno, ya que varios ministros que fueron nombrados por él fueron despedidos tras ser acusados por supuestos hechos de corrupción.

La semana pasada el ministro de Deportes, Orlando Silva, en su cargo desde que Lula era presidente, se convirtió en el sexto funcionario en dejar el gobierno de Rousseff. Previamente, otros ministros designados por él también fueron despedidos.

A medida que su participación en el gobierno se fue reduciendo, Lula comenzó a concentrarse en hacer viajes internacionales y en su liderazgo dentro del Partido de los Trabajadores (PT), señala Ricardo Ismael, profesor de ciencias políticas de la Universidad Católica de Río de Janeiro.

En meses recientes, Lula comenzó a negociar los nombres de los candidatos del partido para las venideras elecciones municipales de 2012.

Según el politólogo David Fleischer, de la Universidad de Brasilia, dada su gran popularidad Lula aún tiene una gran habilidad para influir en el resultado de los comicios.

"Para hacer esto, sin embargo, debe tener buena salud y estar en capacidad de hablar"
Fleischer argumenta que si Lula tiene que tomarse un descanso por su tratamiento de cáncer, el PT podría quedar dividido entre varias facciones, ya que hoy en día el ex mandatario tiene un rol unificador dentro de la organización.

Regreso a la presidencia

"Aunque no sabemos la gravedad (del cáncer) la existencia de una enfermedad como esa cambia todo el escenario político de ahora en adelante"
Franciso Teixeira, politólgo de la Universidad Federal de Río de Janeiro
Además de dificultar su actuación detrás de escena, la enfermedad podría eliminar la posibilidad de que Lula pueda volver a ser presidente, destaca Ferreira.

Aunque el ex presidente negó los rumores sobre su posible candidatura para 2014, muchos líderes políticos creen que es algo muy probable, especialmente si Rousseff termina su gobierno con baja popularidad o con divisiones profundas con los partidos aliados.

Sin embargo, el diagnóstico de cáncer, apunta Teixeira, dificulta el regreso al menos por ahora. "Aunque no sabemos la gravedad (del cáncer), la existencia de una enfermedad como esa cambia todo el escenario político de ahora en adelante".

Según Teixeira una eventual retirada de Lula podría dejar al gobierno en situación vulnerable con relación a su tortuosa relación con los partidos aliados.

En mayo, en medio de un escándalo provocado por acusaciones de corrupción contra un poderoso ministro, Lula se reunió con sus aliados en el Congreso y ayudó a calmar las aguas.

Otra de sus actividades que se vería afectada por el tratamiento del mal son sus frecuentes viajes al exterior.
En los últimos meses, Lula fue a África, Europa y algunos países latinoamericanos. Durante esos viajes, promocionó su instituto (que busca impulsar la cooperación Sur-Sur), pronunció discursos en eventos de negocios, recibió galardones y participó en cumbres regionales.

Durante un viaje a Bolivia en agosto, Lula también intercedió a favor de una empresa brasileña que está construyendo una carretera. El proyecto enfrenta una dura oposición por parte de las poblaciones indígenas y fue suspendido el pasado mes.

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